Recordemos que en febrero de este año, la entonces aspirante presidencial María de Jesús Patrico “Marichuy” sufrió un accidente donde su camioneta, una Nissan Urvan, se volteó ocasionando la muerte de una de sus acompañantes. Esta Cargo Van no contaba con Sistema Electrónico de Estabilidad (ESC) un requerimiento mínimo en países desarrollados.

La Urvan tiene versiones sin frenos ABS ni bolsas de aire. Introducir (de manera hipotética pues en la realidad no lo lograría) un vehículo así en Estados Unidos podría ocasionar muchos problemas a la marca y hasta podría ser considerado un delito.
Sin embargo, no es un problema de una sola marca sino de todas las que traen sus productos a comercializar en México. Hasta el año presente, Volkswagen y Mazda, por ejemplo, producen en el país los modelos Jetta y Mazda2 tanto para el mercado local como para el internacional.
Sin embargo, los modelos que se quedan aquí sólo cuentan con dos bolsas de aire, y para Europa y EEUU salen con seis y control de estabilidad. ¿Los costos ahorrados en producción valen la seguridad de los conductores mexicanos?

Y esta situación no parece que no cambiará, pues la norma oficial mexicana que regula la seguridad en los autos apenas recibió una modificación en 2016 y podría no volver a tenerla en algunos años más. Cabe destacar que ésta no exige frenos ABS ni control de estabilidad electrónico, requerimientos mínimos (desde hace algunos años) en países desarrollados.
Se han hecho algunos intentos desde instituciones como El Poder del Consumidor para que la realidad sea diferente. Pero, por ahora, parece que la mejor solución es que los usuarios inviertan un poco más en sus autos para recibir mejores equipos de seguridad.