Salvador García Soto

Sheinbaum y Salinas Pliego: la guerra sube de tono

03/07/2025 |08:06
Salvador García Soto
autor de OpiniónVer perfil

Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum se perfilaba ya como la candidata ungida de Morena, el empresario Ricardo Salinas Pliego, que ya había roto lanzas con su amigo el presidente López Obrador, buscó la forma de acercarse a quien se perfilaba ya como la sucesora en la Presidencia de la República. A través de un enviado de su círculo cercano, Salinas mandó un mensaje de apoyo a la candidata oficial y pidió ser recibido en una plática privada de acercamiento. La respuesta fue contundente: “La doctora no tiene tiempo en su agenda para recibirlo".

Después vendría un segundo intento, por otra vía y con otro mensajero, que ya en plena campaña y cuando las principales casas encuestadoras ya se habían alineado todas con la campaña que les pagaba sus sondeos, el segundo intento recibió también la misma respuesta negativa a la petición proveniente del Ajusco. “Está cerrada a dialogar, Ricardo la ha buscado ya en varias ocasiones pero no quiere verlo y estamos preocupados por ello”, me comentó un par de meses antes de la elección presidencial del 2 de junio del 2024 un alto ejecutivo de una de las empresas de Grupo Salinas.

Ya siendo Presidenta electa hubo un tercer mensaje con nuevo mensajero al que se le dio una respuesta distinta, menos tajante pero condicionada: “La Presidenta electa aceptaría reunirse siempre y cuando él se disculpe públicamente con Citlalli Hernández”, la entonces secretaria general de Morena, con quien el empresario sostuvo varios diálogos agresivos en las redes sociales en los que se refería a la dirigente morenista como “Cenadora” y se mofaba de su obesidad con expresiones como “oink, oink” o mencionando siempre su exceso de peso para cuestionarla: “Es que con militantes como usted, imagínese construirla en las alturas, nooo, se nos viene el mundo encima, cenadora. Es más, sería un evento que podría ser comparado con el cataclismo causado por el meteorito que extinguió a los dinosaurios”, respondió Salinas en 2023 a un tweet de Hernández que decía que Morena se había construido “a ras de tierra”.

Esta vez la negativa contundente fue del lado del empresario que se negó a disculparse, como ya antes se había negado a cumplir la orden del INE, que le había pedido borrar cerca de 90 publicaciones en redes sociales en la que los consejeros del instituto consideraron que había incurrido en “violencia política de género” contra la senadora morenista al atacarla por su físico y por su género, esto en respuesta a una queja que interpuso ante el órgano electoral Citlalli Hernández.

A partir de ese último intento y del rechazo a la condición que pusieron en el equipo de la entonces Presidenta electa, no volvió a haber ningún tipo de contacto de ninguna de las dos partes. Y lo que ya era un pleito fiscal, legal y político abierto entre las empresas de Salinas Pliego y el gobierno de López Obrador, se fue escalando cada vez más en lo que va del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum quien, como en muchos otros casos, heredó también las filias, fobias y pleitos de su antecesor.

Recién llegada a la presidencia, el 6 de diciembre de 2024, la doctora Sheinbaum fue cuestionada sobre un mensaje de Salinas Pliego en redes sociales cuestionando a su gobierno. En aquella ocasión, aunque ya había toda una andanada de morenistas y bots de la Presidencia en contra del empresario al que le exigían pagar sus impuestos, la Presidenta mantuvo cierta neutralidad: “Pues él también tiene un estilo, y tampoco vamos a estar cayendo en eso. El está buscando cobertura, yo creo, en algunos lugares, porque va a tener que pagar los impuestos que debe. A lo mejor se tarda la justicia, pero siempre llega. Él, como cualquier ciudadano, va a tener que pagar sus impuestos. No voy a entrar a ese debate, la verdad”, comentó.

Pero en la última semana el enfrentamiento entre Salinas Pliego y el gobierno de Sheinbaum se volvió frontal. La postura cada vez más crítica de Televisión Azteca y sus noticieros y programas de parodia, junto al endurecimiento del SAT y del gobierno sobre los montos que, según ellos, adeuda el empresario por impuestos eludidos, hicieron que el pleito se transformara ya en una guerra abierta en la que, por un lado Salinas Pliego mantiene su defensa jurídica y legal alegando que no debe los 74 mil millones de pesos de impuestos que sostiene el gobierno y que el monto sería mucho menor, mientras que del lado oficial, la Presidenta contratacó descalificando a Salinas, afirmando que “no quiere pagar impuestos” y atribuyendo a ello la crítica que se realiza contra su gobierno en la Televisora del Ajusco.

