Con un tono más moderado que el de la víspera, en que en la Comisión Temporal de Debates cuestionaron sobre todo la actuación que tendrán los 3 moderadores, los representantes de los moderadores dieron incluso la bienvenida a un formato distinto al “acartonado”, aunque mantuvieron sus cuestionamientos.
Hizo un recuento de los 24 años de historia de debates presidenciales en el país, todos caracterizados por reglas que impidieron la confrontación real de ideas.
El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, expuso que las condiciones de igualdad en las reglas quedaron puestas, “habrá contendientes que pretendan cuidar lo que asumen o presumen es una ventaja”, otros que busquen remontar una ventaja. “La autoridad debe ser ciega frente a los intereses. Debe haber igualdad, la estrategia la definirán cada quien”.
Esto “rompe muchos esquemas”, y entiendo los pruritos y las preocupaciones, agregó Córdova, pues los moderadores no deben ser ni los protagonistas ni los interlocutores de los contendientes, esos extremos desvirtúan el debate, pero tampoco debe darse un largo spot o un monólogo.
Ahora, con el papel de los moderadores, “los cronómetros parlantes se acabaron”, dijo el consejero Ciro Murayama.
La representante del PRI, Mariana Benítez, insistió en que será menos el tiempo para que los candidatos se confronten entre sí, que su interlocución con el moderador y “queremos que los protagonistas del debate sean los abanderados”. Deben ser discretos, dijo José Alberto Macías, de Panal.
El representante de Morena, Jaime Miguel Castañeda, pidió evitar “shows donde los protagonistas no sean las propuestas. Tampoco un espectáculo donde las descalificaciones, la parcialidad o las fobias sobresalgan…vamos a ir a los debates para que los ciudadanos se beneficien”.
Pedro Vázquez, del PT, pidió que los entrevistadores eviten “preguntas personalizadas, comentarios críticos y tendenciosos, las filias y fobias y los contrastes de datos”.
Por el PAN, su representante ante el INE, Eduardo Aguilar, reconoció preocupaciones, “nos inquieta la posibilidad de interrumpir a los candidatos” y que el formato lo fomente, aun sin necesidad…habría que poner que si no hay necesidad de interrumpir no se haga”.
Mientras, Fernanda Caso, representante de Zavala, insistió en la disparidad con que su candidata llegará al debate, pues a esa fecha sólo habrá podido tener 6 spots contra 771 de Meade, por ejemplo.
Por ello insistió en que, en un minuto y medio al inicio del encuentro, los 4 abanderados pudieran emitir un mensaje, cambio que no se aprobó.
En la discusión, el consejero Ciro Murayama insistió en que los moderadores propiciaran, en tiempos específicos, que los candidatos respondan y no eludan ni ignoren a sus competidores, como “el antidebate” del 2012, en donde los punteros no se dirigieron la palabra entre sí.
El primer encuentro entre abanderados a la Presidencia, el 22 de abril, en el Palacio de Minería, de la ciudad de México, durará 1 hora 54 minutos y tendrá 3 moderadores, figura que, plantearon quienes representan a las candidaturas, tendrán papel protagónico.
El encuentro será de 4 bloques, cada uno dividido en dos segmentos. En el primero los abanderados responderán una pregunta genérica, y la interacción será entre moderador y abanderados; en el segundo los candidatos se confrontarían entre ellos.
El debate iniciará con una pregunta genérica planteada por un moderador por hasta 30 segundos y cada candidato tendría tres minutos para responder, además habría 4 minutos para réplicas y una bolsa de 8 minutos para administrar en el curso del bloque para contrarrestar propuestas y exponerlas.
En el segmento dos de cada bloque los candidatos se confrontarán directamente entre ellos para contrastar sus plataformas sobre un tema específico. Para ello, las candidaturas se dividirán en una candidatura ponente y tres opositoras. Cada candidatura será ponente en un bloque, mismo que será moderado sólo por un conductor, mismo que planteará el tema específico hasta por 30 segundos.
Posteriormente, el candidato ponente realizará un posicionamiento de un minuto y las otras tres candidaturas (opositoras) refutarán o argumentarán las diferencias de sus propuestas sobre el tema específico con la o el candidato ponente en un segmento de discusión.
Al final habrá tiempo para que se realice un cierre o conclusiones.