Producción de cacahuate se resiste a morir en el Istmo

Tras el terremoto del 7S, campesinos tuvieron pérdidas por suspensión de fiestas

En Asunción Ixtaltepec se concentra la mayor producción de cacahuate con alrededor de 150 hectáreas de 50 productores. Foto: Roselia Chaca / EL UNIVERSAL
Municipios 31/10/2018 14:09 Roselia Chaca Asunción Ixtaltepec, Oaxaca Actualizada 14:10

Hace más de 30 años, la región del Istmo era gran productora de cacahuate,  pero por la falta de apoyo al campo, las plagas y el cambio climático la producción disminuyó  hasta concentrarse solamente en San Pedro Comitancillo, Ciudad Ixtepec y Asunción Ixtaltepec.

Actualmente, Ixtaltepec concentra la mayor producción con alrededor de 150 hectáreas destinadas a la plantación y son 50 los productores que aún resisten sin recibir apoyos gubernamentales y quienes, ante el mal clima, entran en las declaratorias de desastres naturales.

Martín Colín Jiménez tiene 37 años, y desde los nueve  acompañaba a su abuelo a la cosecha de cacahuate. Él es un pequeño productor con dos hectáreas de siembra y que  compra  la semilla a los campesinos de Ixtepec. Su madre, Evangelina, es la encargada de la venta  en  mercados y ferias.

Durante un año los productores de cacahuate dejaron de vender, a consecuencia del terremoto del 7 de septiembre de 2017, los acaparadores mantuvieron la cosecha almacenada porque se  suspendieron las fiestas patronales, el mejor espacio para comercializar.

“Todos salimos perdiendo después del sismo. Los que compramos cacahuate no pudimos venderlo en las ferias porque se suspendieron durante todo el año, los que sembraron, cosecharon y almacenaron. Muchos salimos a buscar otros mercados de distribución y esperar hasta que la situación mejorara.

“Después de un año, apenas las cosas se enderezan y tenemos esperanza en esta temporada de Todos Santos y posadas, las mejores fechas para vender”, explica Evangelina Jiménez.

Proceso  

La producción se da una vez al año, así que la siembra comienza del 12 al 25 de julio y se cosecha a partir del 28 de octubre hasta diciembre, cuando las lluvias cesan. Las plantas comienzan a secarse al término de su ciclo de vida, lo que indica al campesino que es tiempo de cosechar.

Después de arrancar las plantas, se amontonan los racimos y se dejan secar por 10 días antes de acarrearlos a las casas. En las viviendas comienza la etapa  de limpieza, luego el productor lo vende al acaparador a 400 pesos el saco de cacahuate.

El comprador lo guarda en su casa, Martín Colín, por ejemplo, llega a almacenar hasta 200 sacos de cacahuate crudo que le rendirá para vender en dos meses.

Luego de una segunda limpieza del cacahuate, se coloca en un tambo de acero con capacidad de 60 litros y se gira sobre la lumbre a una temperatura de 300 grados por espacio de hora y media.

La última etapa es colocar el cacahuate tostado en una larga malla para su limpieza, aquí se da la selección de los cacahuates, para luego volverlos a colar en sacos y embolsarlos por kilos. En el mercado se comercializa cada bolsa de cacahuate a 10 pesos.

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