Maestras llevan “cachitos” de la escuela a su casa, para animar a sus alumnos en clases virtuales

Janet y Mercedes redecoran paredes para que parezcan un salón de clase, colocan banderas, frases motivacionales y nombres de sus estudiantes

Maestras llevan “cachitos” de la escuela a su casa, para animar a sus alumnos en clases virtuales
Foto: Roselia Chaca
Sociedad 02/09/2020 10:14 Oaxaca Actualizada 09:52

Ciudad Ixtepec.— Janet y Mercedes son dos hermanas maestras, así que adaptaron sus respectivos cuartos en la casa de su madre y los convirtieron en una fracción de sus salones  de clases.

Los decoraron con banderas, luces y los nombres de sus alumnos para hacer más atractivas y amenas las clases en línea.

En la familia Gómez Sibaja todos se dedican a la docencia, el padre y la madre son maestros jubilados, las tres hijas también son profesoras con entre 10 y 18 años de servicio; el sobrino, José Alberto Sibaja, estudia artes con la intensión  de inclinarse por la enseñanza,  por lo que no es extraño que esta  casa,  ubicada frente a la Escuela Normal Urbana en Ixtepec, se convirtiera en una multiescuela durante la contingencia sanitaria por Covid-19.

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Foto: Roselia Chaca

En la segunda planta de la vivienda, los  dos niños más pequeños de la familia, Ángela Juquilla Salinas y Daniel Alejandro Sibaja,  de cinco años, tienen su propio salón didáctico y de juegos. 

Allí, la madre de Ángela, Mercedes, después de una jornada de trabajo con 15 alumnos de primer año de primaria, practica con los niños actividades didácticas.

En el corredor de la misma  casa, José Alberto, de 29 años y quien cursa el  séptimo semestre  de la licenciatura en Expresión y Producción Artística en la  Universidad Bienestar Benito Juárez García, colocó una mesa y unos altavoces en los que  conecta su celular por donde  todos los días se vincula a través de Google Meet para continuar con su desarrollo artístico, pero no sólo estudia, desde ese espacio también se encarga de atender la tienda de dulces curtidos que fabrica la familia.

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Foto: Roselia Chaca

“Estoy encargado de atender las ventas de los curados (...)  así que esta modalidad en línea es muy práctico para mí, porque mientras estudio también trabajo.  Si alguien viene a comprar, sólo pongo pausa y atiendo”, explica.

En ese mismo corredor, los dos niños realizan honores a la Bandera los  lunes. La dirección está a cargo de Mercedes, quien busca que su hija y sobrino se adapten lo más pronto posible a la nueva normalidad lejos de la escuela. 

En su  cuarto, Mercedes utilizó una pared y la decoró con un cartelón negro que simula un pizarrón en el que le  da la bienvenida a sus 15 alumnos del primer grado de la Primaria Alfonso Villaroja, de Temascal, en la Cuenca del Papaloapan. En ella colocó los nombres de cada uno de ellos. 

Mercedes llegó a pasar la contingencia a  Ixtepec hace tres meses, pero el regreso a clases la agarró en la casa familiar y desde entonces no ha podido volver. 

“Vine por la contingencia y luego por mi papá enfermo. Llevamos tres meses aquí, así que el regreso a clases me agarró lejos de mi lugar de residencia, pero eso no es pretexto para no trabajar. 

“La modalidad en línea es adecuado para mí, aunque no es lo ideal, porque es difícil trabajar con niños a través de un celular. 

“No trabajamos con la televisión porque se pierde el contacto directo con los alumnos, es muy impersonal y los menores necesitan verme”, dice. 

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Foto: Roselia Chaca

En el otro extremo de la casa, Janet también adecuó una pequeña pared como salón de clases. Ella la decoró con luces y frases motivacionales para sus alumnos:  más de 150 jóvenes  de segundo y tercer grado de la Secundaria General Belisario Domínguez.

“En junio, cuando regresamos a clases también en línea,  se observaba mi cama, los alumnos veían parte de mi intimidad, veían a mi esposo descansando, así que decidí en esta ocasión meterle un poco de creatividad y simular la pared de mi salón de clases. 

“Eso ayuda a que los jóvenes conecten que están en la escuela, en un espacio educativo y no se distraigan”, explica la docente. 

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Foto: Roselia Chaca

Desde que esta pandemia obligó a cerrar las escuelas, Janet y Mercedes trabajan más de las horas normales. Comienzan a las 8:00 horas y a veces terminan a las 24:00 horas  elaborando materiales extra para sus alumnos.

Ambas dedican atención especial a los niños que no tienen conectividad en sus horarios de descanso. Lo hacen porque saben que son días complicados para la educación, pero también porque están comprometidas con sus alumnos, tal y como lo estuvieron en su momento sus padres.

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