Opinión

Gabinete chilango: ¿quién moverá los hilos en la CDMX?

Mario Maldonado

Los colaboradores de Clara Brugada son una mezcla de morenistas “puros” o “radicales”, de fieles “obradoristas” y también de algunos “claudistas”

Clara Brugada presentó al gabinete legal que la acompañará en su gobierno al frente de la Ciudad de México a partir del 1 de octubre. Una mezcla de morenistas “puros” o “radicales”, de fieles “obradoristas” y también algunos “claudistas” integran su equipo de trabajo. Con esta combinación, la pregunta es ¿quién moverá los hilos en la capital del país, la ciudad que impulsó lo mismo a AMLO que a Claudia Sheinbaum a la Presidencia de la República?

Este lunes, la próxima jefa de gobierno de la CDMX presentó, en un solo anuncio, a todo su gabinete legal. A diferencia de su antecesora y futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum –quien ha ido revelando semanalmente a su equipo–, Brugada decidió hacerlo de “un jalón” y con varios mensajes entre líneas, producto de los perfiles que eligió para cada una de las secretarías de la capital del país.

El 18 julio pasado publiqué en este espacio que en Morena se avecinan nuevas pugnas internas en las que los “radicales” del movimiento concentrarán sus fuerzas en la capital del país con un proyecto transexenal, con miras al 2030. Los nombramientos de la jefa de gobierno electa, Clara Brugada, parecen confirmar tal escenario.

De entrada, se confirmaron los nombramientos de César Cravioto como secretario de Gobierno; Raúl Basulto, extitular de Secretaría de Obras y Servicios de la Alcaldía Iztapalapa, como secretario de Obras y Servicios; y de Juan Pablo de Botton, actual subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, como titular de la Administración y Finanzas. El primero, cuota del actual jefe de gobierno interino, Martí Batres; el segundo, íntimo amigo y colaborador de Brugada; y el tercero, herencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Otros dos funcionarios considerados 100% obradoristas son la consejera Jurídica y de Servicios Legales, Eréndira Cruzvillegas, y la futura secretaria de Turismo de la capital, Alejandra Frausto, quien se desempeña actualmente como titular de la Secretaría de Cultura en el gabinete del presidente López Obrador.

A Martí Batres se le concedió también la recién creada Secretaría de Vivienda de la capital, que encabezará Inti Muñoz Santini, a quien en febrero pasado el actual jefe de Gobierno designó como titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda en sustitución de Carlos Ulloa, un incondicional de Claudia Sheinbaum.

El nombramiento de un allegado a Batres como encargado de la política de vivienda de la capital es un espaldarazo de Brugada a las intenciones del morenista de convertirse en el nuevo titular del Infonavit, puesto que está peleando con uñas y dientes. Está por verse si Sheinbaum se lo va a conceder a cambio de mantener influencia en carteras de la CDMX.

Precisamente entre los nombramientos de Brugada, por lo menos tres están identificados con la exjefa de Gobierno y futura presidenta de México. Es el caso de la Secretaría de Seguridad, que se mantiene a cargo de Pablo Vázquez –muy cercano a Omar García Harfuch–, la Secretaría del Medio Ambiente, que encabezará Julia Álvarez Icaza, quien fue integrante del equipo de voceros de la campaña de Claudia Sheinbaum, y la de Protección Civil, a cargo de Myriam Urzúa Venegas, funcionaria que se integró al gabinete de Sheinbaum desde su inicio.

Caso aparte es el de Alejandro Encinas, destronado del gobierno de López Obrador por el caso Ayotzinapa y sus pugnas con el Ejército, y arropado por Clara Brugada, a cuya campaña se fue a operar y finalmente fue recompensado con la Secretaría de Planeación y Ordenamiento Territorial y de Metrópolis –antes Desarrollo Urbano y Vivienda–.

Se asegura que lo que realmente le interesa a Encinas es hacerse cargo del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, aunque a una dependencia recién creada: la Secretaría de Agua y de Gestión Sustentable, llegará un exdirectivo de la Conagua: Mario Esparza Hernández.

