Opinión

La elección que sigue

Paola Rojas

La desdibujada oposición solo encuentra esperanza en la posible división de Morena

Llegó la cita electoral para Coahuila y el Estado de México. Para esta hora en la que envío el texto al diario, las dos candidatas mexiquenses se han proclamado ganadoras. Circulan también algunos ejercicios prospectivos que le dan ventaja a la aspirante de Morena en el Edomex y al del PRI en Coahuila. Luego de más de noventa años de gobiernos priistas, es muy probable que haya alternancia para unos y continuidad para otros.

Ahora lo que sigue en el horizonte es la elección presidencial del próximo año. Para esa cita con las urnas, los aspirantes de Morena se vienen preparando desde hace varios meses. Recorren el país, pintan bardas con sus nombres y suman aliados en cualquier oportunidad. Mientras las famosas “corcholatas” están en campaña y acaparan los reflectores, en la oposición no terminan de verse figuras con el peso necesario para entrarle a la contienda.

La atención, por lo pronto, está concentrada en Morena y el método que usará para elegir a su candidato. Se ha anticipado que será vía una encuesta, como ha ocurrido en muchas de las elecciones recientes. El que resulte con la más alta preferencia se convertirá en el abanderado para buscar la presidencia. El problema es que esa fórmula ha sido cuestionada por muchas voces que aseguran que la decisión final se toma en Palacio Nacional.

El ejemplo más reciente y sonoro es el de Coahuila. En diciembre pasado se dio a conocer que la encuesta de Morena favorecía al senador Armando Guadiana. Ricardo Mejía, subsecretario federal de seguridad, rechazó el resultado. Aseguró que el proceso había estado amañado y criticó con fuerza al dirigente del partido Mario Delgado. Unos días después Mejía apareció en la conferencia mañanera junto al presidente. Ahí López Obrador aseguró que el coahuilense regresaría a su cargo en la Secretaría de Seguridad. “Nos ayuda mucho. Le tenemos toda la confianza”, dijo tomándolo del brazo.

Pero no fue así. Mejía se quedó en la contienda por la gubernatura, pero impulsado por el PT. Renunció a su cargo, rompió con Morena y siguió con sus cuestionamientos en contra de la encuesta del partido: "Yo tengo encuestas serias que nos sitúan entre el 50 y 60% de nivel de conocimiento. Lo paradójico es que, en estas que nos entregaron, ahora tenemos el 26% de conocimiento.” Pasaron los meses y no cedió. Se mantuvo hasta el final como opositor. Ayer mismo, en plena jornada electoral y a pesar de la veda, el PT reiteró que no declinaría a favor de Morena.

¿Lo ocurrido en Coahuila puede replicarse a nivel nacional? Esa es una de las muchas especulaciones que se hacen desde una oposición tan desdibujada, que solo encuentra esperanza en la posible división de Morena. Mientras tanto, los titulares, los comentarios y el análisis se los llevan los aspirantes del partido en el poder. Mejor escenario imposible para Morena y el presidente.

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