Bajo amenaza: Para las mujeres, gobernar podría costar hasta la vida

En Oaxaca se han detectado 40 casos de violencia política de género durante 2019

Ilustración Ani Cortés
Seguridad 20/03/2020 18:16 Christian Jiménez Oaxaca de Juárez, Oaxaca Actualizada 14:14

Aída Hernández Moreno vive entre  luto,  incertidumbre y  miedo. Desde  diciembre fue declarada por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) como  edil  de Santiago Xanica, municipio de la Sierra Sur. Pese a ello, no ha podido tomar posesión del palacio, pues está  amenazada y se ve obligada a despachar  lejos  de su comunidad y sus hijos.

Según datos federales, en  Xanica habitan  3 mil personas, en un grado muy alto de marginación. No hay acceso a la salud, a la educación es escaso y el rezago crece a la par de la violencia, pues  se considera  un foco rojo  desde hace más de dos décadas.

Fue pensando en cambiar  todo ello que Aída decidió  postularse a la contienda por  la  presidencia municipal, la primera  mujer en la historia de la comunidad: “Me dijeron que   nunca había participado una mujer,  que ninguna había gobernado, ni siquiera en las agencias”, relata.

Aída se puso como objetivo caminar por todo el municipio, a pesar de que los vecinos  le advertían que podían matarla, pues quienes han gobernado pertenecen al Comité de Defensa de los Pueblos Indígenas (Codedi), organización que se niega a dejar el poder.

Sin apoyo y entre el temor  de la población  a represalias  de Codedi si la ayudaban, la  candidata arrancó su campaña. “En el primer acto  me dijeron: señora, la van a matar”, recuerda y agrega que  cada que un poblador se pronunciaba a favor de su campaña, era amenazado y golpeado.

La intimidación incrementó los  últimos días de septiembre, pues el líder de Codedi la confrontaba con hombres armados y la culpaban de un presunto   atentado contra uno de ellos.


Asesinato impune

El domingo 6 de octubre, día del registro de las candidaturas, Aída Hernández y su esposo Wilbert Méndez, un elemento de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI),  acudieron a la cabecera  a completar el trámite.

“Cuando íbamos de regreso había un derrumbe en el camino y decidimos regresar a buscar maquinaria para retirar las piedras. Pero mi esposo, al ser muy responsable con su trabajo, prefirió adelantarse caminando. Ya no supe más de él”, recuerda.

Al día siguiente,  integrantes de  Codedi llegaron por ella, la amenazaron y le exigieron que se trasladara a la finca Alemania, ubicada en la misma población. 

Abraham Ramírez, líder de la organización, le informó que tenía secuestrado a su esposo y que ella era la “moneda de cambio”, pues “ninguna vieja iba a gobernar”.

Asustada por  su esposo, la candidata relata que se trasladó al lugar indicado y, al llegar, fue testigo de la tortura que sufrieron  otros aspirantes a la presidencia, quienes fueron desnudados, golpeados y  violados. Sus familiares  padecieron el mismo suplicio.

Ella permaneció escondida y  logró huir de ahí en una camioneta, sin saber que su esposo sería asesinado y trasladado por  integrantes de Codedi al hospital de Huatulco, junto con los  otros  heridos que mantenían cautivos.

“Nunca pensé que era mi marido. Fui a la PGR y no me daban noticias. Tiempo después me confirmaron, a través de mi hermano, que era él y que estaba muerto”, recuerda.

Aída llora cuando habla de Wilbert. Dice que lo torturaron “de la peor manera”, pues aún  vivo, le quitaron un ojo y  los dientes. Su cuerpo fue  destrozado a machetazos.

“Él me apoyaba, me dijo que si era mi sueño me iba apoyar y cuando yo lo vi ahí... no sabía si pedirle perdón... ni si estaba viva o muerta”.

Mi vida corre peligro mientras esas personas [del Codedi] continúen en Xanica... 

A cinco meses, con denuncias interpuestas y los asesinos identificados, nadie ha sido detenido por el homicidio.  Aída ganó las elecciones y el IEEPCO validó el resultado, que  más tarde fue ratificado; pese a ello, no puede volver a Xanica, por lo que  ha solicitado un encuentro con el gobernador Alejandr Murat. Incluso, la Segob tiene conocimiento de su caso.

Según la  Secretaría de la Mujer Oaxaqueña, de enero a septiembre de 2019 sumaron  40 los casos documentados de violencia política de género, y  en 28 se iniciaron  juicios políticos ante el Tribunal Estatal Electoral.

“Mi vida corre peligro mientras esas personas continúen en Xanica... si yo voy para allá, voy a terminar muerta”, lamenta Aída, quien no ha dejado de pedir seguridad para la comunidad. Además, solicitó la intervención de la Guardia Nacional pero, tras un intento, la incursión fracasó.
 

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