Adolescentes recluidos elaboran roscas de Reyes para vender
Elaborarán un total de 200 roscas que están disponibles al público en general, hasta el próximo 10 de enero
Don Ulises Núñez es un antiguo panadero de la capital oaxaqueña, con 33 años en el oficio. Gustoso aceptó la invitación de apoyar con su experiencia a menores de edad privados de su libertad en la Dirección de Ejecución de Medidas para Adolescentes (DEMA), antes conocido como Consejo de Tutela, y hoy los frutos están a la vista.
Desde este jueves, una decena de adolescentes elabora roscas para el Día de Reyes. La meta es preparar 200 y prácticamente todas están vendidas.
Equipados con un horno eléctrico --que usan también para elaborar pan bolillo, de dulce y de repostería--, iniciaron la jornada desde temprana hora, desde amasar la harina hasta preparar los muñecos de plástico, las charolas y demás ingredientes para el tradicional alimento que se disfruta principalmente cada 6 de enero.
Tan sólo el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, José Raymundo Tuñón Jáuregui, encargó y pagará 60 roscas, a 150 pesos cada una, relata José Eduardo Cervantes Ascona, director del DEMA.
Resalta que los integrantes del taller elaborarán un total de 200 roscas que están disponibles al público en general, hasta el próximo 10 de enero.
Éstas pueden adquirirse en las instalaciones de la DEMA, en la colonia Antiguo Aeropuerto del municipio de Santa Lucía del Camino, conurbado a la capital, asimismo, los pedidos son recibidos vía telefónica o a través de las redes sociales.
La tarea en el reclusorio es intensa, y el ir y venir de los adolescentes panaderos es incesante, mientras que don Ulises supervisa la calidad del producto, así como el tiempo preciso del horneado, además de la decoración respectiva.
“Me animé a venir, porque pues uno tiene que compartir también lo que sabe; en el caso de estos muchachos, con más razón hay que apoyarlos”, expone.
Desde hace algunos años, el DEMA, con alrededor de 45 internos, cuenta con una panadería que elabora productos alimenticios que a su vez se consumen no solamente en ese centro de internamiento, sino también se envían a otros reclusorios cercanos, como el de Santa María Ixcotel, para consumo de los internos.
De acuerdo con el Gobierno del Estado, ese taller, como otros que se promueven en dicho centro, buscan la reinserción de los adolescentes a la sociedad, a través de un modelo penitenciario que privilegie el aprendizaje de una actividad que en el futuro les podrá garantizar un ingreso familiar.