Poesía ikoots: Letras de una lengua viva
La maestra Lesvia ha ganado un premio de creación literaria por el CaSa, el primero que reciben los pueblos del Mar y con el que pone en alto a su comunidad

Texto y fotos: Roselia Chaca
Lesvia Esesarte Baloes es una maestra de primaria bilingüe en San Mateo del Mar que no busca fama ni dinero con la poesía que escribe. Es más, los cuentos y poemas que quiere ver publicados en un libro en su lengua, el ombeayiüts, son los de sus alumnos.
Esta mujer ikoots (huave) tiene en varias libretas docenas de textos que ha escrito en 25 años, todas dedicadas al mar y la belleza que rodea a su pueblo mareño. En su niñez fue duramente reprimida por su padre, maestro también, por hablar su lengua en casa, ya que la consideraba como un factor de “atraso”. Así que el ombeayiüts lo aprendió en la calle, en la escuela y con la tradición oral de los ancianos de su pueblo.
Después de termin ar su carrera magisterial, su compromiso con la educación bilingüe la obligó a escribir en su lengua utilizando el alfabeto que editó el Instituto Lingüístico de Verano en 1948, además de nutrirse con narraciones de su madre.
Lesvia asegura que sólo hace poesía por tres razones: por una necesidad de expresarse, para acercar la identidad ikoots a sus hijos y como una estrategia educativa para sus alumnos.
Hace tres semanas el Centro de las Artes de San Agustín ( CaSa) le otorgó a esta maestra el primer lugar en el concurso de creación literaria en ombeayiüts, en el área de poesía, con su poema narrativo “Tinood ximeaats” (Me robaste el corazón) que trata sobre una historia de amor y la imposibilidad de concretarlo entre el mar, la arena y una estrella.
25 años lleva la maestra Lesvia Esesarte dedicándose a la poesía
Con ello, Lesvia se convirtió en la primera mujer ikoots en lograr dicha distinción y la única premiada en esta edición por el CaSa, pues los ganadores de las demás categorías fueron hombres.
También es la primera vez que lanzan un concurso literario en esta lengua, lo que da la oportunidad de los creadores comunitarios de presentar sus propuestas literarias y musicales fuera de la franja de los pueblos del Mar, porque actualmente la producción es de consumo local.
“Fue una sorpresa ganar el concurso, envié mi poema narrativo el último día que cerraba la convocatoria. Además de que fue una sorpresa que consideraran al ombeayiüts, por eso me animé a inscribirme, porque era necesario que todos participáramos”, dice Lesvia a EL UNIVERSAL.
La docente esta convencida que un reconocimiento como este es una forma de que se sepa que su lengua existe: “Aunque nunca hubiéramos publicado un texto o un libro, pero creábamos en lo privado.
Es una forma de que volteen a vernos, que aquí también escribimos en nuestra lengua, que somos una cultura viva y en movimiento”, comenta la mujer de 40 años.
En busca del legado
Lesvia no recuerda a un sólo poeta ikoots que haya publicado libros en San Mateo del Mar, aunque sabe de investigadores que han recopilado la tradición oral de los ancianos y la han plasmado en obras que son consultadas por lingüistas de todo el mundo, pero son narraciones, no exploran las posibilidades de la poesía.
De hecho, quienes están alfabetizados en ombeayiüts son los maestros bilingües y lo que escriben es para consumo educativo.
“Mucha gente hace poesía en el pueblo, pero en español, pocos en ombeayiüts. Los maestros bilingües creamos nuestros propios materiales didácticos, cuentos y poemas para la enseñanza. Los niños de estas escuelas producen textos bilingües, pero nunca han sido publicados, así que es un sueño que un día estos niños vean sus trabajos en un libro”.
Además de San Mateo del Mar, las otras dos poblaciones donde existen ejercicios literarios realizados por escritores ikoots son: San Francisco y San Dionisio, ambos del Mar. En el primero existen dos historiadores que han recopilado tradiciones y leyendas de este pueblo: Celso Gómez Parada y Fernando Gómez Parada.
Mientras que en San Dionisio del Mar el único que ha dejado constancia de poesía bilingüe es el profesor Jorge Castellanos. Todas las iniciativas de publicaciones han sido personales.
“Tenemos dos historiadores, cuentistas, pero no poetas, así que la producción literaria entre los huaves (como también se nombra a los ikoots) es poca y reciente”, dice Leonel Gómez, profesor y exedil de San Francisco.
Agrega que en esto tiene mucho qué ver “que todo el apoyo cultural se ha concentrado en los zapotecas, invisibilizando a los otros pueblos que conviven en el Istmo como los zoques, mixes y chontales. Hay producción, tenemos creadores, la mayoría maestros, pero no tenemos difusión, todo es consumo local”.
No le falta rázón. Los esfuerzos por mantener vivo al ombeayiüts han sido pocos, como el de la socióloga Elisa Ramírez, que publicó cuentos y leyendas de los ikoots que recopiló en San Mateo del Mar en los 70, o el del Instituto Lingüístico de Verano, que en 1986 publicó tres volúmenes de cuentos bilingües en voz del pescador Juan Olivares y que fueron grabados en los años 40 por el lingüista Milton Warkentin.
Este pescador fue precisamente uno de los primeros que empezó a expresar su identidad ikoots en las letras, un legado que ahora continúa Lesvia.