Opinión

La 4T: ganar el Poder para perder el Proyecto

Sabina Berman

Morena solita se ha puesto el conflicto y le ha trasladado la decisión a los electores

Acto 1.

En un estado donde la Izquierda no tenía oportunidad de ganar, puso de candidato a un ídolo goleador del fut. Genial: el goleador Cuauhtémoc Blanco arrasó en las urnas de Morelos.

Menos genial: el goleador gobernó de la patada —sin Proyecto y sin rumbo— a patadas de improvisación y corrupción.

Resultado: la Izquierda no volverá a ganar la gubernatura de Morelos mientras sean mayoría los morelenses que recuerden la angustia de tener un gobernador enredado con el crimen y ausente en las emergencias.

Acto 2.

Recuerdo el asunto Goleador este domingo porque Morena va por la repetición del drama en la CdMx.

Ha puesto a competir por la candidatura del partido a un caballero extraordinariamente popular porque ha sido un buen jefe de la policía local, pero que no sabe ni jota de qué es la Izquierda, no tiene Proyecto alguno y nunca —hay que subrayarlo: nunca— ha gobernado antes.

A la pregunta: ¿qué es la Izquierda?, responde que admira a su anterior jefa. En sus acartonados mítines, lee de hojas escritas por dedos ajenos. Este viernes sus geniales publicistas pintaron al Monumento a la Revolución con luces de colores y el logo de Batman.

HE IS BATMAN —decía el logo del murciélago comprado en el extranjero y recién desempacado.

¿Nadie en la 4T educó a Batman en lo que es el proyecto amplio de la 4T? Es evidente que no.

¿No hay filtros en la 4T: mañana podría ser su candidato Bad Bunny? Es evidente que sí, si Bad Bunny está disponible.

Por otra parte, está la segunda puntera de la competencia.

Clara es de Izquierda desde adolescente, ha gobernado a la alcaldía más poblada de la capital de la República, Iztapalapa, con resultados verificables muy exitosos. Descenso de criminalidad. Construcción de vías de transporte y centros de servicios sociales. Proliferación de la cultura y las artes.

Su adaptación personal del Proyecto de la 4T despierta entusiasmo entre quienes lo vienen conociendo durante esta campaña, de ahí su ascenso continúo en las encuestas.

—Admiro a morir lo que hiciste en Iztapalapa —exclamó una reportera de la sección de espectáculos, en una reunión de periodistas con la candidata—. Dime qué hago para que mis nietas vivan en una ciudad donde gobiernes.

Acto 3.

La prensa de Derechas viene dibujando lo que hoy sucede en la Izquierda como un encontronazo entre los puros y los pragmáticos al interior de Morena. La caracterización es cínica —y falsa, y eso porque los observadores son cínicos, observadores con la mirada fija en las oficinas del Poder.

Lo que hoy ocurre y se ve reflejado en las redes sociales, es una contienda en un círculo mucho más amplio: el de los electores, y ocurre entre los informados y los desinformados. Los electores capitalinos que desean un gobierno con Proyecto claro y generoso y los que todavía no están enterados que además de Batman eso también está en oferta.

Por desgracia, la encuesta que decidirá quién es el candidato no es para electores informados, es para los que se elijan de forma azarosa. Y las dos semanas que restan de campañas tal vez sean insuficientes para que Clara rebase a Batman, lo que sin duda lograría en un mes más.

Proyecto o Poder. Morena solita se ha puesto el conflicto y le ha trasladado la decisión a los electores y al tiempo que no deja de avanzar. Tic tac, tic tac.

Acto 4. El de las definiciones.

El mayor conflicto existencial de la 4T es entre ganar Todo el Poder del país en el 2024 perdiendo el Proyecto –o perder algunos trozos del Poder sin perder su identidad y su Proyecto.

O así se los imaginan los jeques de Morena a la par de los cínicos observadores de la Derecha.

No, no es así, sobre todo no lo es en la CdMx, donde según las encuestas hoy mismo Batman ganaría la ciudad y también la ganaría Clara, con solo 3 puntos porcentuales de diferencia.

En la Capital puede ganarse el Poder con el Proyecto. Puede ganarse el Poder para aterrizar el Proyecto en las calles y los mercados, las escuelas y los hospitales, las cocinas y los zócalos. En esa Patria real y concreta.

La Izquierda debería ser más astuta para no ponerse a sí misma en encrucijadas shakespeareanas —trágicas— cuando podrían ser dilemas molierescos —amables—. Que es el caso cuando lo que los separa son 3 puntitos porcentuales.

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