Pese a que Oaxaca mantenía un saldo blanco respecto a asesinatos de actores vinculados directamente al proceso electoral, en realidad la entidad acumulaba cinco muertes violentas de políticos, entre las que se contabilizan las de dos exediles y las de tres militantes de partidos con actividades específicas en el ámbito municipal.
Por ello es que este ataque armado en Juchitán se da en un contexto de una constante violencia política, la cual mantiene a la entidad en el primer lugar entre las seis que tendrán elecciones este domingo y en segundo lugar a nivel nacional.
En otras palabras, en el estado se ha registrado 51% de estas agresiones, por lo que Etellekt considera a Oaxaca como el “epicentro de la violencia política” en esta elección.
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De hecho, en suelo oaxaqueño se habían registrado cinco de los siete asesinatos de políticos que se contabilizaban hasta finales de mayo en el actual proceso electoral, los otros dos se cometieron en Quintana Roo y en Tamaulipas; éste último era el único crimen considerado como vinculado directamente a las elecciones.
Respecto a las tres agresiones a precandidatas y candidatas a la gubernatura, el informe señala que en todos los casos se trató de amenazas.
El primero registrado fue contra una precandidata de Morena y los otros dos contra una precandidata y una candidata del PAN.
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Rubén Salazar, director de la consultoría Etellekt, explica que pese a que Oaxaca concentra más de la mitad de las agresiones a políticos en este proceso electoral, se consideraba que la entidad mantenía un saldo blanco porque no se registró el asesinato de ningún aspirante o candidato.
Y hasta el asesinato de este viernes, tampoco se había quitado la vida a algún actor directamente vinculado a las elecciones de este día.
“Oaxaca no sólo ocupa el segundo lugar entre los 32 estados, ocupa el primero entre los seis que renuevan gobierno. Por ejemplo, los 11 casos de privación ilegal de la libertad que aparecen en el indicador son de Oaxaca. Hay varias razones, una son las elecciones extraordinarias de marzo pasado (...) pero también está la influencia de caciques y los municipios que se rigen por usos y costumbres”, señala en entrevista.
No obstante, Salazar resalta que el reciente asesinato cometido en Juchitán “sí está totalmente relacionado con la elección”, junto con el de un operador político tamaulipeco.
“Lo del colaborador de Salomón Jara coincide con los riesgos que advertimos. Se irán sobre operadores, brigadistas y representantes de partidos, esperemos que no arda la cosa este domingo”, advierte.