Venden documentos del 68 en internet y tianguis

Nación 30/04/2018 18:50 Teresa Moreno y Pedro Villa y Caña Actualizada 18:55

Documentos del movimiento estudiantil se ofrecen por internet, mercados y en tianguis

Pancartas, fotografías, calcomanías y revistas que datan del movimiento estudiantil de 1968 son vendidos y subastados en casas de remate, portales de internet, tianguis y mercados populares de la Ciudad de México.

EL UNIVERSAL encontró que los precios de estos archivos pueden variar, debido a que pueden ir desde los 100 hasta los 10 mil pesos. Los comerciantes indican que depende del lugar de venta y también del producto que se ofrece.

El 25 de junio de 2014, el lote 34 de la subasta 710, Morton Subastas, ofreció un linograbado del movimiento estudiantil con la frase: “Presos políticos, libertad”, un cuaderno hecho por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz con 80 perfiles y fotografías originales de los jóvenes que participaban en el movimiento estudiantil, así como una cartulina hecha en el otoño de 1968. La subasta terminó cuando un comprador ofreció 4 mil 500 pesos por este paquete.

La misma casa ofreció el pasado 23 de enero el compendio Mexican Student Posters: Posters from the Uprising 1968, fechado en 1969 y realizado por la editorial Studies in the Third World, con 15 reproducciones de pancartas en blanco y negro, de color, de 45 x 30 centímetros, producidos en el movimiento estudiantil mexicano y que incluía un folleto explicativo en español, inglés y francés.

El precio calculado para la puja era de entre 8 mil y 10 mil pesos; sin embargo, las personas no se interesaron por el producto.

En un portal en internet se ofrece una calcomanía con la imagen de Gustavo Díaz Ordaz, que se asegura fue hecha en el movimiento estudiantil de 1968, y cuyo precio es de 160 pesos.

Al visitar un mercado de ruedas en la delegación Coyoacán se encontró que un ejemplar de la revista ¿Por qué?, fechado en septiembre de 1968 y que incluía 10 volantes del movimiento estudiantil que convocaban a marchas, manifiestos, e incluso, uno de ellos detalla el ingreso de dinero obtenidos por “boteos”, se vendía por 100 pesos.

“Es evidente la presión ejercida por el gobierno al suspender el servicio de transporte para evitar que lleguen a la Ciudad Universitaria los compañeros que carecen de transporte propio; sin embargo, no vamos a ceder. Compañero: a ti que tienes automóvil, te invitamos a colocar un letrero con las letras: ‘CU’ en el parabrisas y recoger en tu recorrido a los compañeros de la lucha. Recuerda: ¡SÓLO UNIDOS VENCEREMOS!”, indica uno de los volantes hecho en papel revolución y firmado por el Comité de Lucha de la División de Estudios Superiores de la Facultad de Ingeniería, el cual se ofertaba en ese mercado.

Al visitar el tianguis cultural del Chopo, ubicado en la colonia Guerrero, El Gran Diario de México encontró que uno de los vendedores ofrecía por 50 pesos una cartulina hecha en abril de 1977. Ahí, diversos participantes del movimiento estudiantil repudiaban el nombramiento del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz como embajador de México en España.

“No queremos a Gustavo Díaz Ordaz de embajador. Lo queremos ver aquí juzgado, en esta plaza y en este sitio”, indica el cartel, el cual está acompañado por la imagen de la Plaza de las Tres Culturas.

“Lo que vale es su rareza”

El valor de materiales que se han producido durante hechos o movimientos relevantes en la historia de México, como el del 68, depende de la rareza en su contenido, así como de su estado de conservación, por lo que un volante producido en este periodo podría alcanzar un precio de hasta 10 mil pesos, informó Rodrigo Agüero, especialista de libros y documentos de Morton Subastas.

Indicó que la cotización de estos documentos radica en su valor histórico y porque “la mayoría estaban producidos en papel revolución y en mimeógrafos, por lo que ahora es muy raro que existan estos archivos en buen estado”.

Agregó que la cifra es debido a que “como eran volantes, la mayoría de las personas los tiraban a la basura y pocas personas los guardaban, lo que influye que sean tan raros y escasos hoy en día”.

El especialista señaló que quienes compran estos documentos son académicos e investigadores del tema, así como coleccionistas privados.

 “Podría vender parte de mi tesoro”

Más de 100 documentos, entre volantes, manifiestos, pancartas, revistas y periódicos editados durante el movimiento estudiantil de 1968, incluso algunos poco conocidos y que no se encuentran en los grandes fondos que registran este hecho, son parte del “tesoro” que durante casi medio siglo ha guardado José González, ex brigadista de la Facultad de Derecho de la UNAM.

Los documentos, los cuales se han vuelto amarillos, frágiles y que se han impregnado de ese olor tan característico de lo antiguo, son guardados celosamente en un sobre amarillo grande que guarda en su recámara. Con los ojos clavados en el volante que invita al mitin del trágico 2 de octubre, relata que cada vez que tenía que repartir la propaganda estudiantil guardaba un ejemplar.

“Siempre me ha gustado coleccionar cosas y cuando repartía volantes, sabía que tendrían un valor con el pasar de los años, porque estábamos viviendo una época histórica puesto que los universitarios nos manifestábamos contra la represión, algo nunca visto en nuestro país. Siempre guardé un ejemplar y por eso es que tengo este tesoro”, declaró.

Está consciente que “su tesoro” necesita conservación, por lo que aseguró que está dispuesto a vender algunos de sus documentos históricos, “sólo algunos, no todos, pero depende de la oferta que se me hagan”.

Sin embargo, debido a que este archivo detalla parte de un suceso importante en la historia del país, al ex brigadista universitario le gustaría prestar o donar su archivo hemerográfico a algún instituto o alguna universidad que se interese por conservar el amplio fondo.

“No soy egoísta y me gustaría que las futuras generaciones sepan de la lucha que dimos en 1968, por eso me gustaría donar o prestar estos documentos, porque creo que hay instituciones que tienen las condiciones de infraestructura para preservarlos, porque mira, están todos amarillos y se están rompiendo”, comentó mientras tomó con su mano izquierda el documento y miró con melancolía un volante que guarda con esmero desde hace 50 años.

 

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