Basura amenaza ecosistema en Huautla; en plena pandemia, no hay donde tratar desechos

Tras clausura del relleno sanitario por malos manejos, habitantes de este municipio denuncian que otros depósitos significan una amenaza a la salud

Basura amenaza ecosistema en Huautla; en plena pandemia, no hay donde tratar desechos
Fotos: Cortesía
Municipios 16/06/2020 09:31 Alicia Pereda Martínez Oaxaca Actualizada 10:09

En plena pandemia por el Covid-19, el manejo de Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos (RPBI) se ha convertido en tema de debate en Huautla de Jiménez, en la región Cañada del estado, donde no hay certeza de quién se encarga de esta “basura peligrosa”, dónde es depositada y cuál es su proceso de tratamiento.

La alerta es mayor debido a que en Huautla se encuentra el único hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con capacidad de atender a pacientes infectados por el coronavirus en toda la zona de la Mazateca Alta, que comprende 19 municipios indígenas y donde se han registrado al menos nueve casos positivos al virus.

Pero el problema no es reciente. Desde febrero del año pasado la alerta está vigente entre los habitantes de Huautla, debido al tema de la recolección de desechos sólidos en general y su tratamiento, una vez que pobladores de la agencia de Santa Cruz de Juárez, donde se encontraba el relleno sanitario municipal, decidieron clausurar el sitio como una decisión comunitaria en defensa de su salud.

“Nosotros clausuramos el lugar y no vamos a permitir que se reabra. Nuestra molestia fue que no se manejaran bien los deshechos, el lixiviado, como lo marca la ley: la basura se estaba dejando a cielo abierto y sin aplicar ningún material para su cubrirla. También nos preocupó que sin los cuidados necesarios trajeran los desechos del hospital 43”, relata Andrés Cervantes, vecino de Santa Cruz.

“Aquí venían a tirar sondas, gasas, agujas y material médico en general, se deshacían de ese tipo de cosas sin cuidado. Años atrás, cuando el relleno funcionaba bien, se hacía un hoyo en la tierra para enterrar esa basura, y luego se tapaba”, detalla.

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Foto: Captura de imagen

De acuerdo con un grupo de habitantes de esta agencia municipal, quienes a través de oficios que nunca fueron respondidos expusieron su preocupación ante la Secretaría de Gobierno del Estado de Oaxaca y la Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable, el mal manejo de los residuos afectó la salud de los pobladores de Santa Cruz, sobre todo de los niños, cuya escuela primaria se encuentra junto al hoy clausurado relleno sanitario.

“Antes de que cerráramos este lugar, a nuestros niños seguido les daba gripa o fiebre, además aumentaron las colonias de animales peligrosos, como serpientes, lo cual ponía en peligro a toda la comunidad (…) nuestra petición era simple, que la basura se tratara adecuadamente y de esa forma impedir estos problemas y otros, como la contaminación de los ríos”, explica Andrés.

“Existe un arroyo en la parte de abajo [del relleno], que desemboca a Punte de Fierro, arroyo que da directo a la presa Miguel Alemán”, condena un oficio con sello y firma de recibido, que fue entregado a la Secretaría de Gobierno estatal el 3 de junio de 2019.

Según la Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003, que determina los lineamientos de operación seguros para los sitios de disposición final de residuos sólidos urbanos y de manejo especial, los rellenos sanitarios deben, entre otras cosas, estar alejados de cuerpos de agua superficiales, tener control de la fauna nociva e infraestructura para el tratamiento del lixivado, el líquido que desprenden los desechos al momento de su descomposición.

“Se debe controlar la dispersión de materiales ligeros, la fauna nociva y la infiltración pluvial. Los residuos deben ser cubiertos en forma continua y dentro de un lapso menor a 24 horas posteriores a su depósito”, indica la Ley.

Ahora, ante el cierre del relleno, los habitantes de Santa Cruz han optado por quemar su basura en pequeñas cantidades, como lo hacen en algunas otras agencias municipales. Otra práctica recurrente para deshacerse de los desechos, sobre todo en las comunidades pequeñas, es tirarlos en los sótanos naturales que abundan en la sierra, entre casas, montañas y parcelas de cultivo.

Basura “de nadie”

 

Sin embargo, en la cabecera municipal, que concentra mayor numero de población, la recolección de desechos alarma. Al no contar con el relleno, la basura es depositada en el “patio municipal”, un espacio a cielo abierto, ubicado junto al módulo regional de protección civil y la cárcel local.

