“Ni el coronavirus logrará oprimir la libertad que se consigue con el rap”

Las carencias de Oswinner dentro de su familia y su inconformidad encontraron el cobijo en la música para poder decir lo que sentía

“Ni el coronavirus logrará oprimir la libertad que se consigue con rap”
Foto: Juan Carlos Zavala
Sociedad 07/07/2020 15:40 Juan Carlos Zavala Actualizada 16:23

En Oaxaca, el rap también es un movimiento de protesta. La marginación, las injusticias y la inconformidad hacen que el rap exista en el estado y que haya una escena local de artistas, diversa y consolidada.

Al menos, es lo que sostiene Oswinner —nombre artístico de Leonardo Barrón Hernández— un joven de 27 años, cuyo acercamiento a esta música ocurre cuando era niño.

“Hay gente que está inconforme, que está harta de las injusticias y entonces se expresa, y la gente lo empieza a escuchar porque se identifica con lo que está pasando, ¡porque es una verdad de lo que está sucediendo!, y de ahí es que empezamos a hacer música, de ahí se vuelve algo más profesional, y de ahí es que se cimienta esta escena local del rap en Oaxaca”, explica.

Oswinner nació en la capital del estado dentro de una familia “disfuncional”. Desde los 20 años decidió incursionar en esta música con composiciones propias, y hace poco más de dos años a ejercerlo de una manera profesional; hasta ahora lo hace de manera independiente.

Las carencias dentro de su familia y su inconformidad encontraron el cobijo en el rap para poder decir lo que sentía, pero también una oportunidad para componer canciones diferentes a las que actualmente suenan en la industria musical en México.

En el país, explica, existe una industria del rap que está creciendo no sólo económicamente sino también en el número de exponentes, pero que se ha estancado en los temas como el consumo y tráfico de drogas, o en la presunción de obtener riqueza.

Los temas que él compone buscan ir más allá del entretenimiento, comenta que los suyos tratan de motivar e impulsar a que las personas cumplan sus sueños y tampoco deja de lado la protesta, “esencia del rap”.

“Por ejemplo contra el mismo sistema de la industria musical del porque una persona que canta algo que está mal para tu salud puede sonar en la radio, y lo impulsan, pero si yo digo algo que al sistema no le gusta, entonces yo no puedo sonar”, afirma.

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Leonardo Barrón tiene dos discos grabados. El primero se llama “Rapasión” y el segundo “Para ser libre”; desde hace dos años ha producido, de manera independiente, seis sencillos con sus respectivos videoclips, gastos que él mismo solventa.

En Oaxaca, menciona, hay una ola de raperos bastante fuerte. En el futuro, cree que eso les puede ayudar a escucharse en el centro y norte del país: “Todas estas personas que están haciendo rap en estos momentos están protestando, están diciendo lo que piensan, están defendiendo sus creencias o sus tradiciones. Hay un rapero que hace su música en mixe, y en Chiapas mataron a un rapero por defender a su localidad”, señala.

En entrevista con EL UNIVERSAL, reitera que el rap empezó como protesta, contra el racismo, las carencias y las injusticias.

“Surge por eso, por el deseo de querer expresarse de alguna manera por quienes estamos muy marginados. Cualquier persona que tenga un poco de poder para decir lo que piense y que se exprese de una manera que no le gusta a cierto sector de gente de poder en el Estado, los silencian”, relata el rapero.

Oswinner tiene varias canciones que no han podido salir a la luz y que se quedaron varadas por el confinamiento a causa del coronavirus, pero su intención es seguir haciendo música.

“El rap en estos momentos representa un escape de la realidad, un sueño que quiero lograr que se materialice, representa esfuerzo, lucha y mucha dedicación”, apunta Oswinner.

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