Enviado por marina.vasquez en Lun, 11/06/2017 - 13:39
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La misión de los Huehuentones es recorrer las calles de las comunidades para visitar a las familias recordándoles que sus difuntos vienen en camino. Entonan cantos en mazateco y hacen música con distintos instrumentos. MARIO ARTURO MARTÍNEZ. EL UNIVERSAL
06/11/2017 13:39
Alicia Pereda / Clínica de periodismo

oaxaca.eluniversal.com.mx

A Jorge Cerqueda García y su hijo Jorge Cerqueda Estrada los mataron 22 días antes de las fiestas a la muerte. Ese lunes 9 de octubre un grupo armado se deslizó por las calles de este pueblo mágico y apagó en un segundo la vida  del veterinario de 47 años y  la del joven de   24.

El asesinato sacudió a esta comunidad indígena que ya alistaba las danzas y las flores para celebrar a los ausentes. Para los mazatecos, las festividades del Día de Muertos son las más importantes del año por  varias razones, la económica es una de ellas.  Los festejos se extienden por  una semana, del 27 de octubre al 2 de noviembre y en ellas sus habitantes  invierten los ahorros de 12 meses de trabajo.

La celebración representa no sólo el esfuerzo por cuidar y preservar las raíces del pueblo indígena, sino también la mejor época del año para el comercio y el turismo, por la gran cantidad de visitantes que llegan a la región. Todo eso quedó en suspenso luego del asesinato de los dos Jorges.

En las calles de Huautla el crimen  fracturó la confianza, en los días previos a  la celebración. Aunque oficialmente no se ha dado con los responsables, en el municipio  fue atribuido a presuntos  sicarios pertenecientes al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

“Varias personas los vieron, eran entre siete u ocho personas que vestían pasamontañas y traían las siglas de la organización en la frente. El comando logró escapar por la carretera a San Andrés Hidalgo”, relata a EL UNIVERSAL Óscar Peralta Allende, alcalde  de Huautla.

De acuerdo con el edil, poco se pudo hacer frente al hecho, pues la policía municipal aún se encuentra en proceso de entrenamiento y certificación. Actualmente, según informan las autoridades municipales, el caso se encuentra en manos de la Agencia Estatal de Investigaciones de Oaxaca. Finalmente, las fiestas de los muertos se llevaron a cabo, pero con miedo.

“Pese al miedo decidimos salir porque lo que nosotros queremos es llevar un mensaje de paz”, dice Marcelo Pastor, quien desde hace 18 años forma parte de los Chajma Najrra Niya'a (Huehuentones del centro de Huautla).

Originario de la Sierra Mazateca, este profesor asegura que a pesar del temor de los habitantes por la presencia de un cártel del narcotráfico, los Huehuentones o “chaxoó” (hombres del ombligo de la tierra) salieron a las calles a festejar a sus difuntos.

“Tiene años que no sucede algo similar aquí. Hace como 30 o 35 años llegó un comando, venían vestidos de soldados e intentaron asaltar un banco, pero entonces la gente se organizó, salió y los linchó; ahora sólo nos dio miedo”, relata el profesor Pastor.

Según la tradición, los chaxoó bailan y cantan durante toda la noche por una semana, entonando canticos en mazateco y disfrazados con cotones (zarapes), máscaras y sombreros de bejuco.

Su misión es recorrer las calles de las comunidades para visitar a las familias recordándoles que sus difuntos vienen en camino.  A su paso, acompañan los cantos en mazateco   con instrumentos como el tambor, el violín y la guitarra. Pero este año fue diferente.

El temor ante la posible  presencia del CJNG por poco ocasiona que los grupos de Huehuentones decidieran no salir a bailar este año; sin embargo, finalmente consideraron que a través de la música es como podrían recordar a los habitantes de la comunidad los valores que los distinguen.

“Nosotros no somos folklor, somos raíces”, dice María Teresa Ríos García, profesora e investigadora mazateca, quien ha dedicado más de 25 años al conocimiento de la cosmovisión de su pueblo y su lengua ancestral.

También deslaves. La muerte no fue el único obstáculo para la fiesta.  El 4 de octubre las fuertes lluvias ocasionadas por la tormenta  Ramón golpearon 206 municipios de las regiones de la Cuenca del Papaloapan, Cañada y Sierra Juárez. Entre los municipios golpeados estaba  Huautla de Jiménez, que sufrió afectaciones  en sus carreteras, así como deslaves y daños en viviendas particulares. 

El 19 de octubre, apenas ocho días antes del inicio de las celebraciones, la Secretaría de Gobernación (Segob) determinó que el municipio no entraba en la declaratoria de emergencia.

Pero los deslaves no fueron más fuertes que los mazatecos. Con la  colaboración de las autoridades municipales, los habitantes lograron despejar los caminos  en espera de los cientos de visitantes que acudirían a festejar la muerte  y también la vida.