Policías copados por el Cártel de Sinaloa
En enero de 2017, un mando policíaco fue “levantado” por Los Chapitos; lo hicieron delatar a los aliados de El Licenciado
En el primer semestre de 2017, un total de 12 policías municipales y estatales fueron asesinados, dos más se encuentran desaparecidos. Sus muertes no fueron al azar, ellos eran amigos y, en algún momento, coincidieron al estar asignados a la zona sur de Culiacán.
De acuerdo con testimonios de agentes que solicitaron el anonimato, y de otros que alertaron antes de su muerte, el detonante de esta violencia está relacionada con la guerra por el poder del Cártel de Sinaloa que mantenían las facciones controladas por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán —principalmente Iván Archivaldo, El Chapito— y su antiguo socio y compadre Dámaso López Núñez, El Licenciado, una reyerta que alcanzó a inocentes, y cuyas heridas se mantienen abiertas a más un año de la extradición del capo a la Corte Federal de Estados Unidos (19 de enero de 2017).
Además, existe la sospecha de que mandos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Culiacán (SSPyTM) y de la Policía Estatal Preventiva de Sinaloa (PEP), a la que pertenecían las víctimas, colaboraron activamente en alguna de las partes del cártel fragmentado.
Según la información pública, a la fecha ninguno de los homicidios y desapariciones forzadas ha sido esclarecido por la Fiscalía General del Estado, a pesar de que las familias de las víctimas piden justicia.
Engranes con el narco
El embate comenzó tras un operativo que se realizó en Culiacán, la madrugada del 17 de enero de 2017. Esa fecha, un grupo de policías municipales y militares detuvieron a cinco presuntos delincuentes, entre ellos estaba Onésimo Méndez Cobarruvias, El One, uno de los jefes de célula de Iván Archivaldo Guzmán, El Chapito, quien controla parte del narcomenudeo en la capital de Sinaloa. En el operativo estuvo el comandante Israel Ruiz Félix, supervisor operativo de la Policía Municipal.
En menos de 48 horas El One logró su libertad sin cargo alguno. La defensa arguyó fallas en el debido proceso. Cuatro días, un comando levantó al comandante Ruiz Félix. Después se conoció que el militar —de acuerdo con expedientes judiciales—, trabajaba para el El Licenciado.
Según la información, como colaborador de El Chapo Guzmán, Dámaso López tejió una red de corrupción en las corporaciones policiacas. Expedientes judiciales han revelado que era el encargado de pagar la nómina a mandos de las policías y establecer relaciones con el gobierno. Uno de estos engranes era Israel Ruiz Félix.
“Todo empezó ahí —con el levantón del comandante Israel—, sabemos que fue él quien entregó los nombres de los demás policías que colaboraron en su grupo”, comentó un agente que, por seguridad, pidió el anonimato.
El 23 de febrero se localizaron restos humanos en los límites de los municipios de Culiacán y Navolato, que luego de pruebas genéticas se confirmó eran del funcionario de seguridad Israel Ruiz Félix.
Crímenes en serie
Descubierta la presunta red de apoyo policial, el lunes 23 de enero fue asesinado el agente José Antonio Saavedra Ortega y, el jueves 26, el policía Reyes Yosimar García Cruz corrió con la misma suerte.
El 27 de enero, el comandante de sección de la municipal, Jesús Alberto López Vargas Splinter, también cercano colaborador de Ruiz Félix, sufrió un atentado.
El 19 de febrero, cuando la guerra entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa llegaba a su punto álgido, con el asedio a la población civil en comunidades como Villa Juárez y Navolato, los comandantes Jorge Eusebio Soto Sauceda y Jesús de José Ríos, de la municipal y de la estatal preventiva respectivamente, fueron asesinados.
Un mes más tarde —22 de marzo de 2017—, el Comandante Splinter fue asesinado justo al salir de la base de la Policía Municipal. Días antes había dado una entrevista a un programa de radio acusando a sus jefes de dejar en el abandono a sus subordinados.
La noche en que sicarios de Los Chapitos mataron al Comandante Splinter, el policía José Elías Ontiveros Rivera, conocido como El Cubano, también fue abatido cuando resguardaba una casa de seguridad en la colonia Aurora. Dos días más tarde, el 24 de marzo, el agente estatal Juan Alfredo Medina Dorado también fue asesinado.
Quien sí intentó hablar con la prensa fue el agente Juan Carlos Zavala Valencia, pero no deseaba que su nombre apareciera publicado. “Es uno de los jefes de arriba de la municipal en colusión con los hijos de El Chapo quienes nos están matando”, comentó en aquellos días, el 1 de abril fue asesinado. Su declaración no alcanzó a salir en los medios.
El 4 de abril, los agentes Jaciel Amador Mendoza y Juan Zurita Hernández terminaron su turno. Como eran vecinos, Zurita le ofrecía aventón a su compañero en el sector Alturas del Sur. Al arribar, ya los asesinos los esperaban.
Los crímenes violentos continuaron
El 13 de abril en la colonia El Vallado fue asesinado el agente de tránsito de Culiacán, Marcio Herrera Quiroga, y el 18 de junio —cuando ya El Licenciado había sido detenido en la Ciudad de México en un lujoso departamento de la colonia Nueva Anzures—, un comando atacó al comandante de la Policía Estatal José Felipe Morales Antuna y a uno de sus colaboradores.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, Morales Antuna fue privado de la libertad un mes antes en la sindicatura de Eldorado, territorio que era disputado por Los Dámaso y Los Chapitos. Había sido dejado en libertad luego de ser golpeado y amenazado. Al ataque no sobrevivió, pero su escolta sí.