Niño de 8 años naufraga 24 horas y vive para contarlo
La embarcación “Miriam” se perdió la tarde del domingo pasado en Huatulco; viajaban dos oaxaqueños, un extranjero y un menor de alrededor de ocho años de edad, hijo del capitán de la embarcación que volvieron a tierra este lunes
Por 24 horas, un niño de ocho años de edad, un extranjero de nacionalidad francesa y dos oaxaqueños, permanecieron extraviados en altamar en el litoral del Pacífico, tras perderse la embarcación en que participaron en el Torneo Nacional de Pesca, que partió la tarde del domingo de la bahía de Santa Cruz Huatulco.
“Nos mataba la angustia por pensar en nuestros familiares; el mal tiempo originó olas que casi nos derribaran; tiró todo, principalmente los víveres. Un poco de agua que quedó en el piso nos sirvió para mantenernos con vida”, narró Ricardo Hernández Carrasco, un ingeniero en computación de la Universidad del Mar en Huatulco, partícipe de la odisea.
Informó a los medios de comunicación que en plena carrera, alrededor de las 14:00 horas, a unas 22-24 millas náuticas de la playa, se apagó el motor, se ahogó; “intentamos reparar pero nos fue imposible; así nos mantuvimos por varias horas; un faro a la altura de Santiago Astata nos guió, pero no pudimos regresar a tiempo.
“Así pasamos la noche; nuestra mayor preocupación fue la comunicación porque al apagarse el radio, no podíamos comunicarnos. Tuvimos que remar, en otras ocasiones improvisamos velas, pero la corriente fue muy fuerte. Realmente la pasamos muy mal; como a eso de las 11 de la noche se nos vino una ola que nos dio prácticamente la vuelta, perdimos casi todo”, narró.
En la embarcación “Miriam” viajaban Gilberto López, Frederik Bergerault, de nacionalidad francesa; Ricardo Hernández Carrasco y un menor de alrededor de ocho años de edad de nombre Josías López Velásquez, hijo del capitán de la embarcación.
Del menor de edad:
“El capitán decidió llevar a su hijo; nosotros dijimos que no había problema, que era un rato. El chico sin problema, le gusta la pesca y conoce el asunto. Nuestro mayor temor cuando nos agarró la ola fue el niño, pero él sin problema. Procuramos darle prioridad a él, lo poco que traíamos lo racionamos y le dimos.
“Fue un chico muy valiente, no se desesperó; siempre incluso nos ayudó; hicimos un remo y ayudó un poquito. Realmente fue muy valiente”.
Durante el lunes autoridades marítimas, pescadores y aeronaves oficiales realizaron una intensa búsqueda, sin éxito. Ellos, por la tarde, finalmente lograron encender la máquina y buscar tierra.
Alrededor de las 18:00 horas por fin lograron comunicarse con autoridades marítimas, para avisar que estaban con vida, aunque aún desconocían el sitio.
Posteriormente, se confirmó que llegaron a tierra a la playa “La Colorada”, cerca de Chipehua, Tehuantepec, y pese a la deshidratación severa, se reportaron estables de salud. Durante la madrugada llegaron a Huatulco, vía marítima.
“Nos trasladaron por agua; cuando llegamos (a Huatulco) había muchísima gente esperando; me da un poco de pena que por nuestra culpa hubiéramos escandalizado tanto a la sociedad. Agradezco todas las muestras de afecto, porque nos recibieron como héroes”, dijo Hernández Carrasco.
-¿Se volverían a embarcar juntos?
--Sin duda, sin duda; cuando pasan situaciones de esta naturaleza, pues uno reflexiona que no es culpa de nadie. Pero es la pesca, es el amor por el mar.