En incertidumbre por vacuna Covid, 12 mil adultos mayores que no reciben apoyos federales en Juchitán

Juchitán.— Esther vive con miedo y ansiedad, pronto cumplirá 66 años y así ha vivido desde que comenzó la pandemia, pero ahora   su preocupación ha aumentado porque no sabe cuándo, dónde y qué institución le proveerá la vacuna contra el Covid-19, pues no es derechohabiente del IMSS ni del ISSSTE,  la vigencia de su Seguro Popular venció con el surgimiento del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y no es beneficiaria de ningún programa federal, por lo que no figura en el censo de Bienestar.

Su nombre completo es Esther Méndez Cortés y  es uno de los  más de 12 mil adultos mayores de esta ciudad del Istmo de Tehuantepec que está en un espacio desconocido respecto a  la vacunación. Dice que quiere que se la  apliquen, pero teme que no le toque, pues fue rechazada en el programa federal de Pensiones de Bienestar para Adultos Mayores.

 La razón de que Esther no haya sido incluida en ese esquema de apoyo, que indica que la edad de los beneficiarios es a partir  de los  65 años en poblaciones indígenas se debe a que, pese a ser zapoteca y vivir en Juchitán, municipio indígena, las reglas de operación sólo  consideraron como tal al barrio Cheguigo Saltillo, algo que incluso la diputada local  morenista Gloria Sánchez ha cuestionado.

Desde el inicio de la semana pasada, en la Unidad Médica Familiar del IMSS de Juchitán  las autoridades hospitalarias invitaron a los adultos mayores, que son jubilados o pensionados, a inscribirse en el censo para que la institución sepa cuántas vacunas debe solicitar. Hasta el mediodía del viernes pasado, las trabajadoras encargadas llevaban mil 250 registros, con nombres, teléfonos, números de afiliación y CURP.

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Tras darse a conocer que en Juchitán el IMSS  ya estaba realizando el registro de sus derechohabientes, los beneficiarios del ISSSTE cruzaron llamadas para preguntar si ya les habían avisado, o si les notificaron que habría un censo, pero sólo hubo silencio.

Geraldina Santiago Velázquez,  profesora jubilada derechohabiente del ISSSTE, cuenta que aunque no  le hablaron de esa institución, pero el miércoles pasado le habló a su celular alguien que se identificó como servidor de la nación  para preguntarle si estaba dispuesta a recibir la vacuna.

“Le dije que sí,  aunque no me dijo cuándo o dónde. Soy  beneficiaria del programa Pensionados de Bienestar, Seguramente de ahí tomaron mi número”, dice.

Eso es le preocupa a  Esther, pues  aunque se anunció que —tras la vacunación del personal  del hospital  Macedonio Benítez Fuentes— a partir de febrero se aplicará la dosis  a personas de la tercera edad, a mucha gente —como a ella— nadie le  ha dicho nada y no sabe a dónde puede acudir.

“Soy viuda, no tengo IMSS ni  tampoco ISSSTE, ¿dónde y cuándo me vacunarán?”, cuestiona. 

Consultada  por EL UNIVERSAL, una fuente de los  Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) aseguró que la vacunación comenzará a finales de enero, y que quienes  no sean derechohabientes del IMSS o ISSSTE serán atendidos en todos los centros de salud que existen en  colonias y barrios  de Juchitán. “Y que nadie se  quedará fuera”.

Sin embargo, en su comparecencia ante el Congreso de Oaxaca, Juan Carlos Márquez Heine, recién nombrado secretario de Salud en el estado, informó que que será hasta el 15 de febrero cuando llegue un nuevo lote de 287 mil vacunas a la entidad, con las cuales se pretende tanto terminar el proceso para el personal sanitario, como comenzar la aplicación a personas de la tercera edad.

Para ello, explicó, se prevé la instalación de 836 centros de vacunación en los diferentes municipios de las ocho regiones del estado; la logística, dijo, están a cargo de los “Servidores de la Nación”, funcionarios de la Secretaría de Bienestar del gobierno federal, encargados de repartir las tarjetas de apoyos a diferentes sectores poblacionales.

Esa es la esperanza a la que ahora se aferra Esther, aunque teme que la ansiada llamada a los adultos mayores nunca llegue de parte de los funcionarios no llegue, al no estar en ninguna base de datos gubernamental, pues hasta ahora sólo se ha informado que se está tomando como base el censo de Bienestar con el que se entregan los apoyos federales, los mismos que Esther no recibe.