En el gobierno federal ya se habla de posibles cambios en el gabinete presidencial, luego del relevo de Alejandro Gertz Manero en la Fiscalía General de la República, un movimiento que dentro y fuera de Morena fue leído como el banderazo de salida de una reconfiguración mayor rumbo a 2027.
Aunque en los Estatutos de Morena no hay una fecha específica para que los funcionarios que aspiren a una candidatura se separen del cargo, se habla de que el plazo se fijará para inicios del 2026. Para los comicios de 2024 las llamadas “corcholatas” presidenciales se separaron de sus cargos casi un año previo a la elección y se habla de que ahora podría ser incluso antes.
La presidenta, Claudia Sheinbaum, ha intentado enfriar expectativas. El pasado 5 de diciembre descartó, por el momento, más cambios además de la FGR y la Consejería Jurídica, con la salida de Gertz y la llegada de Ernestina Godoy a la Fiscalía. Sobre este tema, lo más probable es que la Consejería sea ocupada por otra mujer y no por Arturo Zaldívar, quien se mantendría como coordinador General de Política y Gobierno. Sin embargo, el mensaje de la mandataria no cerró la puerta. Dijo que todo el equipo está siempre a evaluación, “a que demos resultados a la gente”. “Por ahora no tengo pensado ningún cambio, pero eso no quiere decir que algún día se pueda dar”, expresó.
Entres los movimientos se habla de la salida del titular de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, en medio del descontento de productores y la falta de resultados, particularmente en el combate al gusano barrenador, un problema sanitario que lleva más de un año sin resolverse. En su lugar se menciona la posible promoción de Leonel Cota, actual subsecretario de la dependencia, con mayor capacidad de operación política dentro del movimiento.
Otro nombre que se menciona es el de Mario Delgado. El titular de la SEP podría dejar el cargo para competir políticamente en Colima, su estado natal, en un contexto marcado por polémicas sobre su gestión. La más reciente fue su declaración en el Senado, en noviembre de 2025, cuando afirmó que “los niños que no nacen no van a la escuela” para explicar la reducción de la matrícula por la baja natalidad. La frase se viralizó y fue interpretada como insensible y reduccionista, al minimizar problemas reales como el abandono escolar, el rezago educativo y la falta de acceso. Durante la glosa del Primer Informe de Gobierno también se le cuestionó por obesidad y desnutrición infantil, pese a los programas oficiales, así como por señalamientos de opacidad en la SEP. En la baraja para Colima también aparece César Yáñez, hoy subsecretario de Gobernación, cercano al núcleo político del movimiento.
En política exterior se habla del posible relevo en la Cancillería. Juan Ramón de la Fuente solicitó licencia temporal el 28 de noviembre por una operación de columna, y su lugar fue ocupado como encargado de despacho por Roberto Velasco, subsecretario para América del Norte. Velasco podría ser ratificado como nuevo canciller para hacer mancuerna con Marcelo Ebrard en la compleja renegociación del T-MEC, que exigirá un ritmo trepidante de idas y vueltas a Washington D.C. y a Canadá.
Otro movimiento posible sería en la Secretaría de Gobernación, con una eventual salida de Rosa Icela Rodríguez, ya sea para buscar la candidatura al gobierno de San Luis Potosí o un curul en la Cámara de Diputados con la mira puesta en la coordinación parlamentaria. Para ese último cargo también suena el vicecoordinador de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar. En caso de abrirse Gobernación, los nombres que circulan van desde Omar García Harfuch —más bien pensado para después de las elecciones de 2027—, Sergio Salomón, actual director del Instituto Nacional de Migración, y Rafael Marín Mollinedo, titular de Aduanas, quien a su vez busca evaluarse para ver si le alcanza para competir por la candidatura de Morena para Quintana Roo.
Así, aunque la presidenta ha insistido en que no habrá cambios inmediatos, los tiempos electorales por venir, la renovación del T-MEC y la coyuntura política —incluidas las elecciones intermedias en Estados Unidos—, hacen prácticamente inevitable una reconfiguración del gabinete de Claudia Sheinbaum.
Posdata 1
Por cierto que sigue habiendo muchas dudas sobre la embajada prometida a Alejandro Gertz Manero. Lo que se dice en su entorno es que el exfiscal —de 86 años— aceptó la embajada más como un acto de dignidad que porque realmente quiera irse a vivir a Alemania.
La propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum sigue sin concretarse y ni siquiera hay fecha para presentarla ante el Senado, ni el beneplácito del país receptor.
Más allá de la logística, llama la atención que personas cercanas a Gertz no vean el beneficio real de irse a un país con inviernos gélidos que, según sus allegados, él detesta. ¿Qué ganancia política y personal, más allá de un retiro con apariencia de honor, obtiene un funcionario veterano, con una carrera tan larga como polémica, al exiliarse en tierras frías si no hay certeza de cuándo ocurrirá? ¿Realmente le interesa a Gertz Manero asumir una embajada o se encaprichó ante la solicitud de entregar la Fiscalía?
Posdata 2
Por cierto que en la Secretaría de la Defensa Nacional también se anticipan reacomodos en el corto plazo. El general de División de Estado Mayor y Oficial Mayor, Enrique Martínez López, está por jubilarse. Dicho movimiento es relevante porque la Oficialía Mayor concentra presupuesto, adquisiciones y contratos, un eje sensible que suele marcar el inicio de ajustes más amplios en la cúpula castrense.
El subsecretario de la Defensa y segundo al mando, Enrique Covarrubias López, también se encuentra en la ventana de jubilación. Quien encabeza dicha Subsecretaría se convierte automáticamente en el segundo de a bordo del general secretario, Ricardo Trevilla. Es decir que no se trata sólo de un relevo administrativo, sino de una definición estratégica que ordena la cadena de mando en la Defensa.
Quien podría emerger como personaje de poder es Arturo Coronel Flores, actual jefe del Estado Mayor Conjunto. Con menor antigüedad relativa y control directo de la planeación y la operación, su posición toma mayor relevancia ante eventuales salidas arriba de él.
Posdata 3
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) puso sobre la mesa un incremento salarial del 13% para las maestras y los maestros del país. La dirigencia sindical, encabezada por Alfonso Cepeda argumenta que el ajuste es no solo justo, sino necesario.
La expectativa del incremento es que sea equiparable al otorgado al salario mínimo, el cual fue anunciado a inicios de diciembre por la presidenta Claudia Sheinbaum.
De visita por Baja California Sur este fin de semana, el secretario general del SNTE habló de la responsabilidad que implica atender a más de 30 millones de alumnos en el sistema educativo público. Esta reivindicación forma parte del Pliego Nacional de Demandas, donde el sindicato exigirá que se reconozca tanto “el esfuerzo y la responsabilidad social del magisterio” como su papel esencial en el desarrollo nacional.
La educación pública mantiene una cobertura nacional que descansa en más de un millón de docentes y representa uno de los rubros más sensibles del presupuesto federal. En ese contexto, el SNTE, que es el sindicato más grande de América Latina, vuelve a colocarse como un actor central en la negociación salarial y en la estabilidad operativa del sistema educativo.
@MarioMal

