Aumentan feminicidios con violencia en el país

Al menos 13 mujeres fueron asesinadas con extrema saña, signos de violencia feminicida e indicios del crimen organizado, de los cuales 3 fueron en Oaxaca

Foto: Cortesía VICENTE CERQUEDA
Nación 12/07/2020 10:57 Alicia Pereda y corresponsales Actualizada 10:57

Asfixiadas, calcinadas y ultimadas a machetazos. En las últimas semanas, al menos 13 mujeres han sido asesinadas en los estados con extrema saña, signos de violencia feminicida e indicios de crimen organizado. El homicidio de dos de ellas, Mónica y Ema, jóvenes embarazadas, ocurrió tras abrirlas para intentar arrancarles a sus hijos; una más, Conchita, fue calcinada junto a su bebé.

Según un recuento de EL UNIVERSAL, las edades de estas mujeres van de los 12 a los 89 años, y los asesinatos han ocurrido en contextos variados: a las mazatecas Virginia y su hija Julia les quitaron la vida a machetazos; a Guadalupe, rectora de la Universidad Valladolid, en Xalapa, la asesinaron a tiros en su domicilio.

En este sentido, la doctora Lucía Núñez, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM, explica que al analizar la violencia que se comete contra las mujeres y las formas en que son asesinadas, es necesario tomar en cuenta el contexto de violencia que se vive en el país y, sobre todo, el impacto que tiene en sus vidas.

“Hay que cuestionarse, sin invisibilizar la razón de género, si hay un vínculo entre el crimen y la violencia contra las mujeres. Hay que analizar, por ejemplo, cómo entendemos la narrativa de los feminicidios, es decir, por qué matan a las mujeres de forma cruel (…) Existe crimen organizado cuando el Estado está inmiscuido, ya sea por corrupción, complicidad”, dice.

De la sierra a la ciudad

El 22 de junio, habitantes de Peña Campana, en Huautla de Jiménez, Oaxaca, hallaron los cuerpos de Virginia, de 89 años, y de su hija Julia, de 43. A ambas les quitaron la vida a machetazos. Los cuerpos estaban cerca de su vivienda.

El doble feminicidio se dio en un contexto de violencia creciente en ese municipio indígena, que acumula la desaparición de al menos 16 personas, por lo que pobladores de la región protestaron para pedir justicia.

Dos días después, en hechos diferentes, dos mujeres más fueron asesinadas en Veracruz: a una de ellas, de 55 años, la mataron a disparos en Tomatlán. La otra víctima fue Lucía, de 63, cuyo cuerpo fue hallado en una letrina, en el municipio de Papantla.

Para el 28 de junio ocurrió al menos otro par de crímenes. En Hermosillo, Sonora, Kariana, de 24 años, fue asifixiada en su departamento.

También ese domingo, pero en Ejutla de Crespo, Oaxaca, María Concepción, de 17 años, y Alexander, su bebé de un año y 10 meses, fueron calcinados en el cerro El Mexicano. Se ha planteado que las víctimas pudieron ser quemadas vivas. La fiscalía oaxaqueña informó que capturaron al presunto feminicida.

El 29 de junio una mujer fue asesinada por su hijo en Pachuca, Hidalgo. Asimismo ese día mataron a Guadalupe Martínez, rectora de la Universidad Valladolid, en Xalapa, Veracruz.

El 5 de julio, también en Veracruz, fue localizado el cuerpo de la pequeña Reyna Isabel, de 12 años, quien se dedicaba a la venta de pan y había desaparecido un día antes. Un menor de 15 años fue detenido como probable responsable.

Ese mismo día mataron a disparos a una mujer en Culiacán, Sinaloa. El cuerpo de otra fue hallado en una carretera de Zimapán, Hidalgo, junto con un mensaje en una cartulina.

Hasta las entrañas

En las últimas semanas las alertas se han encendido también por crímenes contra mujeres embarazadas. El primero de ellos fue el de Mónica, de 22 años, cuyo cuerpo fue encontrado el 26 de junio en la cisterna de una quinta abandonada, en Juárez, Nuevo León.

Con ocho meses de embarazo, la joven habría sido engañada y secuestrada por una mujer que conoció en redes sociales y quien le dijo que le regalaría ropa de bebé. Según las pesquisas, Mónica murió a consecuencia del corte que le hicieron al sustraerle a su hija. Al respecto, la fiscalía estatal informó sobre la detención de la mujer que citó a Mónica y quien tenía consigo a la bebé.

Asimismo, en San Luis Potosí, el pasado 30 de junio se registró el asesinato de Ema, de 19 años, en el municipio de El Naranjo. Tenía seis meses de embarazo cuando alguien entró a su casa y la atacó. Sus familiares la encontraron desangrándose; el bebé que esperaba no sobrevivió al ataque.

“Ahí hay una situación muy compleja: crimen organizado. Sin ser arriesgada, puedo decir que lo que vemos es que prácticamente le están arrancando un recién nacido para otros fines. Hay otro factor adicional al de género”, señala al respecto la doctora Lucía Núñez.

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