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Según la denuncia, Rojas Bolaños asegura que observó que David Gómez Llanillo, uno de los proveedores de Liconsa en esa entidad, incrementó el monto de sus ventas a la empresa de mayoría estatal en menos de tres meses, pasando de facturar un promedio mensual de 24 mil pesos en 2013, a alcanzar ventas por más de 2 millones en marzo de 2014.
El incremento de las ventas inició en enero de ese año, cuando dicho productor, quien facturaba bajo el nombre de Asociación Ganadera Local de San Miguel Allende (AGLSMA), facturó 450 mil pesos sólo por las ventas de dos semanas. Al siguiente mes, en febrero, facturó un millón 500 mil pesos. Para marzo las ventas lcanzaron más de 2 millones 600 mil pesos.
El otro productor señalado es José Herrera Galván, a quien se dio de alta en el Registro Nacional de Productores de Leche y durante siete semanas vendió a Liconsa montos de 600 mil pesos.
Estos incrementos irregulares, explica la denuncia, se dieron por la reventa de leche, la cual era comprada a bajo precio a productores y revendida a Liconsa, que paga un precio fijo por la leche.
“Cuando el precio es bajo, un ‘productor’ adquiere leche a bajo precio, a 3.50 pesos, por ejemplo, y la revende a Liconsa a 6.20 pesos, lo que le genera grandes utilidades, cuando ese no es el objetivo del Programa de Adquisición de Leche Nacional. Para hacerlo debe estar de acuerdo con los responsables del Centro de Acopio respectivo”, asegura.
Faltantes. Además de estas irregularidades, la denuncia asegura que se detectó que en los centros de acopio había faltantes del inventario físico por un millón 785 mil 669 litros, lo que originó una acta administrativa el 15 de agosto de 2014, contra Armando Sixtos Ramírez, jefe de Centro de Acopio, y Edgar Escalante, coordinador de Centros de Acopio.