Habían acordado salir juntos ayer; sin embargo, sólo unos mil abandonaron el lugar y viajaron por el Metro desde la estación Ciudad Deportiva hasta Cuatro Caminos para dirigirse a Querétaro, adonde llegaron por la tarde.
“La ONU nos ha engañado, no es posible que esta institución no vea a todas estas personas. No los queremos ver en nuestra caravana. No les pedimos mucho, sólo los autobuses para continuar, tenemos niños, mujeres embarazadas, personas de la tercera edad que no pueden caminar y enfermos, cosas que la ONU bien lo pudo solucionar. Si algo nos pasa, será culpa de la ONU”, dijo Roberto García, migrante hondureño.
La tercera caravana, integrada en su mayoría por salvadoreños, llegó por la mañana al Estadio Ferrocarrilero, pero al encontrarse con el segundo grupo, de mayoría hondureños, se dio una confrontación de palabras por no existir las condiciones para la convivencia en el mismo espacio.
La segunda caravana, con alrededor de mil 200 personas, partió rumbo al territorio veracruzano. El otro contingente se quedará un día más en Matías Romero y esperará que la segunda caravana avance para evitar problemas.
Autoridades de Querétaro esperaban ayer el arribo de centroamericanos. Les brindarían albergue y alimentación en la zona de San Juan del Río, tanto en una carpa colocada en el inicio del libramiento Palmillas-Apaseo, como en el anexo al Cecuco, en la cabecera municipal.
Sin embargo, menos de un centenar llegó al albergue del Cecuco y todos decidieron sólo tomar los alimentos e irse cuando se enteraron de que no era la capital del estado. Sólo tres migrantes se quedaron para dormir.
Las casi 200 colchonetas colocadas para recibir a los extranjeros se quedaron vacías; en las mesas permanecieron las bolsas de alimentos, y el módulo de salud entregó cerca de la mitad de medicamentos y Vida Suero Oral que habían previsto. Los migrantes decidieron seguir hasta Querétaro, la ciudad capital. Por la noche comenzó una concentración de centroamericanos en la alameda de Querétaro, ése era el punto de encuentro para estos pequeños grupos que llegaron antes que sus connacionales, a quienes esperarán para poder continuar.
Por la tarde un contingente llegó a Guanajuato y se tomó un descanso en las instalaciones de la Policía Federal de Celaya, donde recibió alimentos y atención médica.