Manos mayas cosen uniformes de la NASA
Empresa instalada en Valladolid elabora vestimenta de técnicos y personal operativo de la agencia espacial estadounidense.
Valladolid, Yucatán
Pocos lo saben y, aunque resultara difícil de creer, son manos artesanales de mayas del oriente de Yucatán las que elaboran batas, camisas, overoles, chamarras, botas y trajes especiales para la NASA (Aeronautics And Space Administration, por sus siglas en inglés).
Se trata de más de 550 personas, entre hombres y mujeres, que laboran en el Grupo Alsico Promex, ubicado en el Parque Industrial de Valladolid —municipio ubicado a 160 kilómetros de Mérida— y que han recibido capacitación de entre tres y seis meses para poder trabajar en esta maquiladora con tecnología especial de lo más avanzado en el mundo.
La empresa se estableció hace apenas 10 meses en Yucatán, con una inversión de 52 millones de pesos. Aquí, además de surtir los pedidos de la NASA, se confecciona ropa especial para científicos de laboratorios químicos internacionales y trajes especiales como los de siderúrgicas, entre otras prendas.
El director general de Grupo Alsico Promex, Adrián Carabias Anzorena, asegura que la empresa planea expandirse hacia otros municipios, por las condiciones que les ha ofrecido el estado y su gente.
“La mano de obra de los yucatecos es de mucha calidad, además de que son personas nobles que saben y les gusta trabajar, características que han sido atractivas para el Grupo Alsico”, afirmó.
Carabias Anzorena explicó que otro punto importante para establecerse en el estado fue la seguridad y los conectes geográficos, ya que se cuenta con un puerto de altura en Progreso que facilita la importación de las telas especiales que se usan como materia prima y también para la exportación de sus productos terminados a sus mercados principales en Europa y Estados Unidos.
La empresa cuenta con 90% de capitales de Bélgica y 10% de empresarios mexicanos y por ahora requiere de por lo menos 400 empleados más de manera inmediata para cubrir la demanda.
Confección para la NASA
Carabias Anzorena, en compañía de otros supervisores y directivos de la empresa, ofreció un recorrido exclusivo a EL UNIVERSAL por la planta donde se pudieron observar los equipos sofisticados con los que se trabajan los diseños y se confeccionan los trajes para un sector específico bajo rigurosas normas.
El director detalla que en todos los casos el trabajo debe ser exacto, sin error, pues cuando se presenta la más mínima diferencia esa ropa ya no puede corregirse y tiene que desecharse, lo que representa pérdida para la compañía.
Todo el equipo industrial es operado por personal yucateco, quienes con un diseño trazado y aprobado cosen las prendas que no deben tener ni hilachas ni otro defecto.
Carabias Anzorena explica que en el caso específico de los encargos para la NASA se trabaja con la tela “cleaning room”, que es un material de poliéster sintético con 2% de policarbonato. Abunda que para estos pedidos, la NASA les da especificaciones muy claras de cómo debe ser el equipo que encargan y por ello son muy rigurosos en la calidad de cada traje que se confecciona.
Al respecto, el gerente de la planta Alsico de Valladolid, ingeniero Rafael Villa, informó que el contacto para trabajar uniformes y prendas especiales para la NASA se logró a través de la filial de corporativo en Estados Unidos y es prácticamente permanente.
“No hay una cantidad específica que se envía al mes, sino que varía de acuerdo a las solicitudes que envían, pueden ser de botas, de batas o de trajes especiales para los trabajadores de ese centro espacial”.
Los trajes que se elaboran para la NASA tienen especificaciones en la misma solicitud y son para técnicos y científicos que laboran en plataforma o en áreas reservadas de ese centro espacial estadounidense.
La filial de Grupo Alsico en Estados Unidos es la que estableció el contacto o convenio y ocurre igual con otras filiales con las que cuenta en Bélgica y Europa, mercados hacia donde pretenden expandirse.
A decir de los empresarios del corporativo Alsico, los trajes para la NASA tienen sus propias características; la principal es que ninguna de esas prendas puede tener electricidad estática o acumulación de un exceso de carga eléctrica (positivas o negativas), de tal forma que esa ropa no sea conductora de esa acumulación, sino aislante.
