La modalidad será town hall, es decir, habrá preguntas del público, se liberará a los candidatos de atriles para poder desplazarse por el foro y tener más cercanía con los asistentes y, bajo la conducción de los moderadores, podrán darse discusiones activas entre todos, sin posibilidad de que se ignoren o no respondan.
Con ello se espera atraer más audiencia y llegar especialmente en los indecisos —coprotagonistas del debate junto con los candidatos— porque hoy, a 41 días de la elección, se estima que se encuentra en esa indefinición al menos 20 % del electorado mexicano.
De acuerdo al INE, el primer debate fue visto por 11.4 millones de ciudadanos en televisión y 7.1 millones de personas por internet y redes sociales.
Pero la expectativa de audiencia es menor, aunque éste y el tercer encuentro serán de transmisión obligatoria para concesionarios de televisión.
Ahora su difusión fue menor, incluso por parte del INE, que no programó spots especiales, y juega en contra la hora (será a las 21:30 horas del centro) acordada para que el debate no empatara con la final del futbol mexicano Toluca-Santos, que se jugará a las 19 horas.
A favor, en cambio, está el formato inédito, la conducción de los periodistas Yuriria Sierra y León Krauze, y la coyuntura especial: la renuncia a la candidatura presidencial independiente de Margarita Zavala Gómez del Campo —anunciada el día 16 y formalizada el 17 de mayo—, que llevó a recortar 20 minutos al encuentro, ahora será de 1 hora con 36 minutos.
Con una metodología definida por el INE, la empresa Data Opinión Pública realizó la selección del público asistente. Primero hubo una muestra aleatoria de habitantes de Tijuana, a las que se les aplicó un cuestionario para verificar que estén en Lista Nominal de Electores (LNE), y cuenten con alta probabilidad de votar y no tengan aún definido su voto.
De ahí resultó un grupo de 600 personas, de entre las que se preseleccionaron 42 —en paridad mujeres y con rangos de edad diversos— quienes fueron invitadas a asistir y realizar preguntas a los candidatos. Además quedaron 18 personas “de reserva” por si alguna falta.
Cada uno de los 42 entregó 2 preguntas escritas de puño y letra (84 en total) para ser elegidas por los moderadores. Así se determinará a los seis ciudadanos que de viva voz cuestionarán a los candidatos.
Aunque se convino con los invitados que deberán formular sus preguntas con respeto, no pueden sacar mantas, carteles o interrumpir, el INE previó un plan B para garantizar continuidad del evento, en caso de que haya algún “elemento disruptivo” proveniente de candidato o del público.
También los contendientes acudirán con reglas de comportamiento firmadas el pasado lunes, en que se comprometieron a no colocar carteles, entregar documentos a sus oponentes o interactuar con el público.
Sobre el formato, como el primer encuentro, éste será también de tres bloques, con las temáticas comercio exterior e inversión; seguridad fronteriza, combate al crimen transnacional y el último derechos de los migrantes.
El primer segmento de cada bloque —de 20 minutos— iniciará con una pregunta ciudadana, la cual será respondida por todos los aspirantes, y con ayuda de los moderadores llevará a una discusión libre en la que serán alentados a responder y no evadir.
En la segunda parte de cada bloque habrá micro debate, de apenas 10 minutos, que arrancan también con una pregunta de los ciudadanos, y exposición de un candidato. A Meade, El Bronco y López Obrador corresponderá arrancar cada una de las exposiciones.
El cierre será de un minuto por candidato y arrancará Anaya Cortés, seguido de Meade, López Obrador y El Bronco, que quedarán listos para el tercer debate, último de los organizados por el INE, a realizarse el martes 12 de junio., en Mérida, Yucatán, con el tema general crecimiento económico, pobreza y desigualdad.