Mensaje íntegro del Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz en el evento #102MujeresLíderes
Este jueves se realizó el Encuentro 102 Mujeres Líderes que organizó el Gran Diario de México con motivo del Día Internacional de la Mujer
Bienvenidas, gracias por acompañarnos en este evento con 102 mujeres destacadas de México.
Cada año nos reunimos aquí para honrar a las mujeres más importantes de nuestro país. En esta ocasión el encuentro cobra mayor sentido a la luz de las noticias de los últimos meses en el mundo.
La denuncia de acoso sexual por parte de una actriz estadounidense en contra de un productor, ha desatado una ola confesiones en varios países, incluido México, sobre cómo muchas mujeres han tenido que enfrentar hostigamiento para poder crecer en su profesión.
Estas revelaciones han logrado poner reflectores sobre un tema que había permanecido en las sombras demasiado tiempo.
El llamado “techo de cristal” que habíamos mencionado desde hace años, en referencia a la imposibilidad de las mujeres de llegar a posiciones clave en las empresas y los gobiernos, no era una combinación indescifrable de factores que las limitaba, sino principalmente hombres que les obstruyen el camino hacia la cima.
Los escándalos recientes, son apenas los síntomas más visibles de una falla sistemática en nuestras sociedades. Debemos aprovechar el momento para plantear soluciones concretas a problemas cotidianos, como el acoso a mujeres en el ámbito laboral o la escasa denuncia contra actos de violencia de género.
Una encuesta nacional, dada a conocer por el INEGI en agosto pasado, sobre la dinámica de las relaciones en los hogares, reveló que 26% de las mujeres mexicanas, han sido acosadas sexualmente en su trabajo.
Lo más grave es que no hay una respuesta adecuada, en primer lugar, por autoridades insensibles ante la denuncia, pero también porque muchas mujeres violentadas minimizan los alcances de sus derechos.
La misma encuesta reveló también que quienes más quejas hicieron sobre su situación fueron las habitantes de zonas urbanas y con mayor escolaridad, mientras que en zonas rurales con menor instrucción, ellas veían mejor su propia condición.
Nos enfrentamos a un reto titánico que debe reforzar la difusión de información acerca de la igualdad de género. Frente a ustedes, decir algo así suena obvio. Lamentablemente, no lo es todavía para millones de mexicanas y mexicanos.
Hay que seguir avanzando en las medidas de equilibrio. Está en marcha la implementación de cuotas de género en candidaturas de los partidos políticos; sin embargo, a cuatro años de haber sido cambiada la legislación, seguimos sin llegar a la meta de tener 50% de mujeres en los diferentes espacios de decisión en los poderes ejecutivo y legislativo.
Es en los hábitos cotidianos donde se pueden conseguir progresos duraderos en el comportamiento de las personas. Todos y todas, desde nuestros espacios, podemos colaborar con este propósito. Tomará tiempo y los resultados serán difíciles de medir, pero con toda seguridad lograremos mejorar.
Hay que reconocer también que México ha dado pasos importantes rumbo al trato igualitario entre hombres y mujeres. Hoy tenemos a destacadas políticas que el próximo primero de julio competirán en los procesos electorales de ese día.
Margarita Zavala, candidata independiente a la Presidencia de la República, un gran logro cuando no se cuenta con el respaldo de una organización política.
En la Ciudad de México, por primera vez en su historia, una mujer será electa como jefa de Gobierno. Hoy nos acompañan: Claudia Sheimbaum, Alejandra Barrales y Purificación Carpinteyro. Ellas antes tuvieron que superar estructuras partidistas y un contexto político que sigue privilegiando a los hombres.
Les deseo éxito en las elecciones. No me sorprendería su victoria, las mujeres en México nos han demostraron que no necesitan ayuda ni concesiones para conseguir metas. Recordemos que hombres y mujeres hemos construido este país. Finalmente, aprovecho este espacio de inclusión y solidaridad, para hacer a los mexicanos un llamado a la unidad, sobre todo en tiempos tan convulsos.
En los próximos meses, como cada seis años, viviremos un proceso electoral en el que los ánimos desbordados nos llevarán a rivalizar con nuestros pares. Mujeres y hombres de diferentes ideologías y partidos políticos intentarán desacreditar los méritos del contrario para llegar a las posiciones de poder que están en juego.
Debemos ser conscientes que estos afanes, si bien son normales durante cualquier elección, no pueden conducirnos a romper el diálogo ni a cerrar la posibilidad a la conciliación. Es ahora, más que nunca, que necesitamos mostrar al mundo que nuestras diferencias se pueden resolver de manera civilizada y sin convertir a rivales en enemigos.
La contienda electoral puede ser una gran oportunidad para mostrar unión, responsabilidad, madurez y visión de futuro.
México y los mexicanos somos capaces de salir adelante, de demostrar que nuestros valores democráticos llegaron para quedarse. Las elecciones de 2018 y sus resultados deben servir para unirnos, no para distanciarnos.
Todos esperamos madurez de los contendientes, de los candidatos a la Presidencia de la República. Todos esperamos que el país salga fortalecido y unido de esta contienda electoral, para afrontar los problemas que todavía nos aquejan, como la desigualdad, la pobreza, la falta de empleo, la injusticia, la inseguridad, la impunidad y la corrupción.
Vivimos tiempos complejos; es la oportunidad de que mujeres y hombres, unidos, demostremos porqué México es más grande que sus problemas.
Muchas gracias.