Otra es que no deberán tener hilos, hilachas ni mucho menos desprendimientos, son prendas elaboradas 100% correctas o, de lo contrario, el cliente las rechaza.
Quienes laboran en la maquiladora saben que la premisa es la exactitud y la eficiencia, porque cometer un error representa pérdida de tiempo y materia prima, la cual es costosa, ya que todas las telas con las que trabajan son de importación. “No hay telas de ese tipo en México”, explica el director del corporativo.
Otros pedidos
El mismo estándar de calidad es aplicado para los trabajos que se comercializan para laboratorios internacionales que realizan investigaciones de alto nivel y que deben tener protección ante todo tipo de químicos.
Por ejemplo, entre sus elaboraciones están trajes que tienen la particularidad de convertirse en ceniza al contacto con el fuego y no se pegan a la piel, los cuales son realizados con la tela “five retardant.
También tienen otra variedad de vestimenta especializada para guardabosques, para personal de protección civil y para gente que labora bajo altas temperaturas, como en el caso de siderúrgicas.
Carabias Anzorena sostuvo que tienen pedidos de laboratorios internacionales como Pfizer, los cuales exigen prendas especiales para sus científicos que trabajan con todo tipo de sustancias delicadas.
Ramón Barroso Marvan, director comercial del Grupo Alsico y de la maquiladora de Valladolid, agregó que son muchos los mercados a los que quieren llegar y competir. México es uno de ellos e incluso buscan incursionar con prendas para el sector hotelero turístico del país, para ampliar sus mercados.
Oportunidad para el estado
El director general de Grupo Alsico, Adrián Carabias Anzorena, reveló que una vez que la maquiladora de Valladolid esté completa de personal tienen la idea de expandirse hacia otros municipios del estado, ya que quieren aprovechar las facilidades que da el gobierno de Yucatán para arraigar a la población, y como una forma de frenar la migración.
De acuerdo con los funcionarios de Grupo Alsico, los trabajadores ganan un mínimo de mil 743 pesos a la semana y pueden obtener más recursos con los bonos de productividad, puntualidad y asistencia.
Gran parte del interés de estas maquiladoras en Yucatán es el tipo de gente con la que trabajan. Según Carabias Anzorena, “es gente humilde, noble, trabajadora y de muchas habilidades que le permite aprender rápido, a diferencia de otros puntos del país”.
“No puede haber error”
Una de las decenas de jóvenes indígenas que laboran en la maquiladora es Leslie Yamil Cocomo Moo, de 24 años de edad, madre soltera y que labora para educar y ver crecer a su pequeño hijo de dos años.
Ella se capacitó para poder trabajar en Grupo Alsico y desde hace más de ocho meses labora en la empresa donde gana, en promedio, mil 700 pesos a la semana, además de los bonos de productividad y asistencia a los que puede tener acceso por buen desempeño.
Leslie nació en la comisaría de Dzinup —ubicada a sólo 15 kilómetros de Valladolid— donde vive con sus padres. Asegura que algo que la entusiasma es la posibilidad de que la maquiladora instale en breve una guardería cerca de la empresa para apoyar a las empleadas que son madres de familia, porque así podría tener cerca a su hijo mientras ella trabaja.
Aclara orgullosa que es de origen maya y cuenta —mientras hace su trabajo— que proviene de una familia tradicional autóctona, en la que su padre es agricultor y su madre se ocupa de labores de hogar.
Entre sonrisas y concentrada en su trabajo, explica que su mamá es quien prepara el atole tradicional y los “xcuts” (salsas) de tomate y chile habanero que a diario y tradicionalmente hace para acompañar sus alimentos.
La mujer dice que los conocimientos adquiridos en la maquiladora le permitirán aspirar a crecer, pues de lunes a viernes labora en la planta como costurera, pero los sábados asiste a cursos voluntarios de capacitación acreditados y que le ayudarán a subir de escalafón y de salario dentro de la misma empresa.