El viernes pasado la Presidenta lanzó desde su mañanera a la procuradora fiscal, Grisel Galeano García, quien presentó una serie de gráficas, documentos y cuentas con las que aseguró que Grupo Salinas –ya no solo Elektra que era la empresa que litigaba contra los cobros del SAT— mantiene una deuda de 74 mil millones de pesos con el Servicio de Administración Tributaria. La funcionaria habló de 32 juicios que tiene el grupo empresarial ante distintas instancias judiciales que suman ese monto de adeudos y los acusó de incurrir en “abuso del sistema judicial”, con apelaciones y recusaciones que han retrasado los juicios que datan, el más antiguo, del 2008.

Y luego, fue la propia Presidenta la que se lanzó, primero contra TV Azteca el pasado 24 de junio, cuestionado que “¿en qué país del mundo una televisora, que es una concesión del Estado, habla mañana, tarde, noche en contra de la Presidenta con un montón de mentiras?” y diciendo que por eso no le paga publicidad a la televisora, y el viernes pasado, la doctora enfiló todas sus baterías y su poder contra el Grupo Salinas: “¿Por que están en contra de la elección al Poder Judicial, por qué tanta crítica y tanto enojo? Pues porque tenían vínculos con ministras y ministros que favorecían este aletargamiento en la decisión o una decisión que pudiera ser favorable a este grupo, que sería, ahora sí que la injusticia llevada a la máxima expresión”.

El mensaje de la Presidenta, que se interpretó como un intento de “línea” a la Corte que tiene pendiente la discusión del amparo interpuesto por Salinas Pliego contra el cobro de esos impuestos, se reforzó luego con un comentario de la propia mandataria sugiriendo que si la actual Corte ya no puede resolver los temas pendientes, debiera dejárselos a la nueva Corte formada por ministros afines a Morena. “Le queda a esta Corte hasta el 1 de septiembre, cuando entran los nuevos ministros y ministras de la Corte. No son juicios que vengan de nuestro gobierno, sino impuestos que no se han pagado desde hace 16 años y que prefirieron tener una cantidad de abogados y vínculos corruptos con jueces, magistrados y ministros que les han evitado pagar impuestos. Pero van a pagar los impuestos, porque no creo que la Corte de los ministros que están ahora se vayan a atrever algo en contra del pueblo de México”, dijo la Presidenta en lo que pareció una advertencia a los actuales ministros.

La respuesta de Salinas Pliego no se hizo esperar y desde un yate en el que navegaba en el extranjero, contestó en un video: “Lo que dice la señora es que no pagamos impuestos, mentira, sí pagamos y pagamos mucho. En este caso particular, tenemos una disputa que data desde hace muchos años y ella sabe perfectamente por qué, no tengo que explicarlo, pero para que veas cómo usa la técnica de ´la gran mentira´, es la mejor alumna de Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, que decía ´tú repite una mentira mil veces y veras que se convierte en verdad´. Entonces la señora está mintiendo mil veces, pero eso no lo hace verdad. Además los impuestos que pagamos se malgastan en tonterías como el Tren Maya, la Refinería (Dos Bocas) o como el AIFA…Así que vamos a seguir luchando y nos vamos a seguir luchando por la verdad. Nos vamos a defender con todo”, dijo el empresario.

Así la guerra ya abierta y declarada entre la Presidenta, con todo el poder de su gobierno, contra el empresario, con todo el poder de su dinero. La gran incógnita es si el caso de Salinas Pliego será resuelto por esta Corte, antes de que termine sus funciones en agosto próximo, o si los actuales ministros, ya también amenazados por la Presidenta, deciden dejar el caso pendiente y se pasa a la nueva Corte de filiación morenista que tomará posesión el 1 de septiembre.

En todo caso, esta es una guerra de pronóstico reservado porque de ambos lados, tanto la presidenta Sheinbaum como del lado de Salinas Pliego, han traspasado ya todos los límites y las reglas no escritas del sistema político mexicano en el que ni los empresarios se lanzaban con todo a cuestionar al presidente en turno, ni el gobierno hacía declaraciones públicas de guerra contra a algún empresario al que podían aventarle el aparato fiscal y judicial, pero sin la estridencia y el nivel de ataques verbales que hoy estamos viendo. ¿Quién ganará esta guerra entre el poder político y el poder del dinero?

Se detienen los dados. Cayó Serpiente Doble. Descenso obligado.

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