De cazador a protector iguanero
Abilio Villarreal se hace cargo del refugio que cuenta con más de 60 mil ejemplares
Abilio Villarreal Morga pasó de cazador furtivo a protector y productor de animales en peligro de extinción, entre ellos, la iguana, de la que ha logrado reproducir más de 60 mil ejemplares en los últimos siete años.
En su rancho El Recuerdo, ubicado en el municipio de Mazatán, a unos 27 kilómetros de Tapachula, se encuentra la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) El Iguanario, autorizado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para la conservación, producción, pie de cría, educación ambiental, exhibición, mascotas, aprovechamiento, comercialización de ejemplares vivos, productos y subproductos, el cual inició operación en 2011.
Abilio confiesa que en la adolescencia era un cazador furtivo de diversas especies de animales como iguana, cocodrilo, armadillo, venado, tepezcuintle y tortuga, entre otras.
“La idea de abrir una UMA fue espontánea; me puse a analizar que depredando esos animales con el tiempo se van a terminar y nunca los volveremos a ver ni a consumir su carne rica y nutritiva”, reconoce Abilio sobre el origen del refugio animal.
Recuerda que en 2010 inició el proyecto con 169 iguanas hembras y 33 machos en el rancho de 20 hectáreas, pero debido a que este tipo de reptiles son especies protegidas se debe contar con permisos especiales para su posesión y reproducción.
En 2011, Abilio a través de la Semarnat, obtuvo un crédito por un millón 400 mil pesos que le sirvió para acondicionar 40% del lugar que planeaba para ser el centro de reproducción de iguanas y logró echar a andar el refugio que actualmente cuenta con más de 60 mil iguanas en completa libertad.
Villarreal Morga detalla que los años que se dedicó a la caza le enseñaron a conocer el hábitat de esos animales, su comportamiento, los árboles en los que les gusta vivir, qué comen, el tipo de tierra en la que andan, cómo rascan y la hora en que quieren desovar.
También son alimento
El protector de iguanas considera que falta educación ambiental para tener respeto a la vida silvestre, pues la caza inmoderada ha llevado al borde de la extinción a estos reptiles, los cuales también son un rico alimento.
Abilio reconoce que generalmente se buscan las iguanas para consumo humano, ya que su carne es codiciada por su buen sabor, además de estar presuntamente libre de colesterol y triglicéridos, por lo que propuso que se establezca una veda de consumo de cuatro meses —en los que usualmente las iguanas están cargadas a principios de año— a fin de permitir su reproducción y mantener su ciclo de vida.
En El Iguanario, además del programa de conservación, se ofrecen visitas guiadas para estudiantes y grupos de familias, también cuenta con servicio de restaurante con toda la reglamentación de ley para degustar la iguana ya sea en mole o en pipián, además de otros platillos exóticos.
Refugio costoso
A pesar de sentirse satisfecho con El Iguanario, Abilio Villarreal Morga reconoce que es difícil mantener este proyecto debido a que no cuenta con apoyo de ninguna instancia gubernamental y la inversión anual es de más de 2 millones de pesos.
“Quisiera que el presidente López Obrador conozca el proyecto para que considere si merece invertirle. Si me apoya, me comprometo a donarle 30 mil iguanas cada año para repoblar algunas áreas de su hábitat”, ofrece el ambientalista.
Asegura que no es fácil alimentar más de 60 mil iguanas grandes, medianas y chicas diariamente, lo cual ha logrado solventar gracias al respaldo que le ha brindado la empresa Agromod (dedicada a la producción de papaya), la cual le regala unas 30 toneladas cada mes.
Sin embargo, debe invertir en la compra de otro tipo de alimento y pagar a unos 15 trabajadores, pues el refugio también cuenta con otras especies como venado cola blanca, tepezcuintle, pecarí de collar, tortugas y armadillos, que también están en programa de protección y reproducción