“Me gustaría morir en Oaxaca”, había dicho Rius en su segunda tierra

A Eduardo del Río ya no se le hizo morir en tierra oaxaqueña, de cuya cultura y tradiciones se enamoró

Fotos: Edwin Hernández y Mario Arturo Martínez
Nación 08/08/2017 13:15 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 14:22

"Me gustaría morir en Oaxaca. Es un ambiente de mucha libertad el que se vive aquí", dijo “Rius” en 2013, cuando llegó al estado con la intención de permanecer hasta el último de sus días.

A Eduardo del Río (Zamora, Michoacán, 1934) ya no se le hizo morir en tierra oaxaqueña, de cuya cultura y tradiciones se enamoró; este martes falleció en Tepoztlán, Morelos.

En su segunda patria, paseaba por las calles, cuidaba de su hija, que decidió estudiar en la entidad; creaba, disfrutaba de la gastronomía y el mezcal; participaba en encuentros literarios y editó libros.

Antes de su partida, se había convertido en oaxaqueño por adscripción propia. Al lugar donde habitaba le dedicó varios libros, entre ellos, “Oaxaca de ‘Rius’” publicado en 2015 por la editorial Almadía.

En las páginas del libro cubierto con pastas rojas, el autor hizo referencia a lo que más le gustaba del estado, su gastronomía. Por eso dibujó quesillo y gusanos de maguey; editó otros dos libros más.

Este martes, Oaxaca amaneció gris. Para el caricaturista Darío Castillejos, fue “una mañana triste con un sabor diferente y extraño”. La partida de “Rius”, el amante de la Verde Antequera, conmocionó a uno de sus grandes amigos.

“Es vivir la pérdida de alguien tan querido y deja sentimientos que se agolpan”, señala el Premio Nacional de Periodismo, con quien el hoy extinto monero tuvo una relación estrecha. Para Darío es inevitable que las vivencias le lleguen a la mente.

Recuerda en el michoacano como un hombre incansable que, a pesar de haberse retirado hace cuatro años para disfrutar de una modesta jubilación, nunca dejó de trabajar, pero sobre todo, nunca dejó de tener ánimo por la vida: “era un maratonista del humor”, resalta Castillejos.

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Dejó libro pendiente

En entrevista con EL UNIVERSAL, Darío rememora cómo caminó al lado de “Rius” para conocer Oaxaca en “un tour por toda la ciudad. Porque a él le gustaba conocer Oaxaca a ras del suelo”. Entre las calles empedradas de la capital, ideó uno de sus últimos proyectos, un homenaje al caricaturista originario de Tlaxiaco, Héctor Ramírez Bolaños “RAM”, que continuará sin la batuta de Del Río.

Para demostrar el cariño a su segunda tierra, “Rius” se presentaba recurrentemente en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), a fin de presentar sus libros y opinar lo mismo de los hábitos de lectura del presidente, que de lo "chafa" que le resultaba la reforma educativa y su aplicación en el estado. En víspera de la de este año, preparaba su intervención, donde anunciaría su proyecto.

Durante su estancia en Oaxaca, colaboró con Francisco Toledo en campañas de defensa de los recursos naturales; al Instituto de Artes Plásticas de Oaxaca (IAGO) llevó ejemplares de "Aguas con el agua", para promover la preservación y cuidado del vital líquido. "En Oaxaca tuve la enorme dicha de conocer y tratar a Toledo, enorme pintor y gran defensor de su terruño", acotó sobre su experiencia con el juchiteco.

La última plática que Darío Castillejos sostuvo con su colega y compañero de batallas fue hace unos 20 días. La familia, cuestiones personales y anécdotas fueron el tema de la charla telefónica, durante la estancia de “Rius” en Tepoztlán, lugar que fuera su última morada.

La conversación derivó en una promesa de visita; Castillejos tenía planeado viajar para ver a su amigo en próximos días y llevarle sus encargos: chapulines, tlayudas y quesillo, porque “nunca dejó der ser un tragón”.

Al mundo de los moneros le ha llovido sobre mojado. En noviembre pasado, la partida de Rogelio Naranjo significó una gran pérdida, hoy con el fallecimiento de Rius, el vacío crece. “Me deja un sentimiento de orfandad, y por otro lado enseñanzas de vida que enriquecen. Experiencias y peripecias en la memoria. Me hacen atesorar el legado que me dejan y no me queda más que tratar de emular su legado”, finaliza el caricaturista oaxaqueño.

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