Activistas de la diversidad sexual denuncian agresiones y saqueo de sus oficinas en Oaxaca
Se trata de quienes recién organizaron el Primer Encuentro Trans Indígena y Afromexicano, cuya sede está en el Istmo de Tehuantepec; acusan que fueron hostigadas por policías y hubo intentos de sabotear el evento
Oaxaca de Juárez.- Los activistas de los derechos de la diversidad sexual y representantes de la Red Oaxaqueña por el VIH (ROVIH), Koko Lozada y Yoshio Morales, denunciaron ante organismos de derechos humanos y la Fiscalía General del estado de Oaxaca (FGEO) que fueron víctimas de un robo a sus instalaciones ubicadas en Santo Domingo Tehuantepec.
Como resultado de dicho robo, fueron sustraídos de las oficinas de la organización expedientes, archivos y diversos documentos que tenían en su posesión sobre el activismo que realizan desde hace un año con la comunidad trans y muxe del Istmo de Tehuantepec.
Además de lo sustraído, los activistas denunciaron que sufrieron un hackeo a sus cuentas digitales y bancarias.
De acuerdo con la carpeta de investigación 40479/FIST/TEHUANTEPEC/2023, presentada en la Vicefiscalía del Istmo contra quien resulte responsable, los hechos ocurrieron el pasado martes 28 de noviembre, cuando una persona de aproximadamente 30 años acudió a sus oficinas a solicitar una prueba de VIH , misma que le fue realizada al ser parte de un servicio que brinda la organización a personas de poblaciones diversas y trabajadores sexuales.
Tras realizar la prueba, la persona les regaló una bebida, misma que tras consumirla, aseguran, los dejó inconscientes.
“Despertamos hasta el otro día y la oficina había sido saqueada. Lo delicado es que uno de nosotros se negó a beber y fue obligado por esta persona que además se aprovechó de que estábamos inconscientes para usar nuestra huella digital y vaciar cuentas y robar pertenencias, además de que no fue un robo común, ya que revisó los expedientes, se llevó material de proyectos, directorio de contactos y otras pertenencias ligadas a nuestra actividad como defensoras”, explicó a EL UNIVERSAL Joshio Morales.
Los activistas indican que en un principio la Vicefiscalía Regional del Istmo se negó a atenderlas y desdeñó el caso como “algo normal”, criminalizando su actividad como defensoras de la comunidad trans. Fue hasta que se pusieron en contacto directo con las oficinas centrales de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) y tras recurrir a organizaciones de la sociedad civil, que se agilizó la presentación de la denuncia.
“Se llevaron computadoras, proyectores, discos duros, y se da en un clima donde hace diez días sufrimos acoso por haber realizado el Primer Encuentro Trans Indígena y Afromexicano. Durante el evento tuvimos presencia de policías o personas uniformadas que vigilaron las actividades de una forma no adecuada; además, tuvimos ciertas incidencias donde colectivos locales de distintas procedencias les informaron a la comunidad trans que no asistieron al evento”, relató el representante.
Hasta el momento los activistas de la diversidad, tanto Koko Lozada como Yoshio, no han decidido si interpondrán una queja ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO)y la solicitud de medidas cautelares, lo anterior, argumentan, ante la negativa de las propias instituciones de reconocer este tipo de hechos como agresiones motivadas por el odio o la discriminación.
Lo anterior, explicaron, se las discutió precisamente en el reciente foro especializado, en el que se rindió homenaje, mediante protestas simbólicas, al magistrade Ociel Baena, recientemente asesinado. Como parte de la reflexión, los participantes lamentaron que a pesar de que le magistrade era una persona visible, y con un poder político y mediático considerable, su asesinato no fue catalogado como un crimen de odio y el Estado operó a través de una estrategia de criminalización.
