Adiós basura... Coyotepec pone el buen ejemplo
Logró reducir 87% los residuos que antes iban a parar al basurero municipal, y además obtiene recursos económicos para obras comunes
Mientras la capital del estado se debate continuamente en crisis sanitarias cada vez que cierran el relleno sanitario municipal, en Oaxaca hay un único municipio distinguido a nivel estatal por el buen manejo de la basura.
Se trata de San Bartolo Coyotepec, que ha sido galardonado a nivel nacional por ser una localidad con conciencia ambiental y el manejo adecuado de los residuos sólidos.
En el 2013 recibió el premio nacional “Gobierno y Gestión Local”, que es entregado anualmente por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), la Universidad de Guadalajara, el Colegio de la Frontera Norte y el Fondo de Información y Documentación para la Industria (Infotec), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Este reconocimiento se describe como una estrategia para identificar, analizar, reconocer y difundir las mejores experiencias de un gobierno local, con el fin de fomentar mejores prácticas de gestión.
Las medidas que se describieron en el proyecto presentado al CIDE fueron implementadas desde el 2011 en la demarcación cercana al basurero municipal ubicado en la Villa de Zaachila, durante la administración de Horacio Sosa Villavicencio.
El proyecto nació como una necesidad de replantear la forma en la que se estaba tratando la basura.
“El problema de la basura estaba creciendo, había tiraderos clandestinos, se tiraba basura sin control en los arroyos y sitios públicos”, declaró Catalina Galán Mateo, quien prestó su servicio, en la administración premiada, como regidora de Salud y fue parte del Comité de Salud.
El proyecto
La también docente de educación básica comentó que el plan “Manejo integral de los desechos sólidos municipales” derivó de un análisis efectuado por un asesor municipal, tras el problema creciente de la basura que afectaba a toda la localidad, a lo que se le destinó una inversión inicial de 100 mil pesos.
La propuesta se dio a conocer en una asamblea comunitaria, donde fue aprobado, para después iniciar con las tareas de capacitación tanto al Cabildo como a los habitantes conformados en diferentes sectores de la comunidad, quienes fueron instruidos sobre los criterios para la clasificación y el manejo adecuado de los diferentes tipos de basura.
A la par de la capacitación a los habitantes, en el municipio se instaló un centro de acopio de los residuos que son susceptibles de reciclaje, se implementó una lombricomposta comunitaria y se adquirió un remolque separador de basura, para hacer las tareas del camión recolector.
Educación ecológica
A pesar de que algunos pobladores no mostraron disposición en un principio para modificar sus hábitos de tirar la basura, los esfuerzos de los colaboradores del municipio, de más de ocho mil habitantes, se hicieron visibles en los hogares y escuelas.
Los niños de primaria fungieron como inspectores ambientales y se encargaron de vigilar a cada paso las tareas de separación permanente de la basura y los residuos.
El programa también se implementó en la secundaria y el bachillerato de la comunidad, donde fue ampliamente aceptado por los jóvenes, quienes incluso diseñaron uniformes para las comisiones a cargo del monitoreo ecológico y adoptaron contenedores clasificadores de basura.
Las medidas se han aplicado por tres administraciones distintas, logrando que los pobladores eliminen totalmente sus viejos hábitos de quema de basura y contaminación de los espacios públicos.
Avance permanente
Actualmente, la población de San Bartolo Coyotepec separa la basura cotidianamente: el 80% se recibe en el centro de acopio como material reciclable, 10% se destina a la lombricomposta y el resto, por ser material no reutilizable, se destina al tiradero municipal de Zaachila.
El proceso adoptado por la comunidad logró la reducción de 87% de los residuos que se depositaban en el tiradero municipal y esto generó un ahorro considerable en las cuotas pagadas al municipio de Oaxaca de Juárez por concepto de recolección de basura, al tener un sistema propio.
Además del ahorro, otro punto a favor es que la forma de disponer de los desechos orgánicos, como la lombricomposta, generó ganancias, debido a que estos residuos son vendidos.
Las ganancias se emplean para dar mantenimiento al terreno donde se habilitó el centro de acopio de residuos inorgánicos y pagar el sueldo de los cuatro empleados, oriundos de la comunidad, que laboran en el sitio.
Prácticas conscientes
La profesora Catalina resalta que el cambio cultural tuvo que afectar, incluso, la forma de vida de la comunidad, pues las mayordomías y fiestas de la comunidad eran las prácticas en las que se generaba más basura.
Por esa razón, el municipio optó por prohibir el uso de materiales como el plástico y el unicel durante las festividades, a fin de reducir la producción de basura y la contaminación al medio ambiente.
Con las ganancias de la venta del material reciclado y el abono adquirieron vajillas, que alcanzan hasta para 800 personas, para el uso de quien lo necesite en fiestas que van desde un cumpleaños familiar hasta un evento comunitario.
El modelo ha sido aplaudido por otras comunidades, incluso de estados como Puebla y Jalisco, que han pedido asesoría a quienes lo implementaron en el municipio oaxaqueño. En el estado otras localidades, como Santa Lucía del Camino, han solicitado conocer el proyecto.
Aunque San Bartolo es una comunidad relativamente pequeña, cuna de las artesanías de barro negro, comparada con la capital del estado, la maestra Catalina asegura que el plan puede replicarse para terminar de tajo, y con respeto al medio ambiente, con el problema de la basura que afecta gran parte de los espacios públicos de la Verde Antequera.
“Adoptar las medidas es factible, es necesario que las autoridades apoyen su implementación con la seriedad suficiente para hacer que funcione”, finaliza Galán Mateo.