Alicia desapareció tras denunciar violencia familiar; su madre lleva dos años buscándola

María Alicia, de 27 años, desapareció días después de que inició su proceso de divorcio y luego de que interpuso una denuncia ante el Ministerio Público por violencia familiar.

Foto: Cortesía
Seguridad 04/04/2020 11:48 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez Actualizada 11:18

Para Cristina Alarcón Hernández  cada día es más difícil que el anterior.  Desde hace dos años, busca desesperadamente a su hija María Alicia. La joven de 27 años desapareció el 27 de enero de 2018 y hasta hoy, más de dos  años después, las autoridades no tienen pistas de su paradero.

Desde entonces, Cristina ha recorrido diversos municipios del estado, pegando la fotografía de su hija desaparecida, con la esperanza de que alguien, quien sea,  le dé alguna pista sobre su paradero. También, ha tenido que pagar, con  recursos propios, a investigadores privados para que le ayuden a saber dónde está.

“Estoy gastada, debo en todas partes, debo dinero, un préstamo en el ISSSTE, en financieras... mi otro hijo tuvo que abandonar la universidad... Cuando él se iba a la escuela yo me salía disfrazada a buscar un poco de información sobre mi hija. Y a la gente que me daba algún dato, yo les daba dinero”, relata entre lágrimas.

A esta mujer de 58 años le es difícil recordar aquel sábado en el que su hija ya no volvió a visitarla para llevarle a su nieto, a quien ella cuidaba cada fin de semana.

“La esperaba a las 10:00 de la mañana, pero no llegó. Más tarde llegó su jefe a buscarla, pues aunque ella le había dicho que llegaría tarde, porque pasaría a dejarme al niño, tenía que pagar unas nóminas”, relata Cristina, ya que  antes de desaparecer, Alicia Delgado Alarcón se desempeñaba como contadora en una empresa local.

La  Unidad de Búsqueda de Personas no Localizadas, dependiente de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), señala que en la entidad, hasta 2019, sumaron  364 las personas “no localizadas” y  de éstas 197 son mujeres. Tras las labores de búsqueda, las autoridades lograron localizar a 348 personas en 2019; 188 del sexo femenino.

Según la fiscalía, de esas personas “no localizadas”, nueve mujeres permanecen como desaparecidas; Alicia es una de ellas.

“Ese día fue mi hijo a ver al esposo de Alicia y le preguntó por ella, pero la negativa fue muy breve. Después, se contradijo, dijo que no sabía nada de ella desde la noche anterior porque se había quedado dormido”, cuenta Cristina.

A pesar de haber terminado desde hace varios años la relación con el padre de su hijo, Alicia vivía en la misma casa con ambos; no obstante, unos días antes de su desaparición, inició el trámite de su divorcio, por lo que buscaba un departamento para mudarse con su hijo de ocho años. Antes, la joven había interpuesto una denuncia por violencia familiar ante el Ministerio Público.

Un par de días antes de su desaparición, Alicia conversó con su madre respecto a su proceso de divorcio: “Se cree que el día 26 ella estuvo en su casa platicando con una amiga. Eso es lo que revela el rastreo de la telefonía...  El día 27, la buscamos e interpusimos una demanda por desaparición de personas”, agrega Cristina.

El rastro de Alicia desapareció al mismo tiempo que su rastro telefónico, en la vivienda  donde vivía, en San Martín Mexicápam.

Luego de la desaparición de Alicia, su esposo cambió su número celular y le restringió a Cristina la posibilidad de visitar a su nieto: “Estos dos años han sido de caminar... buscando respuestas. Pero hasta el momento, por parte de las autoridades no las hay”, afirma.

Señala que, a pesar de las pruebas que se acumulan contra el esposo de su hija y los antecedentes de violencia familiar,  no se  ha iniciado la investigación contra él, pues no tiene antecedentes penales.

En noviembre pasado, la fiscalía reconoció que no existe un registro de personas desaparecidas en Oaxaca, ya sea de manera forzada o por particulares. Asegura que un registro estatal se encuentra en proceso de creación.

364 personas se reportaron como “no localizadas” en 2019; de las cuales 197 son mujeres.

Hasta entonces, la dependencia difundía más de un centenar de fotografías de personas desaparecidas, entre ellas, la de Alicia. El Registro Nacional de Víctimas contabiliza al menos a 26 víctimas indirectas por ese delito; no obstante, Cristina, quien divide su tiempo entre sus labores de búsqueda y su trabajo, no está en la cifra.
Respecto a la investigación oficial, Cristina apunta que ha habido dilación para realizar las diligencias correspondientes. Nunca investigaron la sábana de llamadas del esposo de su hija y fue ella, la propia Cristina, quien les informó que cambió su número.

El cateo en el domicilio donde Alicia vivía se realizó meses después de la desaparición. Sólo encontraron sus bolsos, su calzado y accesorios. El resto de sus pertenencias no fueron halladas. Hasta hoy, Cristina y su hijo esperan a reunirse con las autoridades a cargo del caso, para conocer los avances de la investigación que inició en 2018.

Al principio,  los investigadores privados que pagó Cristina  le dijeron que su hija podría estar en un pueblo, por eso, no cesa en el intento de tener información sobre el paradero de Alicia. Asegura que seguirá recorriendo municipios y poblados para encontrarla.

Además, recuerda que durante el primer día posterior a la desaparición de Alicia, pegó carteles por todo el periférico que fueron retirados por personas desconocidas. Las pruebas que obtuvo, las entregó a las autoridades, aun así la investigación no prospera.

Cristina intenta contener el llanto y recuerda la belleza de su hija: “Ella es muy guapa y muy buena”, insiste. Y dice que teme que su hija  sea víctima de explotación sexual. “A mí me dicen que mi hija está viva... la estoy buscando viva, muerta no la he buscado... y me duele... las autoridades no hacen nada”.

Tiempo después de la desaparición, a través de redes sociales, circuló una imagen que aseguraba que Alicia había sido localizada, pero no fue así. Cristina se encontraba buscándola en otro estado y luego de enterarse, pide a la gente que aporte datos para que pueda encontrarla, que comprendan su dolor y desesperación.

“Le pido a las autoridades que me ayuden. Tienen los medios, las armas, todo para encontrarla. Yo sólo tengo las ganas de caminar... y si me entregan una mano, quisiera estrecharla y que fuera la de mi hija”, finaliza.

Comentarios