Cuauhtémoc, donde los chaxo’ó son la resistencia

A finales de los años 70 el baile tradicional peligró; grupos religiosos calificaban a la festividad como práctica pagana

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Sociedad 04/11/2019 17:09 Alicia Pereda Martínez Ciudad de México Actualizada 13:49

Del  violín y el tambor brotan los sonidos de la vida, la muerte no logró apagarlos. Mientras, con cantos en la lengua madre, en el aire explotan las enseñanzas de los sabios: los viejos mazatecos han vuelto del ombligo de la tierra, para recordarle a los suyos cómo deben vivir quienes tienen  sus raíces en la tierra de los chaxo’ó  (huehuentones).

Con 42 años de existencia El Original Grupo Cuauhtémoc está presente, resistiendo, por ellos y por los suyos.

—Nuestras fiestas no han caído al mundo de los muertos...  al bailar, los chaxo’ó  tiene que girar a la derecha, porque es la dirección en la que va el mundo y reloj, esto se relaciona con un mundo espiritual, platica Saúl Valente Pereda, uno de los fundadores y compositor del grupo, originario del municipio de Santa María Chilchotla, en la  Cañada.

“Después de cuatro décadas, vemos con alegría que el esfuerzo rindió frutos..."

Para definir a este grupo de chajma sólo hay una palabra: legendarios. El Original Grupo Cuauhtémoc lleva en el nombre no sólo la identidad  de la comunidad que lo vio nacer, sino toda una historia de resistencia y aprendizaje. 

—El grupo nació en 1978, en resistencia a grupos de protestantes que se introdujeron a la sierra mazateca un año antes. Estas personas  pusieron en peligro nuestra cultura, especialmente a la tradición de los chaxo’ó, nos decían que eran parte de una ceremonia satánica... Decidimos poner un ‘hasta aquí’, porque no queríamos que nuestra gente aprendiera eso, cuenta Saúl engalanado con su sombrero de bejuco y máscara de madera tallada.

De acuerdo con Saúl, compositor de temas como Kjua ai 'nga nizjin tsakjua ("Llegaron los días alegres"), fueron los chilchotecos Benjamín Pulido y Celestino Pereda, algunos de los hombres que decidieron  crear el grupo  Cuauhtémoc. 

—Si nosotros nos hubiéramos dejado dominar,  esta tradición se hubiera perdido. Todo se lo debemos a los ancianos... Los protestantes nos decían que nuestras creencias eran negativas y nos querían adoctrinar, sin darse cuenta de que los mazatecos somos un pueblo espiritual. Para ejemplo están nuestros curanderos,  a quienes algunos les llaman brujos, cuando realmente son  sabios, recuerda.

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Los primeros

El grupo Cuauhtémoc hizo su primera grabación musical en 1988, a través de un cassette con un lado A y otro B. Desde entonces la música de los chaxo’ó adquirió un valor tangible y portable, que en las comunidades afianzó la conservación de la tradición del Suí k’en (Día de Muertos) y que en otros sitios, como Puebla y la Ciudad de México, tuvo impacto por la alta migración mazateca. 

—Ahora, después de cuatro  décadas, vemos con alegría que el esfuerzo rindió frutos, sobre todo entre los más jóvenes (...) Nuestro proyecto es que dentro de 50 o 60 años los mazatecos sigamos vivos y hermanados, festejando, dice.

Pero la grabación de sus canciones en mazateco no fue suficiente. Los huehuentones de Cuauhtémoc buscaron algo más y lo encontraron.

—En 1990 la CDI, ahora Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), instaló una emisora  de radio en San Lucas Ojitlán. Fuimos el primer grupo en llevar nuestra música en esa radiodifusora, tras ello la gente de Huautla, Tenango, San Jerónimo, San Lorenzo, San Mateo y en general de la región mazateca  reavivó el interés.


Desde el ombligo

Para los mazatecos un chaxo’ó representa la relación entre los vivos y quienes ya habitan en el inframundo. Por una semana completa quienes han fallecido tienen permiso de volver a bailar y celebrar con los suyos, lo hacen a través de los cuerpos de las personas que los amaron.

—No sólo los chajma  le dan vida a los mazatecos, también lo hacen el respeto, el amor, la vida en comunidad, el valor a los derechos de cada persona. Nosotros basamos la vida en la paz y la armonía, por eso la cultura mazateca es una religión y una construcción social, comenta.

El pasado 20 de octubre, Saúl Valente Pereda recibió en la Ciudad de México un reconocimiento por su trayectoria.  Fue aplaudido por sus paisanos en el Cuarto Encuentro de Chaxo’ó Chajma, que organiza la Comunidad Mazateca Xongá Kixi. bs Tejao, cuyos representantes son Paulino Hernández y Gonzalo Pineda. 

—Es una alegría que en la Ciudad de México, la más grande del mundo, pueda verse a los huehuentones, esos mismos que hace muchos años otros discriminaron. En nuestra cosmovisión sabemos que mañana siempre habrá un nuevo sol, un nuevo camino, una nueva vida.

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