Encabezada por el gobernador
Alejandro Murat, su esposa
Ivette Moran, la Secretaría de Cultura federal
Alejandra Frausto, la subsecretaría de Desarrollo Cultural,
Marina Núñez, y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL),
Lucila Jimenez, se realizó una guardia de honor en el recinto.
La proyección con imágenes icónicas de este
"oaxaqueño universal" conmovió a los presentes, muchos de los cuales rompieron en llanto cuando tras cinco minutos de la guardia de honor sonaron las notas de
Dios nunca muere, considerado el himno oficial de Oaxaca.
Tras el término del melodía, los funcionarios se retiraron y se dio por concluido el homenaje, lo que causó
la molestia de los presentes.
"Que vivan los hombres que reparten su dinero limpio entre los oaxaqueños, esos son los que tienen que vivir. Levanten sus corazones, se fue un gran hombre, que nos dio tanto de lo que no tuvo, y si no tuvo más fue porque lo entregó a esta ciudad (...) ¡Felicidades por el espectáculo! ¡Qué vergüenza! soltó una de las presentes en medio del teatro para posteriormente salir entre el aplauso de los asistentes.