La iniciativa es respaldada por la fotógrafa jalisciense Cecilia Salcedo, quien ha sido jurado en ocasiones anteriores.
Para ella, el fotografiar la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán le ha permitido observar la luz y “dedicar tiempo a mirar y notar cómo cambian los volúmenes en las plantas, los colores del entorno y las sombras en el paisaje”.
“En la fotografía de naturaleza no podemos, como en el estudio, manipular la luz a nuestro antojo; aquí debes ser paciente y observar, y al observar los cambios de la luz puedes darte el tiempo de sentir el viento, escuchar los sonidos y sentirte parte del entorno”, comentó.
El Concurso de Fotografía de la Reserva de la Biósfera Tehuacán-Cuicatlán se realiza por tercer año consecutivo y este año se convoca a participar con fotografías tomadas previas al 1 de julio de 2020. La convocatoria cierra el 15 de septiembre de 2020.
Este paisaje tupido de cactáceas gigantes y aves espectaculares en peligro de extinción como el águila real y la guacamaya verde, tiene también vestigios arqueológicos de más de dos mil 800 años de antigüedad, y especies de flora y fauna únicas en el mundo.
Cecilia Salcedo señaló qué los fotógrafos documentalistas se centran en las actividades de los hombres o mujeres, "su atención está puesta en la actividad del humano, que en términos generales habita en ambientes urbanos."
Sin embargo, al preguntarle sobre la conveniencia de fotografiar sitios como esta área natural de Tehuacán-Cuicatlán, precisó que se trata de “conocer a los que viven o han vivido en la Reserva de la Biosfera y comprender que su ritmo de vida es distinto al tuyo; que su relación con el entorno y su producción son diferentes y únicas, y que todo está ligado entre sí, esto es importante vivirlo y darlo a conocer”.