Recoger basura y espionaje político, entre las tareas de la Policía de Oaxaca
La organización Causa en Común reveló en una encuesta, que más del 26% de los integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública sufren discriminación y humillación
Las tareas de los policías de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), además de garantizar la seguridad pública, van desde realizar actividades de espionaje político hasta recoger basura, reveló una encuesta realizada por la organización Causa en Común.
El levantamiento de entrevistas se realizó del 7 al 10 de agosto de 2017 y forma parte del Índice de Desarrollo Policial (Indepol) presentado ayer por la asociación civil.
De acuerdo con las entrevistas realizadas a policías del estado, el 19 por ciento reveló que recoger basura y destapar coladeras están entre las actividades que han realizado por órdenes de algún superior, el 3.8 por ciento dijo que le han pedido investigar las actividades políticas del algún personaje y el 17.8% ha realizado trabajos de mantenimiento en lugares públicos.
Además el 7% reveló que le pidieron realizar trabajos de mantenimiento en propiedades privadas, el 3.8% votar por algún candidato en particular, el 3.8% ha realizado apoyo logístico a candidatos electorales, el 4.4% ha asistido a mítines políticos, el 7.6% ha hecho encargos para familiares del superior, y el 13.9 ha hecho encargos personales; también, por órdenes de algún superior.
De las conductas que los policías presencian en su entorno de trabajo, según la encuesta, el 20.9% respondió que ha observado el acoso sexual, el 15.3% abuso físico, el 26.1% discriminación y el 27.9% humillación.
Causa en Común dijo que la policía de la SSPO está conformada por tres mil 20 elementos de los cuales dos mil 800 son operativos; la mayoría tiene alrededor de 40 años de edad y ganan en promedio ocho mil 786.8 pesos mensuales; tienen un horario de 24 por 24 horas y algunos están encuartelados y trabajan 25 días y descansan cinco días.
Recientemente, fue publicada una nueva ley de pensiones. Sin embargo, el gobierno no ha hecho la aportación necesaria para que los policías reciban su seguro de retiro.
“Los policías no pueden retirarse ya que no hay dinero”, aseguró la asociación civil y precisó que la corporación tiene 40 elementos que cumplieron con los dos requisitos para retirarse (edad y años de servicio), pero siguen en activo. “La Secretaría de Seguridad Pública los cambió de área para que realicen funciones que no requieran mayor esfuerzo y riesgo”, apuntó.
Conforme a estas condiciones laborales, los policías estatales han tenido que desembolsar de su dinero para poder desempeñar sus funciones.
El 24.7% ha pagado reparaciones de patrulla, 8.9% gasolina de patrulla, 20.3% cartuchos, 0.6% el arma, 0.6% el radio, 35.4% papelería para uniformes, 39.9% fornituras, 17.1% el chaleco antibalas, 14.6% botas y el 19.6% ha tenido que pagar su uniforme.
Asimismo, el 44% de los policías estatales considera que sí hay corrupción en la corporación y el 46.2% considera que proviene de los mandos altos. Un 17.7% la atribuye a los mandos medios, 11.4% de mandos operativos, 7.6% de administrativos y 6.3% de mandos bajos.
De acuerdo con la encuesta, la SSPO no proporcionó el kit de primer respondiente al 78% de los policías y el 29.1% considera que las evaluaciones de Control de Confianza únicamente han servido para dar de baja de forma errónea a buenos policías.
El 53.6% considera que la sociedad desconfía de ellos y el 65.3% los discrimina. Para el 48% de ellos, la presencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad, esta sigue igual y con las condiciones actuales de seguridad, el 22% se siente vulnerable.
La organización Causa en Común dio a la SSPO dio una calificación reprobatoria de 52, considerando el 100 como la mejor calificación posible. En régimen disciplinario la calificación fue de 50, profesionalización 40, carrera policial 35, certificación 77 y seguridad social 58.
Pese a estas calificaciones, la asociación civil colocó a la corporación de seguridad pública del estado fue la quinta mejor de todas las corporaciones del resto de las entidades del país, por debajo de las Nayarit, Baja California Sur, Sonora y Tlaxcala; mientras que las peores policías estatales fueron Baja California, Morelos y Puebla.