En Palenque, Chiapas, donde se suponía que Andrés Manuel López Obrador había entrado en un retiro contemplativo, no dejan de llegar las visitas: excolaboradores, amigos y familia han hecho más frecuentes los encuentros con el expresidente, quien prometió apartarse de la vida pública al terminar su gobierno.
Sin embargo, en su finca “La Chingada”, el expresidente guarda discreción, pero no ha abandonado el control político. Lo visitan con regularidad personas como Daniel Asaf, actual diputado federal y exjefe de ayudantía de la Presidencia, quien fungió como coordinador de seguridad y apoyo técnico directo; Alejandro Esquer, su fiel secretario particular en Palacio Nacional y actual senador; César Yáñez, operador histórico del movimiento y actual subsecretario de Gobernación; Adán Augusto López, a quien en su momento consideró su “hermano”, y Octavio Romero Oropeza, su ex oficial mayor en la Ciudad de México y quien se mantuvo al frente de la caja chica del gobierno: Pemex, durante todo el sexenio. Hoy es el titular del Infonavit.
También llegan con frecuencia sus hijos, sobre todo Gonzalo “Bobby” López Beltrán, quien en días recientes fue captado en Palenque junto a funcionarios tabasqueños como Daniel Arturo Casasus Ruz, secretario de Obras Públicas, y Alejandro Calderón Alipi, secretario de Salud, en una suerte de consejo informal que se ha vuelto rutina en Chiapas. Su otro hijo, “Andy” López Beltrán, secretario de Organización de Morena desde octubre de 2024, mantiene igualmente un rol activo a pesar de las críticas que le llovieron tras su viaje a Tokio, Japón.
El fin de semana pasado, Beatriz Gutiérrez Müller estuvo con López Obrador en la finca, en medio de los rumores sobre un eventual cambio de residencia a Madrid que ella desmintió en una carta cargada de afecto y reafirmación del vínculo familiar. Se asegura que fue el propio López Obrador quien le pidió no cometer ese error histórico de mudarse, junto con su hijo menor, a España.
Por su parte, Daniel Asaf continúa siendo pieza clave para Andy, al grado de que lo acompañó en su criticado viaje a Tokio, una gira que contrastó con los principios de austeridad que predicó su padre desde Palacio Nacional. A ellos se suma un círculo tabasqueño que viaja regularmente a Palenque y que, según versiones, se coordina para mantener vivo el pulso político de Morena desde el sureste del país.
Detrás de él permanece “Laurita”, su asistente de toda la vida, que lo sigue acompañando en casi todo y que mantiene bajo llave su agenda. López Obrador ha conformado un equipo de ayudantes que lo auxilian en la investigación y redacción de sus libros sobre la historia de México y las culturas prehispánicas, un proyecto personal que presume como su retiro intelectual. Para distraerse de la tensión política también ha pedido a sus colaboradores las grabaciones de las últimas Series Mundiales de béisbol, su pasión desde joven, a las que dedica largas horas frente a la pantalla cuando no está escribiendo ni recibiendo visitas en Palenque.
Esas pocas veces que ha viajado a la Ciudad de México, lo ha hecho en transporte privado y con una discreción férrea. En esas ocasiones, se ha reunido en privado con la presidenta Claudia Sheinbaum, alimentando las versiones de que el vínculo entre ambos no está roto, sino administrado con prudencia y secreto. Esos encuentros confirman que el expresidente, más que un jubilado, sigue siendo un referente obligado para la Presidenta en decisiones estratégicas.
Mientras tanto, en Morena la tensión se calienta. “Andy” López Beltrán ha manifestado su molestia con Luisa María Alcalde por convocar al Congreso Nacional sin su presencia —él estaba en Japón— y haber dejado su silla vacía con su nombre, lo que interpretó como una afrenta o traición. En su carta se defendió diciendo que avisó con tiempo a la presidenta de Morena y cerró con un mensaje cargado de simbolismo: “No somos iguales, nosotros no somos corruptos y en mi caso, desde niño, aprendí, posiblemente antes que otros, que el poder es humildad, que la austeridad es un asunto de principios y que se debe vivir en la justa medianía, como recomendaba el presidente Juárez”. Esto último se interpretó como una indirecta para Sheinbaum, quien en varias ocasiones ha pronunciado esa frase a pregunta expresa sobre los viajes de “Andy”.
El tablero político que se viene no es menor. El Paquete Económico 2026 se perfila como la primera gran prueba de fuego para el gobierno de Sheinbaum, en paralelo a una reforma electoral que muchos se preguntan si lleva su sello o el de López Obrador desde Palenque. La designación de Pablo Gómez como presidente de la Comisión para dicha reforma también despierta sospechas de que responde más al expresidente que a la mandataria. Y en el horizonte se asoma la consulta de revocación de mandato, que AMLO podría usar como instrumento de presión política, además de la gran incógnita sobre quién operará la elección intermedia de 2027, donde se definirá el control del Congreso.
