Pandemia revive la tradición zapoteca de los mensajeros, una opción de empleo para jóvenes

En Juchitán, los servicios de mensajeria y mandados a domicilio son una doble alternativa por crisis del Covid: ofrecen trabajo y para clientes son una forma de evitar riesgos

Pandemia revive la tradición zapoteca de los mensajeros, una opción de empleo para jóvenes
Fotos: Roselia Chaca
Municipios 02/10/2020 12:21 Actualizada 12:21

Juchitán de Zaragoza.— Hasta hace 20 años, en Juchitán existían jóvenes que llevaban mensajes o invitaciones de alguna persona a sus  amigos, vecinos y familiares. Se les conocía como Ba’buluguidxi, pregoneros de noticias

También existían los Ba’dumandadu, niños o adolescentes que realizaban las compras de personas mayores a cambio de una compensación simbólica, y a quienes se les  enseñaba  a ser solidarios y empáticos con el prójimo. 

Ellos fueron los precursores de lo que hoy son los servicios de mensajería y de mandados a domicilio en Juchitán

Después de los Ba’duluguidxi y Ba’dumandadu, que realizaban los encargos a pie, pues conocían perfectamente los barrios y las familias, el servicio lo comenzaron a ofrecer taxistas, quienes a petición de los clientes realizaban compras en farmacias y restaurantes.

Fue después del 2018 cuando todo evolucionó al servicio motorizado, y donde jóvenes ofrecen realizar las compras de un cliente que lo solicita a través de un mensaje de WhatsApp, lo que les dio popularidad.

Pero fue  durante esta pandemia que se incrementó enormemente: primero debido a la demanda de  ciudadanos de realizar compras y pagar servicios sin exponerse al virus en espacios públicos, y también por  la falta de empleo. Hasta 2019 en Juchitán sólo existían dos servicios; Yo Voy y Mandado Exprés.

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Miguel, de 26 años, originario de Juchitán, creó el 19 de abril del 2019 el servicio Mandado Exprés. Inició con dos  motocicletas y  ahora le da trabajo a siete  jóvenes que durante esta crisis dejaron sus oficios de músicos, guardias de seguridad, albañiles y mototaxistas.

Los jóvenes comienzan la jornada a las 9:00 horas de la mañana y concluyen a las 21:00 horas por un sueldo de mil 200 pesos a la semana, más la propina que cada uno llega a recibir de parte del cliente. 

Al día cada uno realiza  hasta 20 mandados, desde al  mercado, centros comerciales, restaurantes, bancos y domicilios, tanto en Juchitán como en zonas aledañas. Se trata de un  número menor a lo que realizaban antes de la pandemia , pues la competencia  proliferó y operan 20 de estos servicios, que dan trabajo a al menos 50 jóvenes.

“Los muchachos son honestos, disciplinados y educados. Ellos realizan las compras y entregan el ticket al cliente, a estos se les cobra 30 pesos por el servicio. Yo les doy la unidad, la gasolina, el dinero para que realicen las compras, reciben un sueldo a la semana, y creo que lo que más les interesa son las propinas. Ahora  hay mucha competencia” comenta Miguel.

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Uno de los riesgos de este servicio es la delincuencia , ya que los han asaltado en varias ocasiones, por lo que evitan entrar a colonias populares y violentas de la ciudad. 

El Covid-19 es otro de los  riesgos, pues acuden a lugares que presentan aglomeraciones, pero hasta el momento ninguno  se ha enfermado por sus medidas preventivas.

“Soy músico, no tengo trabajo desde que la pandemia comenzó  y las tocadas cesaron. En cinco meses he tocado en 15 fiestas, antes tocaba hasta cuatro veces a la semana, así que este servicio de mandado me ayuda a llevar  sustento a mi familia”, cuenta Jahir Jiménez, uno de los jóvenes que se apoya del servicio de mensajería para percibir ingresos.

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