Sin rastro, de 2 mil 767 mdp para damnificados del 19-S
SAT: documentaron 1,137 mdp de 3 mil 904 mdp que la población donó; donatarias no reportan ingresos por los intereses del dinero recaudado
A un año de los sismos de septiembre, no hay datos para documentar el rastro de al menos 2 mil 767 millones de pesos, de los 3 mil 904.5 que 677 donatarias recibieron de ciudadanos mexicanos y extranjeros, así como de la iniciativa privada, para apoyar a los damnificados de ocho estados.
De acuerdo con una revisión realizada por EL UNIVERSAL a los reportes de Transparencia por Donatarias de Sismos de septiembre 2017, —con corte al 31 de mayo de 2018—, publicados por el Sistema de Administración Tributaria (SAT), de 3 mil 904.5 millones de pesos que recaudaron organizaciones autorizadas para recibir donativos, sólo hay documentación para seguir el rastro de mil 137 millones de pesos.
¿En qué se gastó?
En los 2 mil 767 millones sin clarificar se incluyen 857.6 millones que fueron etiquetados como “otros” gastos y de los cuales se desconoce su destino final.
De acuerdo con la información del SAT son mil 910.4 millones el 48.93% de lo recaudado, el organismo detectó que no se gastaron en la atención de los afectados.
Si sumamos esos mil 910.4 millones con los 857.6 millones que incluyeron en el rubro de “otros” gastos, nos da un total de 2 mil 767 millones de pesos de los que se desconoce en qué se aplicaron.
De tal forma que sólo mil 137 millones se gastaron directamente en los damnificados, aproximadamente una tercera parte de lo recaudado.
Al desglosar los mil 137 millones que sí llegaron a los afectados de los sismos, se observa que se destinó a Vivienda 844.8 millones; a Alimentos, 169.1 millones; en Servicios Médicos se gastó 75.9 millones ; en Acciones de Rescate se usaron 31.9 millones; en Patrimonio Cultural de la Nación se utilizaron 15.4 millones y en Servicios Funerarios, 124 mil 206 pesos.
Erogación por estado.
Por entidad federativa, hasta el 31 de mayo de 2018, se destinaron a Oaxaca (394.7 millones de pesos), Ciudad de México (265.4), Morelos (199.6), Chiapas (159.8), Puebla (68.6), Estado de México (65), Guerrero (6.5) y Tlaxcala (4.7); lo que da un total de mil 164.3 millones. Los 829.6 millones restantes se desconoce a qué afectados o entidad se destinaron, porque fueron ejercidos a través de segundas donatarias, de la que no se especifica nombre o razón social, y no están obligadas a informar sobre esos recursos.
A esto se agrega que las organizaciones que recibieron donaciones no informan al SAT sobre los intereses que obtuvieron por los donativos recibidos, lo que fue criticado por organismos de la sociedad civil como Transparencia Mexicana y Fundar en su Informe sobre transparencia y rendición de cuentas de los recursos públicos y privados para la reconstrucción a seis meses de los sismos.
Las que más recibieron.
Según el informe de transparencia del SAT, cinco de las 677 donatarias fueron las que concentraron 38% de los recursos para los damnificados, mil 484.9 millones de pesos.
Estas donatarias son Fundación Carlos Slim, Cruz Roja Mexicana, Fundación BBVA Bancomer, Fomento Social Banamex y Fideicomiso Fuerza México. Sin embargo, en sus informes financieros disponibles en sus sitios electrónicos, estas cinco donatarias reportan a la fecha una recaudación total de 5 mil 98.8 millones de pesos; la cifra es 70.8% más de lo que han informado al SAT hasta el 31 de mayo.
Además, a excepción de la Fundación Carlos Slim, ninguna transparenta los intereses generados por la recaudación de los donativos; mientras que Fomento Social Banamex y Fuerza México no precisan monto aplicado por entidad federativa, requisito exigido por el SAT.
Según sus datos, Cruz Roja Mexicana y Fomento Social Banamex son las que reportan el mayor avance en la aplicación de recursos, con 44% y 72%, respectivamente. EL UNIVERSAL buscó a las cinco donatarias, pero hasta el cierre de la edición no se obtuvo respuesta.
En junio, Fomento Banamex negó a este diario algún retraso en la aplicación de las donaciones y rechazó la falta de transparencia en la forma en la que se ejecutaron los recursos.