La otra pregunta es el futuro de Andy. La larga conversación —mitad regaño, mitad reflexión— que sostuvo con su padre en Palenque, como se reveló en esta columna, ¿servirá de algo? ¿Se mantendrá como secretario de Organización de Morena o terminará siendo relevado discretamente? Lo cierto es que hasta ahora no se ha sumado a las giras de Luisa María Alcalde ni aparece en los eventos nacionales del partido. Hay problemas en Morena y también en el Paraíso, como llaman al círculo íntimo de los López Beltrán. La presidenta Sheinbaum está al tanto de todo y, aunque lo niegue, sabe que el movimiento se encuentra en punto de ebullición.
Posdata 1
La última encuesta de Citi entre analistas volvió a inyectar algo de optimismo al mercado. El consenso ahora estima que la economía mexicana crecerá 0.4% en 2025, un ligero ajuste al alza frente al 0.3% previo. Entre los más entusiastas aparecen Santander, con 0.8%, y Barclays con 0.7%; mientras que Scotiabank y Valmex siguen apostando por una contracción marginal. Para 2026, las proyecciones rondan el 1.4%, con un techo de 2% y un piso de apenas 0.6%.
El dato coincide con un entorno de relajación monetaria, pues se prevé que Banxico cierre este año en 7.5% su tasa de interés, e incluso algunos bancos como BBVA y Banorte anticipan que la tasa pueda bajar hasta 7%. El tipo de cambio se ubicaría en torno a 19.50 pesos y la inflación en 4%.
Sin embargo, el dato revelador está en Hacienda. En el área de análisis económico reconocen en privado que el crecimiento de este año podría ubicarse por debajo del 1%, muy lejos de los escenarios de recuperación con los que la 4T diseñó su política fiscal. Esa diferencia entre lo que dicen los analistas, lo que reconoce el gobierno y lo que se espera desde Palacio Nacional revela que la economía mexicana camina en medio de la incertidumbre.
Posdata 2
Y ahora, el ojo del huracán financiero se encuentra en Vector Casa de Bolsa, la firma fundada por Alfonso Romo, el empresario capitalino avecindado en Nuevo León que saltó a la política de la mano de Andrés Manuel López Obrador y que, pese a su papel como jefe de la Oficina de la Presidencia, en los primeros años de la 4T, nunca perdió su instinto financiero ni su fuerte exposición al mercado de Estados Unidos.
La historia reciente de Vector es un retrato incómodo: mientras Romo cultivaba su cercanía con AMLO, en Monterrey —cuna del Grupo Monterrey— lo veían con recelo, casi como un traidor que había abandonado la élite empresarial tradicional para abrazar un proyecto político disruptivo. Esa enemistad explica también por qué muchos de los reflectores de Estados Unidos apuntaron hacia Vector: la investigación de las autoridades estadounidenses comenzó meses antes de que la CNBV y la SHCP se vieran obligadas a reconocer públicamente los señalamientos de presunto lavado de dinero, en el mismo paquete que hundió a CIBanco e Intercam.
Hoy, mientras se negocian salidas para estos intermediarios financieros, la narrativa oficial intenta separar a Vector de sus filiales globales, sobre todo de Vector Global Wealth Management, cuya operación offshore era vista en Miami y en Houston como un engranaje clave de la red de clientes internacionales.
Posdata 3
La detención de 13 personas vinculadas con el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos de la jefa de Gobierno Clara Brugada, representa un golpe certero al crimen organizado en la Ciudad de México y, al mismo tiempo, un elogio obligado a la coordinación de las autoridades capitalinas y federales. No siempre se puede actuar así, pero esta vez, bajo el mando de Omar García Harfuch, Pablo Vázquez y Bertha Alcalde, el Estado respondió con firmeza y precisión.
El brutal ataque contra Guzmán y Muñoz, ocurrido a plena luz del día en la calzada de Tlalpan, no fue un crimen improvisado. Cuatro sicarios profesionales, armas limpias, vehículos robados y una vigilancia previa de 20 días revelan que detrás hubo planeación quirúrgica. Nadie lo esperaba, nadie lo vio venir. La frialdad con la que actuaron buscaba no solo arrebatar vidas, sino mandar un mensaje directo a la clase política capitalina.
La respuesta, sin embargo, ha sido buena. En un operativo simultáneo se realizaron 11 cateos y se desmanteló la red logística de los agresores, desde quienes siguieron a las víctimas hasta quienes proporcionaron los vehículos de escape. Tres de los detenidos habrían participado directamente en la ejecución. La fiscal Alcalde afirmó que todo fue cuidadosamente estudiado.
Con la experiencia de haber sobrevivido a su propio atentado en 2020, Harfuch enfatizó que el móvil y el autor intelectual siguen bajo investigación, pero que no habrá espacio para la impunidad.
@MarioMal