Después de hacerse una cirugía de bypass gástrico, con la que logró bajar más de 50 kilos, la piel del abdomen de David, que era mucha, no logró regenerarse. Ese exceso quedó colgado en su abdomen y aunque probó con rutinas de ejercicio y con cremas reafirmantes, nada funcionó.
Un día tomó la decisión. Contactó a un cirujano plástico y logró deshacerse de esa piel en exceso que lo acomplejaba.
“Al cirujano me lo recomendó una amiga, todo fue muy rápido. Lo vi y en una semana ya estaba haciéndome los estudios y programando la cirugía. Me hicieron la operación un fin de semana de puente, y cuando desperté, sentía muchos deseos de verme para saber cómo había quedado”, platica David.
Pero él no es el único, ya son muchos los hombres en busca de un bisturí para mejorar su aspecto físico. A pesar de que la cirugía plástica solía ser un “asunto de mujeres”, en los últimos años los casos de hombres que buscan estos procedimientos se han incrementado.
Los procedimientos quirúrgicos más solicitados por el género masculino son la lipoescultura de alta definición, en la que se pueden marcar diversos músculos: los del abdomen, los pectorales, los hombros y las pantorrillas; la rinoplastia, que modifica la forma de la nariz; y la mastectomía, que reduce el tamaño del tejido mamario.
“Aunque la presión sigue siendo mayor para la mujer, los hombres también comienzan a sentirla”, agrega el médico, también miembro de la clínica Plasticsurg.
Esta presión social parece ser especialmente fuerte en la comunidad homosexual. “El 60% de quienes piden estas cirugías son personas homosexuales. Es una comunidad muy pendiente de su físico y que suele cuidarse mucho más que los ‘hetero’”.

El incremento en la demanda ha hecho que los cirujanos también se especialicen en los procedimientos. Si bien la rinoplastia y la mastectomía no son cirugías complicadas, la lipoescultura de alta definición sí representa un alto grado de complejidad.
Las cirugías estéticas más económicas para los hombres son la rinoplastia y la mastectomía, que pueden costar entre 30 mil y 70 mil pesos, respectivamente. Mientras que una lipoescultura de alta definición puede ir desde los 100 mil hasta los 180 mil pesos, sin contar los gastos de hospitalización.
“Antes las cirugías eran más comunes en las mujeres porque el propósito era dejarlas lo más delgadas que se pudiera”, dice el experto. En el caso de los hombres no había esa exigencia, pero ahora los músculos han ganado terreno y muchos no pueden, o no desean, lograrlo sólo con ejercicio.

David no sólo tuvo problemas con cómo solía verse su estómago, también quería deshacerse de los dos pequeños, pero evidentes, bultos en sus senos.
Al agrandamiento de los senos en hombres se le conoce como ginecomastia y al procedimiento para removerlos, mastectomía. Éste es uno de los más solicitados debido a que las burlas de la gente suelen ser constantes”, explica el cirujano Pérez.
Otro ejemplo de cómo la sociedad suele hacer señalamientos fue la noticia de que Héctor Herrera, centrocampista de la Selección Mexicana, se había realizado dos cirugías.
El futbolista publicó que la rinoplastia fue realizada para respirar mejor, pero omitió por qué se realizó la otoplastia (reparación estética de la oreja).
Y no resulta extraño. A pesar de que México ocupa el quinto lugar en cirugía estética a nivel mundial con 923 mil 243 procedimientos al año, de acuerdo con las más recientes estadísticas (2017) de la ASAPS, haberse realizado una cirugía plástica no es algo que los mexicanos estén dispuestos a aceptar.
“En México tenemos una cultura de vergüenza por decir que estás operado”, comenta el cirujano Pérez.
Para el psicólogo social, Ricardo Estrada, no aceptar que las mejoras al aspecto físico se deben a una cirugía tiene que ver con el miedo al rechazo social.
Para Estrada, en el pasado, preocuparse por la apariencia, desde el punto de vista masculino, era señalado como “cosas de gays”, era mal visto y criticado. Con el tiempo surgieron los metrosexuales, como se llama a aquellos hombres que invierten tiempo y dinero en su aspecto físico, y eso abrió un nuevo panorama.
El psicólogo dice que “ellos sentaron las bases y abrieron un camino para que otros hombres pudieran empezar a cuidarse sin ser juzgados”.