Opinión

Morena vs. Morena

Luis Cárdenas

Lo del sábado es una antesala. La caricatura de la convención es peccata minuta frente a los pleitos estelares, fue solo un palomazo para abrir telón

“Si falla el capitalismo, podemos probar con el canibalismo” 
El Roto. 

 

La izquierda mexicana siempre ha tenido una vocación autofágica, se devora a sí misma y en su amor por la grilla termina perdiendo gran parte de la confianza ciudadana que gana cuando  
es oposición. Llegan al poder y lo quieren todo, pero pueden terminar en desastre. 
 
Claramente, hay una pugna entre moderados y radicales, lo que pasó el sábado con la convención morenista convocada por el ala más dura de Morena da cuenta del tamaño de descalabro que se viene en los próximos meses y que podría poner al partido en aprietos frente a los comicios de 2022, 2023 y las presidenciales del 2024. 
 
Tiene razón Paco Ignacio Taibo II cuando dijo: “aquí está la reunión de los agraviados. Los aquí presentes, agraviados, porque no se les considera en un proceso electoral, porque no se les tomó en cuenta; pues dejemos de ser agraviados, ¡chinga!, Vamos reconstruyendo el partido, es nuestro”. 
 
Y sí, ahí estaban los “agraviados”, los traicionados, los que dieron todo por la 4T esperando una candidatura trabajada desde la base y, en cambio, recibieron una patada institucional de su presidente Mario Delgado que a estas alturas no convence a nadie de que el método para seleccionar candidatos en Morena se basa en una “encuesta” al pueblo bueno y sabio. 
 
Pero, ¿sabrán los asistentes de la convención que don Mario Delgado no se manda solo?, ¿sabrán que la imposición de candidatos, disfrazada de encuestas, es realmente el dedazo de su amado líder, López Obrador?, ¿sabrán que, si logran echarlo del partido, quien sea que le suceda tendría que ser igual de falderillo al presidente de la República que, a fin de cuentas, mueve todos los hilos? 
 
Curioso, ahí estaban algunos expulsados del paraíso, como Irma Eréndira Sandoval que sabe muy bien lo que cuesta apoyar a un candidato ajeno a los deseos de López Obrador, que tuvo que tragar sapos, que tuvo que salir por la puerta chica ante la disyuntiva de apoyar al acusado de violación Félix Salgado o a su hermano, mucho más presentable, Pablo Amílcar… ¿En algún momento estos “agraviados” se radicalizarán tanto que terminarán en lucha contra el mismo lopezobradorismo por las traiciones que brotan desde Palacio? 
 
Pero lo del sábado es una antesala, la caricatura de la convención es peccata minuta frente a los pleitos estelares, nada más que un palomazo para abrir telón, porque el agarrón del que no podemos distraernos está empezando a gestarse en el Senado de la República donde Ricardo Monreal busca blindar su cargo como coordinador de bancada pero, mucho más, como presidente de la Junta de Coordinación Política, sabedor de que en cualquier momento puede ser presa de una celada que termine por romper la ya poca cohesión que existe del oficialismo en el Congreso. 
 
Y el show estelar viene con el pleito que ha emprendido el fiscal Alejandro Gertz, mediante denuncia del abogado Paulo Díez Gargari, contra el exbrazo derecho de López Obrador, Julio Scherer, al que acusa de tráfico de influencias cuando, según el expediente, presionó a jueces para fallar en distintos asuntos a favor de los clientes de un despacho de abogados, cercano a el exconsejero, donde litigan Juan Antonio Araujo Rivapalacio, César Omar González Hernández, David Gómez Arnaut e Issac Pérez Rodríguez, quienes ya están citados para comparecer en el Reclusorio Norte el próximo 28 de febrero… Y tal vez no salgan de ahí en algún tiempo. 
 
Supuestamente, los abogados cercanos a Scherer habrían obtenido favores para personajes de la talla de Juan Collado, abogado del peñanietismo, Guillermo Álvarez Cuevas, del Cruz Azul, el matrimonio de factureros de Inés Gómez Mont y Manuel Álvarez Puga y hasta el implicado en la estafa maestra Emilio Zebadúa
 
A río revuelto, veremos quién resulta el más inteligente o el de colmillos más grandes. Morena contra Morena. 

De Colofón

El 28 de febrero la Fiscalía pedirá prisión preventiva justificada contra los abogados cercanos a Julio Scherer acusados de actos de corrupción por tráfico de influencias. Dicen que el fiscal quiere mandar un mensaje contundente cobrando con creces viejas facturas… Eso sí, a los ayotzinapos vándalos que casi matan a varios agentes federales de la Guardia Nacional con un camión de Soriana que usaron como proyectil no les harán absolutamente nada, si acaso algunas becas. 

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