En este contexto, el Colectivo de Mujeres Mazatecas que Miran en Favor de la Tierra, ha hecho un llamado a que el municipio, a cargo del morenista Óscar Peralta Allende, garantice el adecuado tratamiento de la basura.

“Ahorita todos los residuos llegan al patio municipal, en el plan de desarrollo municipal señala en una parte que este espacio es un ‘centro de transferencia’, pero eso no se cumple, no tiene las certificaciones y para que sea tal no debería haber mucha población cercana o cuerpos de agua (…) debajo de este espacio está el río Barbacoa, el río Teotitlán y el Pescadito, cuando llueve todos los residuos bajan a la corriente”, señala la ingeniera civil Fátima García, vocera del colectivo.

Este tiradero improvisado, además se encuentra cerca de la carretera federal a Tuxtepec, a unos metros del cuartel de la Guardia Nacional en Huautla y a la gasolinera del municipio. 

Entre la población la alerta crece, porque de acuerdo con sus testimonios, al patio municipal son llevadas bolsas de desechos RPBI y además de forma reciente se han realizado labores para su ampliación.

“Toda la basura recolectada se queda aquí, ya no saben que hacer con ella, hay incluso bolsas con material médico. Actualmente están haciendo una especie de hoyo en la tierra y además también han talado grandes árboles, para tener más espacio para poner la basura”, platica Alexis, estudiante y habitante de Huautla de Jiménez.

De acuerdo con el articulo 456 de la Ley General de Salud, puede penarse con hasta ocho años de  prisión y multa equivalente de cien a dos mil días de salario mínimo general vigente, a quien sin autorización de la Secretaría de Salud “elabore, introduzca a territorio nacional, transporte, distribuya, comercie, almacene, posea, deseche o en general, realice actos con las substancias tóxicas o peligrosas (...) con inminente riesgo a la salud de las personas”.

Versiones encontradas 

 

No obstante, pese a las denuncias ciudadanas y de colectivos, la versión del gobierno municipal es otra. A petición de este diario, el ayuntamiento señaló que “debido a una problemática sociopolítica se ocasionó el cierre del relleno sanitario que venía funcionando de manera correcta en el municipio, ante está eventualidad la dirección de salud y ecología se hizo cargo para el manejo de los desechos buscando un espacio alternativo para depositar la basura”.

Según la versión oficial, la utilización de este espacio “generó 40 empleos”, y no representa un riesgo a la salud, pues “este material es trasladado cada semana o cada tres días por una empresa especializada a la ciudad de Tuxtepec para su reciclaje y adecuado manejo”. 

Los pobladores, en contraste, aseguran que la basura es transportada a Tuxtepec una vez al mes o prácticamente en contadas ocasiones, además de que las personas que laboran en la recolección de basura no son dotadas de material de protección a su salud, incluso pese a la pandemia.

“Los trabajadores recolectores de basura no tienen adecuadas medidas de protección e higiene (…) La mayoría de la población ha estado comprando cubrebocas desechables, los cuales se podrían convertir en un foco de infección, pues este tiradero es a cielo abierto”, señala Fátima.

En su versión, el municipio de deslindó del manejo de Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos (RPBI). “De esos desechos se encarga directamente el hospital (…), según tenemos conocimiento el material sería llevado en un vehículo específicamente para estos, que se traslada a Oaxaca o Puebla”.

No obstante, a petición de EL UNIVERSAL, la dirección del Hospital 43 evitó dar detalles al respecto, sólo indicó que los cubrebocas utilizados en el espacio médico eran destruidos y manejados con cloro.

Por su parte, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), indicó al respecto que, tal como lo señala el artículo 115 constitucional, los municipios tienen a “su cargo las funciones y servicios públicos de limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos”, por lo que a nivel ayuntamiento se “deben tomar las decisiones inherentes al establecimiento de dichos rellenos”.

Asimismo, sobre los desechos RPBI precisó que desde el pasado 8 de abril se instruyó a que quienes generan, transportan y tratan este tipo de residuos, lo hagan de forma regular, para garantizar la salud pública y que ya se iniciaron algunos procesos legales contra quienes no lo están acatando.“Esta Procuraduría no permitirá trasladar un problema de salud pública por la infección de Covid-19, a otro por un inadecuado manejo de residuos hospitalarios”, sentenció.

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