Opinión

AMLO, su recio poder, y la desconexión tuitera

Juan Pablo Becerra-Acosta M.

Cuatro años después de que asumió la Presidencia de la República, el recio poder de Andrés Manuel López Obrador es innegable, si lo medimos a través de las encuestas de opinión: la de EL UNIVERSAL, publicada el lunes pasado, le da un rotundo 64% de aprobación, dos puntos porcentuales más del nivel que registró en la medición previa, la de agosto. No es poca cosa que, después de tantos traspiés, pifias y guerras contra todo mundo, seis de cada diez mexicanos lo avalen. Tampoco es una nimiedad que solo dos de cada diez lo reprueben (28%), cuatro puntos porcentuales menos que hace tres meses.
Y ahí no para la cosa, porque la medición de Jorge Buendía y Javier Márquez para este diario complementa datos usando otro planteamiento: “Dígame qué tan satisfecho o insatisfecho está con el trabajo de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República”, a lo que un 57% afirma que lo aprueba “mucho” o “algo” (cinco puntos más que en agosto), porcentaje que es el más alto de su gestión, si descontamos los altísimos niveles de los primeros meses de su administración, cuando osciló entre el 62 y el 73%.
Buena noticia para él, solo lo reprueba el 20%, apenas dos de cada diez mexicanos, lo cual representa -también- su mejor nivel desde noviembre de 2019.

Ciertamente el apoyo al Presidente es mayor entre quienes dicen ser beneficiarios de apoyos sociales (48% de los encuestados), ya que en ese sector cuenta con la aprobación de prácticamente siete de cada diez mexicanos (69%), pero es sorprendente que entre aquellos que no reciben ayuda (52% de los encuestados) el 60% también lo avale.

Si uno ve la letra chiquita de la medición, los detalles que nos alejan de lo abstracto, cuando se le pide a la gente que identifique algo en concreto que AMLO haya hecho bien, resulta que “casi 80% de los encuestados identifican una acción positiva del gobierno de López Obrador, mientras que sólo 52% puede recordar una acción negativa”, explican Buendía y Márquez.

Son números tremendos: ocho de cada diez mexicanos son capaces de enumerar algo palpable y bueno en este presidente, en sus acciones de gobierno, mientras que en el sexenio pasado, a estas alturas, solo tres de cada diez ciudadanos podían mencionar alguna acción memorable de Enrique Peña Nieto (el 37%).

Ahora bien, es verdad que entre las acciones positivas “la que más se le reconoce al Presidente es su política de programas sociales”. A la pregunta de “En su opinión, ¿qué es lo mejor que ha hecho hasta ahora Andrés Manuel López Obrador?”, el 56% de la gente menciona un programa social, ya sean apoyos a adultos mayores, a otros grupos vulnerables, o a jóvenes (https://www.eluniversal.com.mx/nacion/aprobacion-de-lopez-obrador-sin-sobresaltos).

¿AMLO EL BUENO?

Hay dos planteamientos más que me parecen muy relevantes para entender el magnetismo que tiene López Obrador sobre la gran mayoría de los mexicanos: “¿Usted diría que el gobierno del Presidente ha hecho algo que lo haya beneficiado personalmente?”, se le preguntó a la gente. La mitad (51%) respondió que sí y la otra mitad (48%) dijo que no.

En este momento de lectura los simpatizantes de la oposición podrían empezar a frotarse las manos creyendo que ese 48% estaría dispuesto a votar contra el movimiento presidencial en 2024, pero están equivocados:

“¿Usted diría que el gobierno del presidente López Obrador ha hecho algo que lo haya perjudicado personalmente?”, se le cuestionó a los encuestados. Si usted se la pasa en las redes sociales y es afín al círculo rojo, estará seguro que la enorme mayoría respondió que sí, pero… ¿qué cree? Que no. Un asombroso 77% responde que no, que el gobierno de AMLO, contra la percepción mediática generalizada, NO ha hecho algo que perjudique directamente a la gente.

Vaya, siete de cada diez ciudadanos no se sienten agraviados por el Presidente (solo el 22% respondió que sí siente que le ha padecido), a diferencia del sexenio anterior, cuando la población estaba indignada debido a los excesos, la insolencia y la ostentación del poder priista. Usted recuerda, aquel descaro con el que tramaban sus complejas redes de corrupción.

Creo que, luego de cuatro años, ya va siendo momento de reconocer que hay una considerable desvinculación de lo que creemos que acontece en el país, visto desde Twitter y las tertulias afines, donde todo se mira fatal y el Presidente es el enemigo número uno de la patria moderna que pudimos haber tenido en el multiverso prianista, y lo que realmente pasa a ras de suelo, donde la gente refrenda de forma alucinante su respaldo a AMLO.

No aceptarlo es yacer en negación y por tanto carecer de planteamientos alternativos a lo que representan el Presidente y sus numerosos excesos de poder, que emulan con destreza lo peor del régimen priista que padecimos durante siete décadas y el sexenio de Peña Nieto.

BAJO FONDO

El desmesurado apoyo al Presidente también se palpa de otra manera, a través de una encuesta adicional que se publicó en EL UNIVERSAL, en este caso el martes pasado, donde se muestran los escenarios electorales rumbo a la elección presidencial del 2024: al
día de hoy, después de cuatro años convulsos, la gran mayoría de la gente refrenda su apoyo a Morena.

“Aunque todavía falta mucho tiempo, si hoy fuera la elección para elegir Presidente, ¿por cuál partido votaría usted?”, se le preguntó a la gente. El 40% elige al partido de la 4T, mientras que el PRI yace en un remotísimo segundo lugar con 16%, y el PAN aparece vapuleado con 14%. Lo nuevo respecto a la medición previa (agosto pasado) es que, a pesar de los escándalos del líder priista, Alejandro Moreno, su partido regresa al segundo sitio y desplaza al panismo.

Usted me dirá que falta medir a la oposición junta contra el partido presidencial, pero no es así, la encuesta exhibe la rotunda paliza que recibirían PRI, PAN y anexas, con cualquier candidata o candidato que escojan, contra Claudia Sheinbaum o Marcelo Ebrard: “En todos los escenarios planteados, Sheinbaum y Ebrard colocan a Morena al frente de la intención de voto con una ventaja de entre 21 y 31 puntos porcentuales. La Jefa de Gobierno de Ciudad de México recibe 52% de las preferencias cuando encabeza la coalición oficialista, mientras que el canciller consigue entre 46% y 48%”, explican Jorge Buendía y Esteban Guzmán (https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sheinbaum-paredes-lilly-tellez-y-colosio-lideran-en-sus-partidos-rumbo-2024-encuesta).

Tremenda la fuerza y el poder del Presidente a unos 18 meses de los comicios para sucederlo, porque en la boleta electoral del 2024 quien estará ahí es él: será una elección plebiscitaria con el nombre y el apellido de alguien más, pero es AMLO quien ganará o perderá en las urnas.

En México el último año de cualquier presidente suele ser desastroso, así que habrá que esperar, pero hoy, 3 de diciembre de 2022, la oposición está en severos problemas electorales con miras al siguiente sexenio.

AL FONDO

Lo único que tienen que hacer el Presidente, Sheinbaum y Ebrard de aquí al 2 de junio del 2024 es… nada.

No cometer un error grave más.

Por ejemplo, no matarse en la elección interna de su partido.
 

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Twitter: @jpbecerraacosta

 

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