El futbolista que desafiará a Trump

El guatemalteco Abner asegura que cruzará la frontera a como dé lugar

Sín límites. Abner asegura que si no logra cruzar en la caravana a EU pagará 15 mil dólares a un coyote. Foto: Roselia Chaca / EL UNIVERSAL
Nación 11/11/2018 12:17 Roselia Chaca Matías Romero, Oax.- Actualizada 12:20

Abner Aldair Vicente Constanze y sus cinco amigos brincan de golpe del jeep que les dio aventón en San Pedro Tapanatepec, en los límites con Chiapas. Bajan metros antes de llegar a la garita del Instituto Nacional de Migración (INM) y se echan a correr para no ser atrapados por los agentes; en la camioneta dejan maleta, ropa, dinero y documentos.

A considerable distancia paran y esperan al resto de migrantes. Afirman que en montón es más seguro viajar y la migra no los detiene.

Aldair ríe al recordar cómo llegó hasta el centro deportivo Emiliano Zapata, en este municipio, después de ocho horas. Aunque al evocar la pérdida de sus pertenencias muestra preocupación.

“Así es esto, uno no sabe lo que nos va a tocar, es un riesgo. A unos les va bien, algunos cruzarán, otros no”, dice con seguridad. Cuenta que si no logra pasar a Estados Unidos a la primera, le pagará a un coyote 5 mil dólares, puesto que del otro lado ya tendrá trabajo.

“Tengo familia en Miami, Nueva Jersey, California. Mi tirada, desde que salí de mi casa, era no pagar los 15 mil dólares que me piden para cruzarme, así que es una ventaja venir así en caravana”, explica trepado en una camioneta esperando que le toque un plato de comida.

Aldair tiene 21 años y es oriundo de Jutiapa, Guatemala. Además de soldador es futbolista, pertenece al Club Deportivo Catocha de la Segunda División de su país, así que trabajo no le faltaba, pero no era suficiente: quiere una casa y tierras, que le vaya bien como le fue a su padre cuando era joven.

En su pueblo, relata Aldair, casi todos los jóvenes emigran a la Unión Americana. Los integrantes de su familia alguna vez se fueron y lograron el sueño americano.

Enumera a sus tíos dueños de tienditas, negocios y empresas familiares en varios puntos de Estados Unidos y muestra orgulloso lo que su padre logró en 10 años de trabajo en la construcción.

“Mi papá se fue y ganó dinero para darnos estudios y para construir nuestra casa. Yo he pensado irme, pero no he tenido los 15 mil dólares, y cuando pasaron cerca del pueblo en la primera caravana no lo pensé, luego vi la segunda, pero me animé en la tercera. Aquí estoy”.

El joven guatemalteco y sus amigos monitorean las noticias a través de sus celulares. No pierden la ruta que lleva el primer contingente, saben que tienen que llegar a la Ciudad de México y de ahí partir hacia el norte por cuenta propia. También están atentos a las acciones de Donald Trump en la frontera, se ríen y afirman que no los detiene, que cruzarán a como dé lugar.

La tercera y última caravana, en la que vienen Aldair y sus amigos, estuvo escasos tres días en Oaxaca. Avanzaban con rapidez, les urge llegar en grupo, mientras más sean vaticinan que será más fácil.

Comentarios