La codiciada obra de Toledo que desapareció

En 2011 tres hombres armados robaron “La Casa de los Frijoles”

En Juchitán recuerdan al maestro Toledo como una persona generosa y despegada de las cosas materiales
Sociedad 18/09/2019 07:45 Roselia Chaca Juchitán de Zaragoza, Oaxaca Actualizada 07:45

Era una de esas  madrugadas calurosas de mayo de 2011, el día 8 para ser exactos. Tres hombres armados irrumpieron silenciosos, casi invisibles en la Casa de la Cultura de Juchitán.

Primero, abrieron  la puerta trasera de la iglesia de San Vicente Ferrer, el santo patrono del ferviente pueblo de esta ciudad zapoteca.

Ninguno de los guardias se percató cuando atravesaron el atrio de la iglesia y rompieron el candado de la reja que divide a la Casa de la Cultura con el imponenbte edificio religioso.

Llegaron hasta una pequeña sala donde estaba montada una sola obra: “La Casa de los Frijoles” del artista juchiteco Francisco Toledo. Era una  obra codiciada, dos años antes habían intentado hurtarla,  por lo que se desmontó, se ocultó por un tiempo y después se volvió a exhibir al público, pero con un cristal más grueso. Esta vez el  sellado no impidió su sustracción.

Esa madrugada, Cándido López Lucho, velador de 78 años, resultó lesionado en un brazo, con fractura. Lo ataron en una silla a la entrada del edificio. Amordazado, nada pudo hacer para evitar el robo. En el fondo del patio, en una hamaca estaba Loid Piñón, otro trabajador  quien oyó el ruido de vidrios rotos; se despertó, pero lo paralizó el miedo.

De acuerdo con lo declarado por los testigos ante el Ministerio Público de la  entonces Procuraduría General de la República (PGR) en Matías Romero, tres hombres armados entraron al inmueble, amagaron al velador y desmontaron la obra cerámica “La Casa de los Frijoles”,  exhibida de manera permanente en la Sala de Arte Moderno de la institución.

“Al otro día del robo fui a  reportarlo a Toledo y él me dijo que no pusiera en riesgo a ningún trabajador por la obra, que  ésta ya no le pertenecía, era parte del pago que hizo a Hacienda”, recuerda Yolanda Gómez.

La “Casa de los Frijoles” es una obra de arte hecha en cerámica de alta temperatura, consta de 96 centímetros de ancho por 125 centímetros de largo, está formada por 20 piezas simulando una tabla de ajedrez misma que fue valuada  por 230 mil pesos, sin que hasta la fecha se tenga el costo real de la misma.

La obra hurtada era propiedad de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pero  fue solicitada por el Instituto Nacional de Bellas Artes  (INBA) para que se diera en comodato a la Casa de la Cultura, con el objetivo de acercar a los artistas a sus orígenes.

Nunca se supo del paradero de la obra, ni la identidad de los hurtadores, mucho menos en qué  terminaron las investigaciones de la PGR, o si el caso ya fue olvidado.

Muchas teorías y rumores corrieron sobre lo sucedido: si eran ladrones fuereños, que si la pieza salió por mar, por Playa Vicente; si la cerámica está en alguna sala de algún coleccionista privado, que sólo él admira en secreto porque no puede ser exhibida.

Es una obra buscada hasta la fecha y de la que algunos sólo saben su nombre, pues nunca la conocieron  ni lo harán, pues sus fotografías se perdieron con el sismo que devastó a Juchitán
 

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