Opinión

El Senado se prepara para “matar” la liga de futbol femenil

Javier Tejado Dondé

Obligar a que se pague lo mismo a mujeres que a hombres hará que los equipos quiebren

Acaban de circular en el Senado un proyecto de dictamen que, de votarse a favor y convertirse en ley, va a desaparecer la Liga MX Femenil y, de paso, a todas las otras ligas femeniles deportivas: box, beisbol, basquetbol etcétera.

En el Senado, seguramente con las mejores intenciones, pretenden votar mañana miércoles un dictamen que modifica la Ley Federal del Trabajo, en materia de Personas Deportistas Profesionales, para, por decreto, igualar los salarios entre los deportistas hombres con las mujeres.

La idea suena bien, y muchos queremos que las mujeres ganen espacios y mejores ingresos, pero legislar sin conocimiento puede acabar con el deporte profesional de las mujeres en México. De hecho, en varios deportes, como el Abierto Mexicano de Tenis, en Acapulco, ya no realizan torneo para mujeres. La razón: no hay las economías de escala para ello. Y si ahora el Estado mexicano se pone a regular los salarios de los deportistas profesionales, muchos equipos y ligas van a desaparecer.

La iniciativa que ha circulado, con dictamen positivo, establece (Art. 297) que será “violatorio al principio de igualdad de salarios la disposición que estipule salarios base distintos para trabajos iguales, por género”. Suena muy bien, pero el problema es que la liga varonil lleva operando desde 1902 y la femenil apenas desde 2017. Así que obligar, por ley, a que las mujeres ganen igual que los hombres, en una liga profesional que está fundada desde hace 121 años y por eso tiene más audiencia y patrocinadores, es riesgoso y no tiene fundamento.

La ley debe incentivar que sí aumenten los ingresos de las deportistas mexicanas, pero para ello debe buscar equidad salarial respecto al total de los ingresos de la liga femenil, y no equidad con respecto a otras ligas que no son comparables. Se deben revisar los ingresos y viabilidad de una liga naciente, sin importar el tema de género.

Obligar a que se pague lo mismo a las mujeres que a los hombres, sin importar los ingresos de las Liga femenil y sus clubes, sencillamente hará que los equipos quiebren y habrá que ver si el Estado mexicano va a rescatar a los 18 clubes femeniles.

Lo plasmado en el dictamen es popular, y hasta puede sonar bien, pero en los hechos va a aniquilar a todo el deporte profesional femenil en México, pues nadie puede pagar más de lo que ingresa (salvo el gobierno). De hecho, con datos de la BBC, los equipos femeniles en México son los octavos mejor pagados en el mundo.

Sí, se paga mejor en Inglaterra (1), Estados Unidos (2), España (3) o Alemania (4), pero en México se paga más a las jugadoras, en promedio, que en Suecia (9), Bélgica (10), Noruega (11) y Dinamarca (12). Ninguno de estos países mejor pagados tiene regulación gubernamental. Es la competencia por jugadoras y por la afición lo que hace que estén bien pagados.

Entonces, es una pena que el Senado ponga en riesgo los trabajos de las deportistas mexicanas y que ninguna federación deportiva haya sido consultada. ¿Quiénes están detrás de esta idea?

No sorprende que algo así venga del líder sindical Napoleón Gómez Urrutia, desde la Comisión de Trabajo del Senado. Pero sí sorprende que la senadora Martha Lucía Micher, desde la Comisión de Igualdad de Género, haya avalado este documento.

Es tan pobre y equívoco el análisis, que parecen quieren llevar la “igualdad de género” en materia política, al ámbito deportivo. Y el mundo real no funciona así.

Desde luego, hay muchos temas que se deben revisar, como por ejemplo que las jugadoras de futbol en México sean acosadas digitalmente y que sus violentadores, como el de cualquier otra mujer, no sean sancionados, al no haber legislación al respecto. Pero en estos temas, que afectan a las mujeres en México y que las jugadoras han visibilizado, ni se legisla.

Lo que se vota mañana es un giro al populismo deportivo. Esto ha pasado en otros lugares, como en Argentina, y “desmadraron” el futbol nacional. Ojalá en el Congreso de la Unión haya de verdad la intención de ayudar a las mujeres deportistas y que no nada más sean usadas para fines electorales y acaben dejándolas sin fuentes de empleo.

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