Opinión

Claudia en la sangrienta tierra de los Monreal

Héctor De Mauleón

Claudia no dejaba nada para los zacatecanos. Se llevaba, en cambio, la promesa de 500 mil votos.

Dos horas antes de la llegada de Claudia Sheinbaum a la ciudad de Loreto, Zacatecas se desencadenó, el pasado 4 de abril, una persecución en un tramo de la carretera Loreto-Pinos.

Un convoy formado por criminales armados acababa de ser detectado en las comunidades de La Victoria y La Lobeña. Se dirigía a Loreto, el sitio en donde la candidata oficialista a la presidencia iba a dar un mitin a las 11:30 de la mañana.

Según reportes confirmados por la Mesa Estatal de Construcción de Paz y Seguridad, durante la persecución realizada por policías estatales hubo un nutrido intercambio de disparos.

No se reportaron muertos ni heridos. Se puso en marcha, sin embargo, un aparatoso operativo en el que tomaron parte la Sedena y las FRIZ, el grupo de élite de la Policía Estatal, con el fin de encapsular la zona.

Sheinbaum ha dicho que no comparte “la evaluación pesimista del momento actual” que se vive en México. Diría más tarde que fue recibida en Loreto con “mucho amor, entusiasmo, esperanza y alegría”.

Había llegado, sin embargo, a uno de los municipios zacatecanos más azotados por la violencia. Apenas en noviembre pasado, cinco cuerpos de hombres, víctimas de tortura, fueron abandonados, mejor dicho, recargados, en las letras turísticas y monumentales de Loreto. La inseguridad provocó que, tras una serie de ataques armados en contra de la policía estatal preventiva, en algunas comunidades de dicho municipio la SEP suspendiera clases presenciales.

Fue Loreto el municipio en donde en 2021 la mitad de la policía dejó de ejercer sus actividades tras la ejecución de dos de sus integrantes.

Desde entonces no cesan los secuestros, los enfrentamientos y la ejecución de policías.

“¡Cuarta Transformación!”, gritaban en el mitin de la candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia.

Sheinbaum evitó abordar el tema de la inseguridad en el estado que gobierna el morenista David Monreal –41 masacres en 2023; más de 3,600 homicidios en los últimos cuatro años—, y siguió de largo hacia el municipio más violento de México, Fresnillo, donde el 96.4% de la población ha declarado sentirse insegura, según la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana, ENSU, levantada en 2023.

Encapsulada siempre, la candidata presumió ahí sus logros como jefa de gobierno de la CDMX: una reducción, según dijo, de 50% en los homicidios, y una reducción de 60% en los delitos de alto impacto.

Ahí, el exalcalde de Fresnillo, Saúl Monreal, quien dejó el cargo para aspirar a un escaño en el Senado, ofreció entregarle “buenas cuentas”. No se refería a las cuentas en materia de seguridad, sino al número de votos que de acuerdo con Monreal serán entregados a Morena el próximo 2 de junio: 150 mil más que en 2018.

Apenas el 7 de febrero, un día antes de que el gobernador David Monreal presentara en Frenillo su Estrategia Estatal para la Construcción de Paz, Prevención y Convivencia Ciudadana, ahí fue asesinado a tiros el director de Desarrollo Social, Juan Pérez Guardado, cuñado del senador Ricardo Monreal.

Pérez Guardado monitoreaba tareas de limpieza realizadas en la avenida Prolongación Sonora, por la que al día siguiente pasaría el gobernador. Dos sujetos a bordo de una motocicleta lo ejecutaron.

Tres días más tarde, esta vez en el municipio de Plateros, fue asesinado otro miembro de la familia: Jorge Antonio Monreal Martínez, sobrino de los Monreal.

Un año antes un grupo armado secuestró a otro primo de los Monreal, Pedro Ávila Rodríguez, y lo mantuvo privado de la libertad durante varios días.

Los asesinatos de febrero causaron revuelo nacional. La familia operó, sin embargo, para echarles tierra, y evitar que, al menos en medios de Zacatecas, el asunto se siguiera abordando.

¿Cuál era el mensaje?

A consecuencia del choque entre el Cártel Jalisco y el Cártel de Sinaloa, Zacatecas y sus municipios están hoy en llamas. El infierno de los muertos, los ejecutados, los secuestrados, los desplazados; el infierno de las comunidades y las carreteras en manos del crimen organizado, no formó parte de la gira de la candidata del oficialismo.

“Ya vamos a hablar de eso con más detalle”, dijo Sheinbaum.

Los Monreal la acompañaron al aeropuerto. No dejaba nada para los zacatecanos. Se llevaba, en cambio, la promesa de 500 mil votos.

@hdemauleon

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