La visión de este instituto político, dijo, es proponer un proyecto donde conviva la igualdad con el régimen de libertades en México.
“Buscamos que no haya polarización, que no llegue al poder ningún extremista ni de derecha ni de izquierda. Creemos que el régimen de libertades que hemos construido en las últimas décadas debe mantenerse intacto y trabajar para que haya mayor igualdad social. Trabajar para que haya un profundo respeto al Estado de Derecho, a los empresarios, a la iniciativa privada, al libre mercado”, señaló.
También se pronunció por ayudar a la población más desfavorecida con aportaciones de dinero directas.
“Esa es nuestra postura, no extremismos en México, no creemos en el Estado propietario; no apoyaremos ninguna posición para instalar alguna forma de socialismo, pero no estamos a favor del capitalismo depredador neoliberal que ya fracasó en el mundo”, apuntó Fernando González.
Aclaró, no obstante, que su postura no es de centro, pues recalcó que no son neutrales ante los problemas que vive la gente y quienes requieren acciones decididas de sus líderes.
Fernando González opinó que el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, es complejo porque por un lado debe recuperar un país en ruinas, y al mismo tiempo cumplir con la promesa por la que votaron 34 millones de mexicanos para destruir el viejo régimen y construir uno nuevo.
“Como veníamos no íbamos a ninguna parte. El país venía de mal en peor”, sentenció el político, y calificó las elecciones de 2018 en las que triunfó López Obrador como una “revolución de terciopelo para destruir el viejo régimen”.
En ese escenario, calificó a los nuevos beneficiarios del poder como “tibios” para terminar con el viejo régimen, mientras que algunas élites de ese viejo régimen se oponen a este nuevo gobierno y una nueva forma de gobernar al país.
Durante la rueda de prensa de este evento del partido RSP, su presidente nacional puntualizó que hay una “polarización teatralizada”, en la que están en disputa los grupos empoderados: por un lado una élite que se resiste a los cambios, y por el otro al nuevo gobierno que busca precisamente acabar con el viejo régimen, “lo demás es teatro”, afirmó.