Congreso tiene 68 días para crear una ley de consulta indígena
Ante la premura para la legislación, se percibe desconfianza de los pueblos en los ejercicios de participación: Gloria Sánchez
Los integrantes de la 64 Legislatura del Congreso de Oaxaca tienen hasta el 24 de enero, es decir, 61 días, para crear la Ley de Consulta Previa, Libre e Informada para los Pueblos Indígenas y Afromexicano en el Estado de Oaxaca, cuya discusión avanza entre la desconfianza y la incredulidad de las comunidades oaxaqueñas que por años han vivido en el abandono, y a las que nunca les reconocieron sus derechos, admite la diputada local Gloria Sánchez López, presidenta de la Comisión Permanente de Asuntos Indígenas y de Migración.
“En los recorridos para socializar, primero, la propuesta del protocolo para elaborar la ley de consulta y, después, para informar sobre el contenido de dicha legislación hemos visto mucha desconfianza e incredulidad de los pueblos indígenas porque en el pasado reciente había línea federal para negarles sus derechos, pero también hemos visto mucha participación”, asegura la diputada originaria de Juchitán.
Según la propuesta que se prepara para la ley, las consultas a las comunidades indígenas y afromexicanas serán procedentes “en los casos de elaboración de los planes estatal y municipal de desarrollo, medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles directamente y en proyectos de desarrollo que impliquen o puedan implicar una afectación directa”.
Se trata de una materia pendiente desde 2001, cuando se modificó la Constitución federal y los estados debían crear una legislación para hacer efectivo el reconocimiento a estos pueblos, algo que no sucedió.
Tan sólo en 2013, en el gobierno de Gabino Cué, recuerda Hugo Aguilar, quien entonces fue subsecretario de Asuntos Indígenas (SAI), se presentó ante el Congreso una iniciativa para reformar la Constitución de Oaxaca en materia de derechos indígenas, pero ésta no prosperó porque los legisladores priistas se negaron a avalarla y no se alcanzó la mayoría calificada. Gloria Sánchez asegura que en esta legislatura el panorama es diferente.
“Desde que la 64 Legislatura inició labores, puso en el centro de su agenda trabajar a favor de las comunidades indígenas y retomar lo que en las tres legislaturas pasadas no se pudo: una ley que reconozca sus derechos”, dice y agrega que la actual propuesta reúne tres iniciativas que presentaron por separado Hilda Pérez (Morena), María de Jesús Sánchez (PAN) y Saúl Cruz (PT).
Detalla que Morena tiene la mayoría y construir esa ley fue uno de sus compromisos. Pese a ello, los diputados tuvieron que enfrentar un juicio de amparo y ser emplazados por un juez federal para crear dicha ley a más tardar el 30 de septiembre; al no lograrlo, cayeron en desacato.
El Congreso local, explica la diputada, tuvo que acudir ante el Juzgado 11 de Distrito de Oaxaca, donde se le concedió una prórroga hasta el 24 de enero de 2020.
Según la recalendarización que hicieron los diputados para lograr construir la ley, lo que requiere por fuerza consultar a las comunidades, se espera que el 6 de enero se apruebe el dictamen en las comisiones, una vez que los pueblos indígenas la avalen en asambleas de la fase consultiva, programadas para el 29 y 30 de noviembre.
Sin embargo, el proceso de consulta ha sido descalificado por activistas como Miguel Ángel García, del Comité Nacional para la Defensa de los Chimalapas, y Carlos Beas Torres, de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo: “Sólo son asambleas que simulan y que van a convalidar lo que ya determinaron. Son consultas ‘patito’, como las que ha hecho López Obrador para el aeropuerto, el Tren Maya y el Corredor Transístmico”, coinciden.
Mientras Vicente Carrasco, edil de Unión Hidalgo, quien afirma que no asistió al foro de Juchitán porque no fue invitado, considera que la obligatoriedad de la consulta debe plasmarse también en la Ley Orgánica que rige a los municipios.
“Espero que en la fase deliberativa y consultiva los ediles muestren mayor interés porque no es poco lo que está en juego, es la posibilidad de que los pueblos sean consultados sobre temas que impliquen afectaciones para ellos”, finaliza Gloria Sánchez.