Irma Juan Carlos nació en San Vicente Arroyo Jabalí, una localidad con apenas 500 habitantes de Santiago Jocotepec, municipio de la Chinantla, ubicado en la región de la Cuenca del Papaloapan. Con 44 años, es la primera mujer indígena en ser precandidata a gobernar Oaxaca y lo es a través de Morena, un partido del que participó en su fundación.

La entrevista con EL UNIVERSAL es vía telefónica. Se realiza después de terminar sus actividades como diputada federal en el Congreso de la Unión, cargo que ejerce por segunda ocasión consecutiva, al ganar dos procesos electorales por mayoría relativa, con más  votos que  cualquier otro candidato de su partido a una diputación federal en 2021.

Habla sobre sus razones para participar en la contienda interna de Morena, en el método de elección del abanderado, de la “guerra sucia” en su contra y de sus méritos para postularse.

Para ella el mecanismo elegido por su partido, la encuesta, para definir al candidato o candidata no es justo.  Porque no mide el trabajo, la militancia, la lealtad ni nada de lo que muchos han aportado para la construcción del movimiento encabezado por el presidente  Andrés Manuel López Obrador.

Foto: Diego Simón

¿Qué opina  de la encuesta como método de Morena para definir la candidatura? 

 —No es un método justo. No mide lealtad, principios, convicciones. Sólo mide fama, que la gente lo  conozca  y ya tiene el pase libre. Es por eso que artistas y famosos se inscriben para participar en encuestas sin tener militancia, trabajo, sin conocer el estado, a la gente, los problemas de las comunidades.

Pese a esta respuesta, la diputada sostiene que no puede sentirse engañada porque las reglas estuvieron claras desde el principio y así decidió participar. Hasta ahora todas se han realizado: “No puedo sentirme engañada, pero no considero que sea un mecanismo justo”, reitera. 

La  participación política de Irma Juan Carlos  tiene más de 20 años y siempre ha sido en  los movimientos de izquierda. Con esfuerzo,  salió de su localidad y se convirtió en  licenciada en Biología con  una maestría en Manejo en Conservación de Bosques. Fue  en su etapa de estudiante que   llamó la atención de actores políticos en  Tuxtepec, donde  inició. 

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En el año  2000, la invitaron a participar en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, y fue consejera estatal del PRD en el periodo que López Obrador se postuló con esos colores.

 Después, la enviaron a ayudar para que el Partido del Trabajo (PT) no perdiera su registro, luego a conformar la asociación política Morena,  y finalmente a organizar  asambleas distritales y estatales para  lograr  constituirse como partido.

 “Eso es lo que no dicen”, señala para  responder a la “guerra sucia” en su contra, que sostiene que detrás de su aspiración a la  candidatura está Salomón Jara Cruz, senador y también precandidato de Morena a la gubernatura de Oaxaca, lo cual niega tajantemente.

¿Cómo ha sido el camino recorrido en  su partido, el que la llevó a buscar la candidatura?

—Soy una mujer que ha tenido que vencer adversidades, que sabe lo que es sufrir, lo que es pasar hambre, que sabe caminar las comunidades. Hice los primeros comités de Morena, me tocó afiliar al gobierno legítimo, cuidar casillas, representar a Morena en  consejos distritales, me ha tocado pegar lonas, hacer engrudo, hacer reuniones, tocar casas, que alguien me diga si eso no es tener méritos. Si eso no es tener una preparación, una trayectoria propia.  

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—No digo que no tengan derecho los demás, pero me gustaría verlos casa por casa,  caminando bajo el sol, sufriendo, ensuciándose los zapatos, escuchando a la gente, sus necesidades, recorriendo  caminos para que vean como    viven   las comunidades. Así me gustaría ver a todas esas personas que se inscribieron y   quieren gobernar Oaxaca.

Irma Juan Carlos señala que una  de las razones para postularse,  primero como candidata a diputada federal y ahora como aspirante a la gubernatura del estado, explica, es porque en el camino se dio cuenta que no se puede confiar en algunas personas porque traicionaban al movimiento. Y, sobre todo, que si quería incidir en un cambio real para Oaxaca, debía tener una participación más activa. 

Otra razón, dice,  es porque forma  parte de una lucha de más de 20 años para lograr el desarrollo para sus pueblos  indígenas y afromexicano.

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¿Cuáles deben ser los principios con los que debe gobernar Morena si logra el triunfo? 

—Primero,  recordar lo que siempre ha dicho el Presidente, que por el bien de todos, primero los pobres,  que el dinero que llegue a Oaxaca se utilice para ayudar a los más necesitados,  para sacar a muchas personas de la pobreza  en la que se vive en la mayoría de las ocho regiones.

La legisladora afirma que para el Presidente es importante que el gobernador sea  de Morena para complementar los esfuerzos que el gobierno federal realiza a favor del estado, lo cual no se logrará si  continúa el régimen priista y con él, la corrupción y el desvío de recursos.

Y cree que la unidad en el partido, independientemente de quien sea  candidato, sólo  se mantendrá entre quienes tienen firmes sus intereses con  el movimiento y con  Oaxaca. Quienes no comulguen con estos principios y antepongan los personales, se irán, adelanta. 

“Soy una mujer que tiene más de 20 años de militar en la izquierda y seré disciplinada si la encuesta no me favorece. Pero  no creo que ocurra lo mismo, con personas que están acá sólo por  interés  en la candidatura o  porque buscan el poder a través del movimiento”.

Y en caso de ser la elegida, ¿sumaría a los otros aspirantes? 

 —En caso de ser la candidata de Morena a la gubernatura, llamaré a todas y todos los compañeros para sumarse, porque se necesita de toda la estructura del movimiento, desde aquellos que caminan casa por casa, que reparten los periódicos, promueven el voto, hacen labor de conciencia y llevan el mensaje del movimiento.

El objetivo principal, insiste, es llegar al gobierno de Oaxaca para lograr los cambios profundos que requiere el estado e instaurar la transformación.

 “Tengo muy claro el objetivo, no es llegar al poder, sino lograr que las cosas en nuestro país cambien. Sólo así tiene sentido el poder”, finaliza.

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