Posdata 1

Por cierto que el actual vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, quien había sido contemplado por Clara Brugada para integrarse a su Gabinete, ahora apunta hacia el gobierno de Claudia Sheinbaum.

Una de las opciones es mandarlo al Sistema Público de Radiodifusión, no sólo para que siga controlando la línea editorial de los medios públicos, como lo ha hecho Jenaro Villamil, sino para que desde ese puesto, el belicoso y concitador vocero presidencial buscaría seguir teniendo injerencia en la (in)comunicación del gobierno federal con los medios de comunicación, con los que la presidenta electa –se dice– quiere llevar la “fiesta tranquila”.

La permanencia de Jesús Ramírez en el gabinete federal sería un pésimo mensaje para la relación del nuevo gobierno con los medios de comunicación y los periodistas con los que ha venido tendiendo puentes desde su campaña presidencial.

Posdata 2

Tras más de dos años y medio de buenas relaciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió contra el Consejo Coordinador Empresarial. ¿La razón? Su postura sobre la sobrerrepresentación de Morena y aliados en el Congreso federal.

El pecado del organismo de la iniciativa privada que encabeza Francisco Cervantes –amigo del presidente López Obrador y quien desde que asumió la presidencia del CCE, en marzo del 2022, construyó una relación de cercanía y buenas formas con el gobierno–, fue haber emitido un boletín el que hizo un llamado a tener una asignación de diputaciones plurinominales “mediante una interpretación sensata, justa, equilibrada y apegada a la Constitución”.

“Lo que está en juego en esta decisión es la preservación de los equilibrios democráticos, el respeto del voto popular y, por ende, la representación política del país”, expuso en su comunicado el CCE.

La respuesta del presidente fue virulenta: “Están descarándose, están definiéndose por la corrupción y no quieren un auténtico Estado de Derecho, quieren un ‘Estado de chueco’ y es mucha prepotencia que los que se sienten dueños de México quieran tener a sus pies a jueces, magistrados y ministros”, fustigó.

No cabe duda que conforme fue transcurriendo el sexenio, AMLO se radicalizó y desconoció a cualquier persona cercana o amiga que osara contradecirlo. Se convirtió en lo que dice no ser: un presidente intransigente, intolerante y dogmático.
Posdata 3

Una relación interesante a seguir en el próximo sexenio será la del próximo titular de la Secretaría de Educación, Mario Delgado, con el magisterio. Todo apunta a que, como ha sido con el actual gobierno, con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que encabeza Alfonso Cepeda Salas será buena, simplemente porque el líder sindical se convertirá en senador por Morena. Habrá que ver cómo se asientan las cosas con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), dado que con ese grupo el presidente López Obrador y su Gabinete ya tuvieron altercados.

A propósito de Cepeda Salas, este lunes en un mensaje con motivo del inicio del nuevo ciclo escolar, el dirigente magisterial dijo que el cambio de gobierno dará “un nuevo impulso a la agenda educativa nacional” y afirmó que el SNTE seguirá siendo un aliado del Estado mexicano y contribuirá a “la construcción de una nación libre, justa y democrática con prosperidad compartida”.

Cepeda Salas busca que se incluya la reforma a la Ley del ISSSTE en la política laboral y educativa del gobierno de Claudia Sheinbaum, para que desaparezcan las cuentas individuales y se incremente el número de UMA's como tope salarial de las jubilaciones, así como la reforma a la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros para que se respeten y garanticen los derechos del magisterio.

Posdata 4

Quien hizo un llamado al diálogo y a la convivencia política fue el senador electo Félix Salgado Macedonio. Durante una gira por Guerrero el morenista dijo que si bien ha habido agravios y desencuentros, “eso hay que dejarlo en el pasado”, e hizo un llamado a la convivencia política en la pluralidad, por lo que invitó a sus compañeros de partido a que “se hablen con todos, priistas, panistas o perredistas”.

Vaya reconciliación la que pide el futuro senador por Guerrero, quien llegará al Congreso el 1 de septiembre a procesar, junto con su bancada y aliados, las reformas constitucionales del presidente López Obrador.

@MarioMal
 

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