Obtener refugio en México, sueño de migrantes

Nación 07/04/2019 17:10 Alexis Ortiz Actualizada 17:11

Centroamericanos viven en albergue temporal; esperan que el INM permita su estadía en el país.

Mario Buendía tuvo que abandonar su país natal, Honduras, para salvar su vida. Después de estar bajo la amenaza y extorsión de la Mara Salvatrucha, el joven se unió a una caravana migrante a principios de 2019 para pedir refugio en el sur de México.

Por ser dueño de una pequeña empresa de transporte de carga pesada, liviana y de pasajeros, además de vender vehículos usados, los miembros de la Mara extorsionaban a Mario: “Al principio me pedían mil 500 lempiras por manejar dos taxis y otros mil 500 semanales por conducir un camión de carga. El último diciembre duplicaron esa cuota, era mucho dinero para mí y no podía pagarlo. ¿Qué iba a proveer a mi familia?”.

Al negarse a pagar el “impuesto de guerra” —como se le conoce a la extorsión en Honduras—, los maras asesinaron a un empleado de Mario y amenazaron con matarlo a él, si no entregaba el dinero. Desde ese momento, el hondureño decidió abandonar su trabajo para buscar una vida mejor en otro país.

Fue así como Mario llegó a Chiapas hace cuatro meses. En esa entidad inició su trámite de refugio en el Instituto Nacional de Migración (INM). Mientras el papeleo avanza fue canalizado a la Casa Tochán, un albergue para migrantes en la capital donde decenas de personas esperan que su paso por nuestro país sea regulado.

“Este lugar surgió hace siete años, en el gobierno de Felipe Calderón, por su guerra contra el narcotráfico.

“Nos dimos cuenta de que en ese momento había muchos migrantes víctimas de robo y secuestro, por lo que varias organizaciones decidimos crear este espacio para darle a esas personas un lugar seguro”, explica Gabriela Hernández, coordinadora de la Casa Tochán.

Ubicado en la zona poniente de la Ciudad de México, el espacio resguarda a 25 personas.

Gabriela Hernández comparte a EL UNIVERSAL que desde enero las solicitudes de asilo han ido en aumento: “A partir de las caravanas migrantes vienen una o dos personas a diario para ver si se pueden quedar. Anteriormente, la afluencia era menor y los migrantes vivían sin problema tres meses aquí. Ahorita también respetamos ese tiempo, pero es mucho más complicado”.

La Casa Tochán es una vecindad que cuenta con un área de lectura y descanso, habitaciones para 30 personas, un centro de atención médica y una zona para lavar ropa. Está abierta desde las 6:00 horas hasta las 22:00 horas, horario en el que los migrantes pueden salir a trabajar o de paseo.

Y aunque las reglas indican que sólo se puede dar asilo por tres meses a una persona, las paredes de la casa guardan la memoria de los miles de migrantes que han llegado en busca de un techo donde vivir.

Las banderas de Honduras, Guatemala y El Salvador, entre otras, están pintadas en las paredes del refugio, el cual también está adornado con dibujos y manualidades que los extranjeros realizan durante su estancia.

“Era importante abrir un refugio aquí porque los migrantes empezaron a llegar a la capital, especialmente después de que Enrique Peña Nieto implementó el Programa Frontera Sur para contener a la migración.

“El gobierno no dejaba que los extranjeros subieran a La Bestia, por lo que la gente buscó cómo moverse y salvaguardar su vida, entonces la Ciudad de México se convirtió en una opción para ellos”, dice Gabriela.

A pesar de que la Casa Tochán se ha convertido en la residencia de varios migrantes, personas como Mario Buendía aceptan que ningún lugar se puede comparar con el hogar que tenían con su familia.

“Ha sido duro alejarme de la familia y saber que no puedes regresar porque ya conoces lo que te va a pasar, pero al mismo tiempo me ha reconfortado saber que varias de las personas que veían en la caravana lograron llegar a Estados Unidos. Muchos tenían mi número [de teléfono] y me han mandado mensajes de que ya se encuentran allá. Me siento bien por ese aspecto”.

Huyen por la violencia. Según cifras de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), actualizadas hasta septiembre de 2018, la violencia generalizada es el principal motivo por el cual los migrantes huyen de sus países.

De 3 mil 911 casos en los que los solicitantes de refugio sí especificaron el motivo por el cual llegaron a México, 55% dijo que lo hacía para escapar de la inseguridad de su país.

Huir de un conflicto interno es la segunda causa por la que los migrantes piden refugio en México, seguido por la violación de derechos humanos y la violencia intrafamiliar.

Se ha registrado que las personas con nacionalidad hondureña, con 7 mil 884 casos hasta septiembre de 2018, son quienes más solicitan refugio en México. Después, están los venezolanos, con 4 mil 249, y los salvadoreños, con 3 mil 533.

Edwin Alvarado es hondureño y llegó a México hace dos meses, aunque apenas esta semana llegó a la Casa Tochán: “Fueron dos motivos por los que salí de mi país: porque la economía está muy baja y el trabajo que ofrece el gobierno no es suficiente, y por la discriminación de las pandillas, no te dejan transitar libremente por Honduras, no puedes visitar otros barrios ni visitar a tu familia si vive en otro lugar”.

Edwin también dice sentirse más seguro desde que llegó a la Casa Tochán: “Desde que entras huele a hogar. Aquí me recibieron con un jabón, un baño caliente y una cama limpia. Siempre hay comida, aunque eso me pone a pensar que yo me echo un taco y no sé si mi familia allá en Honduras tuvo dinero para comer”.

Comparte que su camino a México no fue sencillo, puesto que durante su recorrido fue víctima de hostigamiento por parte de algunas a personas, a quienes debía pagar para que lo dejaran seguir su camino.

“Le tuvimos que dar dinero a unos militares en Juchitán, Oaxaca. Nos amenazaron y dijeron que si no les pagábamos, nos iban a regresar a nuestros países”, explica Edwin, quien espera que las autoridades regularicen su paso por México.

“Este país me gusta mucho para quedarme, en especial Quintana Roo, porque dicen que allá está muy bien. Viajar a Estados Unidos es muy complicado y peligroso, entonces prefiero quedarme aquí”, concluyó.

Mario y Edwin forman parte de los miles de migrantes que este año han llegado a México con el objetivo de entrar a Estados Unidos o para quedarse a vivir en nuestro país. Según cifras de la Comar, hasta marzo de este año se recibió a 29 mil 600 personas que solicitaron refugio.

 La mayor parte llegó a Chiapas, pues ahí han iniciado su trámite 16 mil 450 migrantes; en la Ciudad de México, 8 mil 620; en Veracruz, 2 mil 468, y en Tabasco, 2 mil 62.

 

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