"Sí, es un perdón, es un perdón, así. Eso es lo que se está planteando, decirle al pueblo de México: punto final, que se acabe la historia trágica, horrenda de corrupción e impunidad, que se acabe la política antipopular, entreguista y que comencemos una etapa nueva y que ya inicie una nueva historia", afirmó.
"Que ya no se perdone a nadie y que se pueda juzgar al presidente si es corrupto, a sus funcionarios, a sus familiares y que se destierre la corrupción para siempre", dijo.
"Yo no soy cacique, no aspiro a ser un dictador, yo soy demócrata. Entonces, no es darle la orden al poder Judicial o al poder Legislativo, que son independientes, de que se detengan procesos que se han iniciado por delitos de corrupción, todo lo que esté en curso se tiene que concluir y la autoridad competente lo tiene que resolver", explicó.
El presidente electo expresó que en su gobierno no apostarán a la persecución.
"Lo que he venido diciendo es que no es mi fuerte la venganza y que no creo que sea bueno para el país el que nos empantanemos en estar persiguiendo a presuntos corruptos. Sí se operará por eso, si somos honestos, tendríamos que empezar por los de arriba y no solo los de ahora, sino tiempo atrás", indicó.
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